Internet nos abre la puerta a un sinfín de contenidos, información, entretenimiento y formas de comunicarnos, pero al mismo tiempo también estamos expuestos a diversas amenazas si no tomamos precauciones.

Los y atacantes siempre están al acecho, buscando nuevas formas de acceder a datos, formas de pago, cuentas… y los videojuegos no se salvan de estos ataques. Es común ver intentos de suplantación en cuentas de email, bancos y otras plataformas de pago, pero lo cierto es que las plataformas de juegos online tampoco se escapan de ser objetivo de los hackers.

Hemos visto ataques contra grandes compañías como Steam o los servicios online de PlayStation, Nintendo o Microsoft Xbox, lugares en los que en muchas ocasiones guardamos información sensible y métodos de pago para hacer compras online rápidamente. Con unos simples consejos podrás securizar los videojuegos y librarte de estos ataques.

Contraseñas seguras

Este es un consejo extensible a cualquier servicio en el que tengamos cuenta en Internet. Las contraseñas son nuestra puerta de entrada a todos ellos y es clave que sean contraseñas seguras y fuertes.

Los ataques de fuerza bruta son comunes y si utilizamos contraseñas típicas y simples, es como si no tuviésemos nada y un atacante no tardará más que unos minutos en entrar a nuestros perfiles. Utiliza combinaciones de caracteres o puedes aprovechar los gestores de contraseñas para crear passwords aleatorias y no tendrás necesidad de memorizarlas.

Verificación en dos pasos

Relacionado con el tema de las contraseñas, en la gran mayoría de plataformas actuales podemos activar una verificación en dos pasos para añadir una capa extra de seguridad a nuestra cuenta. 

En esencia, esta verificación es una doble confirmación de que somos nosotros. Cuando iniciemos sesión, recibiremos un mensaje de confirmación por email, o por SMS, con un código único y temporal para iniciar sesión. 

Cuidado con el phishing

Nuestro correo electrónico es el otro protagonista de la ecuación y si alguien consigue entrar, o acceder a nuestros emails, tendrá también acceso a cientos de servicios y podrá controlarlo todo.

Por ello, hay que prestar mucha atención a emails sospechosos en los que se hacen pasar por servicios de terceros. Desconfía cuando te pidan datos sensibles directamente por email, tampoco hagas clics en enlaces raros, comprueba el remitente de los mensajes y por supuesto, evita descargar archivos adjuntos cuando no esperas nada.

Cierra sesiones sospechosas

Existen servicios y plataformas en las que podemos ver el historial de actividad de nuestra cuenta. Podemos ver qué sesiones tenemos activas, desde dónde se han conectado y hasta el dispositivo utilizado.

Si los servicios que usas tienen esta función, comprueba el historial y cierra la sesión de aquellas que no recuerdes o creas que no son tuyas. No pasa nada por cerrarlo todo, la próxima vez simplemente tendrás que iniciar sesión de nuevo y listo. 

Ojo con el Wi-Fi abierto

Bibliotecas, estaciones, transporte público, cafeterías… hoy en día tenemos redes Wi-Fi públicas y abiertas en cualquier parte, pero cuidado que pueden presentar un grave peligro para nuestra privacidad.

Si no tienes otro remedio que utilizarlas, la mejor opción es usar al mismo tiempo un servicio VPN (red privada virtual) y así proteger todos nuestros dispositivos e información.