¿Qué se necesita para controlar a los robots? Seguramente te haya venido a la mente el clásico coche teledirigido o el típico robot de ingeniería que precisa de un control externo para su manejo. Es divertido y es práctico, pero en ciertas ocasiones lo ideal sería que estos robots, especialmente humanoides o partes humanoides, nos imitaran.

Es decir, que si quisiéramos agarrar algo, un brazo robot lo hiciera exactamente igual. Que si quisiéramos correr, el robot lo hiciera también. Para realizar estas pesquisas necesitamos un HMI potente, es decir, un componente tecnológico con el que los humanos interactúen con los robots.

Científicos de de la Universidad de Houston, la Universidad de Colorado y la Universidad del Sureste en Nanjing, China han desarrollado unos dispositivos dispositivos electrónicos portátiles tan pequeños, delgados y portátiles que se asemejan más a un tatuaje. Y con ellos podremos controlar a los robots compatibles con estos.

Controlar a los robots mediante un wearable imperceptible

Estos dispositivos son prácticamente imperceptibles para el usuario, y se asemejan más a un tatuaje que a unos pequeños dispositivos. El equipo creó una tecnología capaz de crear dispositivos portátiles multifuncionales con unas micras de grosor.

Estos dispositivos son semiconductores de óxido metálico sobre una base de polímero, que puede fabricarse en un solo paso a temperaturas relativamente bajas. Gracias a su "fácil" construcción, se puede realizar una integración de varios de estos dispositivos para su uso en dispositivos electrónicos portátiles o wearables.

Este dispositivo fue usado como podemos ver en el vídeo como parte de una interfaz HMI hombre-robot de circuito cerrado. Esto permitió que un brazo robot y una mano humana pudieran estrechar las manos gracias a estos dispositivos y a la la nueva tecnología de detección electrónica.

Una vez estrecharon las manos y se "sintieron", usaron  la cantidad adecuada de fuerza y tiempo para cada apretón de manos.

¿Tatuajes capaces de controlar máquinas?

Los usos de esta tecnología son amplios; el científico Cunjiang Yu dicen que el dispositivo es menos notable que una venda y solo tiene unas pocas micras de grosor. Por ejemplo, puede funcionar como una piel protésica para una mano robótica u otros dispositivos electrónicos, ya que esta HMI es capaz de recopilar datos y retransmitirlos al usuario.

Otras aplicaciones, según Yu, radican en el ámbito del cuidado de la salud. Asegura que podría deducir la condición física de un paciente con un apretón de manos o permitir que los humanos manejen materiales peligrosos a través de robots.

Esta tecnología abre la puerta a que esta clase de tecnología se pueda instalar directamente en la piel debido a sus capacidades microscópicas y que podamos conectarnos a máquinas con las condiciones más óptimas en un futuro aún lejano.

Sin embargo, no todo es perfecto; aunque esta tecnología está ganándose sus adeptos, es aparatosa, tiene una respuesta lenta y sufre pérdidas de rendimiento en el tiempo.  Las HMI más flexibles disponibles actualmente solo pueden realizar una función a la vez, como detección, conmutación, estimulación o almacenamiento de datos.

Aún así, es fascinante pensar que podremos establecer conexiones entre humanos y robots con dispositivos tan diminutos y de forma tan "sencilla".

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