La factura de la luz suele suponer un dolor de cabeza a los habitantes de cualquier hogar, sobre todo durante los meses de invierno, cuando la calefacción eleva los gastos hasta las nubes. ¿A quién no le gustaría pagar menos?

A día de hoy, existe la posibilidad de reducir la factura de diferentes maneras. Hoy te explicamos cómo hacerlo integrando energías renovables en tu casa.

Las particularidades de cada hogar

No existe una respuesta absoluta para la infinidad de hogares existentes, hay que tener en cuenta las particularidades de cada domicilio. Los materiales empleados en la construcción de tu casa tendrán mucho que ver, lo mismo se puede decir de su aislamiento.

Como es lógico, también es relevante el número de personas que habiten el hogar y sus patrones de consumo. Por último y no menos importante, es necesario conocer las fuentes de energía con las que contamos para la climatización y su potencial de mejora.

Como ejemplo, si una casa cuenta con mal aislamiento y una bomba de calor con más de 15 años de antigüedad, la aerotermia sería una buena opción para ahorrar en la factura y obtener un mayor nivel de comodidad.

¿ Electricidad o calor?

¿Cuál es la fuente de energía de tu hogar y cómo llega a los distintos lugares de la casa? En este sentido, las respuestas suelen ser dos: electricidad o calor.

Electricidad

La electricidad es la forma de energía más utilizada en los domicilios españoles. Ésta se distribuye, en gran parte, mediante la red de distribución eléctrica. Si piensas que eres un consumidor concienciado, ten en cuenta que está en tu mano contratar la compañía que desees y el tipo de energía. No es obligatorio escoger una energía procedente de fuentes no renovables.

Calor

Emplear la electricidad para producir calor en un hogar no es nada eficiente. En este sentido, es más lógico crear calor en el lugar específico donde lo necesitamos, como ocurre en el caso de las estufas de biomasa. Hay a nuestra disposición una gran cantidad de soluciones para producir calor, adaptables a cualquier tipo de hogar.

Por otro lado, si queremos generar agua caliente con energías renovables, lo más usual es hacerlo utilizando energía solar o fotovoltaica y complementarlo con energía eléctrica.

Fuentes de energía renovables

A continuación os mostramos una lista de las principales fuentes de energía renovables en territorio español.

Solar termodinámica

La técnica consiste en el intercambio de temperatura con el sol mediante placas, aunque no hablamos de las fotovoltaicas. Así, se acumula el calor del sol para generar agua caliente con una temperatura media de salida de 40 grados centígrados.

Pese a esta elevada temperatura, cabe la posibilidad de que, debido a las condiciones climáticas, no se mantenga dicha temperatura y sea necesario la ayuda extra de la electricidad. Este problema se suele dar en los meses de invierno.

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Aerotermia

A diferencia del caso anterior, la aerotermia se basa en el intercambio de temperatura mediante el aire. De este modo, se produce agua caliente y fría. Gracias a ello, en invierno es posible calentar la casa y en verano enfriarla. La aerotermia también puede emplearse para acumular agua caliente sanitaria.

Geotermia

La geotermia se caracteriza por realizar el intercambio correspondiente con el suelo, un método bastante inteligente teniendo en cuenta que a 10 metros de profundidad la temperatura se mantiene a 10 grados centígrados.

Todas estas alternativas pueden usarse en viviendas verticales y en unifamiliares, pero, tanto en la aerotermia como en la geotermia es necesario acordar con los vecinos la gestión del agua caliente, puesto que no se distribuirá equitativamente, lo que afectará a las facturas eléctricas de un modo desigual.

Complementar diferentes tipos de energía

Pese a las posibilidades que ofrecen las energías renovables que os hemos comentado, la mejor opción es combinarlas con electricidad para alcanzar la temperatura deseada. De igual modo, seguirá siendo mucho más eficiente que utilizar solamente energía eléctrica.

Como hemos explicado durante el artículo, los materiales de nuestra casa, el aislamiento, su ubicación y otros factores son de gran importancia para dar con la combinación ideal. La opción más inteligente es valorarlo junto a un experto que tenga en cuenta el uso que le vamos a dar a la energía y nuestras particularidades. A todo ello hay que sumar la monitorización de los consumos, un hábito que permitirá que seamos más eficientes.

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