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El mayor portaviones nuclear de la Marina de Estados Unidos, el USS Gerald R. Ford, ha cruzado el Estrecho de Gibraltar al principio de esta semana con rumbo al Caribe, para sumarse al despliegue que Estados Unidos mantiene en la región con la excusa de combatir a los grupos de narcotraficantes que operan en Venezuela.
Esta es la segunda vez en un mes que la embarcación estadounidense atraviesa el paso que conecta el océano Atlántico con el mar Mediterráneo. Ya lo había hecho a principios del pasado octubre, en unas maniobras que también incluyeron una recalada en el puerto de Palma de Mallorca, en el marco de una misión de presencia y disuasión en el sur de Europa.
A su vez, el portaviones se encontraba acompañado por el destructor USS Bainbridge. Por su parte, la fragata Numancia de la Armada ha escoltado a ambas embarcaciones a su paso por el Estrecho, según ha informado este jueves el Estado Mayor de la Defensa. El buque español se hallaba en la zona realizando operaciones de vigilancia en aguas nacionales.
El Gerald R. Ford representa la vanguardia tecnológica de los portaviones de la Marina estadounidense. Este coloso naval desplaza aproximadamente 100.000 toneladas a plena carga, con una eslora que oscila entre 333 y 337 metros. Su cubierta de vuelo alcanza los 78 metros de ancho, mientras que en la línea de flotación su manga se reduce a unos 41 metros.
La propulsión del gigante naval corre a cargo de dos reactores nucleares tipo A1B que alimentan cuatro ejes de hélice, otorgándole una autonomía prácticamente ilimitada en cuanto a combustible.
Puede superar los 30 nudos de velocidad, equivalentes a más de 55 kilómetros por hora, y alberga aproximadamente 5.000 personas, incluyendo tripulación del buque, personal del ala aérea embarcada y staff de apoyo.
Su capacidad aérea es impresionante: puede transportar más de 75 aeronaves, incluyendo cazas, aviones de alerta temprana y helicópteros, con capacidad para hasta 90 aparatos en ciertas configuraciones específicas.
El portaviones Gerald R. Ford junto al destructor Bainbridge a su paso por el Estrecho
El Gerald R. Ford incorpora avances tecnológicos que lo distinguen de generaciones anteriores. Su sistema EMALS (Electromagnetic Aircraft Launch System) reemplaza las tradicionales catapultas de vapor con un sistema de lanzamiento electromagnético que permite lanzar más aeronaves diariamente con mayor eficiencia y menor desgaste estructural.
Complementa esta innovación el Advanced Arresting Gear (AAG), un sistema moderno de frenado para aeronaves al aterrizar. Su radar de doble banda incluye configuraciones AN/SPY-3 y AN/SPY-4, sistemas multifunción con capacidad de escaneo avanzado que refuerzan su capacidad de detección y seguimiento.
Los ascensores electromagnéticos de armamento representan otro salto cualitativo, ofreciendo mayor rapidez y seguridad en las operaciones de carga. Estas mejoras se traducen en una eficiencia operativa superior, con tiempos reducidos de reabastecimiento y reacción.
Aunque su función principal es la proyección aérea y marítima, el portaviones cuenta con sistemas defensivos robustos. Incluye lanzadores de misiles RIM-162 Evolved SeaSparrow (ESSM) para defensa antiaérea, sistemas RIM-116 Rolling Airframe Missile (RAM), y sistemas CIWS Phalanx para defensa de punto contra amenazas inmediatas.
El diseño prevé una vida útil superior a 50 años, con mejoras en automatización que reducen el personal necesario comparado con los portaviones clase Nimitz.
