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India ha dado otro impulso a su modernización militar tras aprobar una nueva partida de propuestas de adquisición de defensa por 790.000 millones de rupias —alrededor de 8.100 millones de euros— destinadas a reforzar las capacidades del Ejército de Tierra, la Marina y la Fuerza Aérea.
Nueva Delhi, quinta economía mundial y con ambiciones de liderazgo en el Indo‑Pacífico, confía en que este paquete impulse su plan de transformación militar, centrado en mejorar el ataque de precisión, reforzar la defensa aérea y antidron y ampliar la vigilancia y presencia marítima en su entorno estratégico en los próximos años.
Así lo ha anunciado el Ministerio de Defensa después de una reunión del Consejo de Adquisiciones de Defensa (DAC), presidido por el ministro Rajnath Singh.
El pasado mes de octubre, el gobierno indio también aprobó un paquete similar para mejorar sus fuerzas armadas. Entre los proyectos más destacados de entonces figuraba el misil antitanque Nag Mk-II, el Sistema Móvil Terrestre de Inteligencia Electrónica (GBMES) y una nueva flota de Vehículos de Alta Movilidad (HMV).
Ahora, el nuevo paquete de inversión contempla programas de modernización prioritarios para los tres ejércitos, con especial atención a sistemas de precisión, defensa frente a drones y capacidades de ataque a larga distancia.
En el Ejército de Tierra, las compras aprobadas buscan reforzar la capacidad ofensiva y la defensa frente a amenazas emergentes en el campo de batalla. Entre los programas destacan:
Los sistemas de municiones merodeadoras, capaces de sobrevolar la zona de combate y atacar con precisión objetivos concretos, se perfilan como una herramienta clave para neutralizar puestos de mando, artillería enemiga y posiciones fortificadas sin arriesgar a las tropas en primera línea.
A ello se suma la inversión en radares ligeros y sistemas antidron, diseñados para detectar e interceptar aeronaves no tripuladas, reforzando la vigilancia fronteriza y la protección de bases y convoyes en un escenario donde el uso de drones es cada vez más determinante.
Además, India incorporará cohetes guiados de largo alcance y nuevos lanzacohetes, que ampliarán la capacidad de fuego indirecto con mayor precisión y alcance, permitiendo golpear objetivos a distancia y reemplazando sistemas más antiguos.
Remolqueadores y buques de apoyo
La Armada también recibirá refuerzos en capacidades logísticas y de vigilancia. Entre las adquisiciones destacan los remolcadores de tracción Bollard, buques de apoyo pensados para maniobrar embarcaciones de gran tonelaje en espacios reducidos.
Estos navíos desempeñan un papel crucial en operaciones de atraque y desatraque de buques de guerra y submarinos, así como en maniobras en puertos congestionados o bases avanzadas.
Según Defensa, “la incorporación de los remolcadores Bollard ayudará a los barcos y submarinos de la Armada en maniobras en puertos y aguas confinadas”, lo que contribuirá a mejorar la seguridad operativa en el litoral y el ritmo de rotación de unidades en servicio.
El paquete incluye además la compra de radios de alta frecuencia (HF) para comunicaciones navales de largo alcance, un recurso vital para mantener enlace seguro entre plataformas desplegadas en alta mar y centros de mando.
A ello se suma el arrendamiento de sistemas de aeronaves pilotadas remotamente (RPAS) destinados a misiones de vigilancia marítima, reconocimiento y patrulla, lo que permitirá cubrir grandes extensiones oceánicas con menor coste y riesgo que las aeronaves tripuladas tradicionales.
Estos drones ampliarían la capacidad de detección temprana de amenazas, como movimientos de superficie, actividad submarina o incursiones no autorizadas en aguas territoriales.
El paquete de modernización también incluye programas dirigidos a mejorar la capacidad de combate aéreo y el entrenamiento avanzado.
Misiles aire-aire Astra Mark-II
La Fuerza Aérea incorporará un Sistema Automático de Registro de Despegue y Aterrizaje, destinado a mejorar la seguridad y trazabilidad de las operaciones en pista, así como el análisis posterior de maniobras y procedimientos en bases aéreas de alta actividad.
Entre las adquisiciones más relevantes figuran los misiles aire-aire Astra Mark-II, evolución del misil indio de desarrollo nacional que incrementa su alcance efectivo y capacidad de seguimiento de objetivos.
Esta nueva versión está diseñada para engañar contramedidas enemigas y mantener el bloqueo en combate más allá del alcance visual (BVR), reforzando la autonomía estratégica del país frente a suministros extranjeros.
La Fuerza Aérea también recibirá simuladores de misión completa, herramientas esenciales para reproducir escenarios de combate complejos y entrenar a los pilotos en situaciones de radar, guerra electrónica y combate aire-aire sin necesidad de vuelos reales, reduciendo riesgos y costes operativos.
Por último, el paquete contempla la compra de kits de guía SPICE-1000, capaces de transformar bombas convencionales en municiones inteligentes de largo alcance con navegación electroóptica y GPS.
Modernización naval
El refuerzo llega en paralelo a otros proyectos estratégicos. El pasado 25 de septiembre, fuentes oficiales adelantaron que la Marina planea una licitación de 8.144 millones de euros para construir cuatro buques de asalto anfibio, uno de los mayores contratos navales de su historia.
Entre los competidores figura Navantia, que aspira a participar como socio tecnológico en un programa clave para proyección anfibia y operaciones expedicionarias.
El impulso a la industria nacional forma parte de la política Make in India, con la que Nueva Delhi pretende reducir su dependencia de importaciones armamentísticas —tradicionalmente dominadas por Rusia, pero con creciente participación occidental— y convertirse en exportador neto de material militar.
Un movimiento con ecos geopolíticos
La decisión llega meses después de que India y Pakistán protagonizaran enfrentamientos fronterizos con intercambio de drones, misiles y artillería, un recordatorio del elevado nivel de tensión entre dos potencias nucleares vecinas.
A ello se suma la rivalidad estratégica con China, con quien India mantiene disputas territoriales en el Himalaya y compite por influencia en el Océano Índico.
El refuerzo militar indio también responde a un entorno global marcado por el aumento de la producción de drones, guerra electrónica y municiones de precisión, tecnologías que se han vuelto esenciales tras los conflictos en Ucrania y Oriente Medio.
