Los coches autónomos son sólo el principio. El resto de la industria del transporte también se adaptará, tarde o temprano, a esta tecnología; en algunos casos, como una simple ayuda, pero en otros puede ser una revolución. Por ejemplo, ya os hemos hablado de un par de camiones de transporte autónomos; que podrán ayudar a completar las entregas a tiempo sin explotar al conductor.

Los autobuses eléctricos tienen el potencial de suponer algo semejante para su sector. Es algo que vamos a comprobar primero gracias a Volvo, que ha anunciado el inicio de las pruebas de los primeros autobuses autónomos; unas pruebas que se realizarán con tráfico real y con toda la responsabilidad que supone llevar a tantas personas.

El primer autobús autónomo es de Volvo

El problema de los autobuses autónomos es muy parecido al de los aviones autónomos. Una cosa es que nuestro coche tenga la responsabilidad de llevarnos a casa; y otra diferente llevar a decenas de personas. En el caso de los modelos presentados por Volvo, estamos hablando de casi 80 personas; es especialmente importante analizar y comprender los desafíos a los que se enfrentarán estos vehículos en el futuro.

Por el momento, los primeros autobuses autónomos empezarán a circular en Singapur; pero no en público, sino en una pista de pruebas especial que reproduce las características de una ciudad pequeña. En esta “mini ciudad” se reúnen todo tipo de obstáculos y desafíos para los sistemas autónomos, como rotondas, cruces, inclinaciones, zonas con baja visibilidad, e incluso lluvia artificial. Los ingenieros de Volvo podrán poner al bus en diferentes situaciones, en las que tendrá que tomar siempre la mejor decisión.

volvo autobus autonomo 1

Pero esto es sólo el principio. Ya han adelantado que, si estas pruebas dan resultado, el siguiente paso será empezar las pruebas en carreteras públicas; aunque aún faltará mucho para que puedan ofrecer servicio, incluso en fase experimental. Por supuesto, también son eléctricos, por lo que pueden suponer una ventaja para ayuntamientos que quieran reducir emisiones.

Los buses autónomos tienen a su favor que sólo tendrán que recorrer la misma ruta una y otra vez en su mayor parte; no es como un taxi autónomo que se ve obligado a improvisar más por carreteras por las que nunca ha ido. Eso puede acelerar la implementación de este transporte público; y de hecho, se espera que estos autobuses ofrezcan servicio en el 2022, pero sólo en zonas periféricas de la ciudad y nunca en hora punta.