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Las claves

Rheinmetall y VMZ (Vazovski Mashinostroitelni Zavodi) anuncian la creación de una empresa conjunta en Bulgaria dedicada al desarrollo y fabricación de proyectiles de artillería y materiales energéticos.

La inversión total en la nueva sociedad alcanza aproximadamente los 1.000 millones de euros, lo que la convierte en una de las operaciones más relevantes en la industria de municiones de los últimos años. Rheinmetall ostentará una participación mayoritaria del 51%, mientras que VMZ tendrá el 49%.

El acuerdo ha sido suscrito este martes por Armin Paperger, presidente de la empresa germana Rheinmetall, e Ivan Getsov, director ejecutivo de VMZ, la mayor fábrica estatal de armas de Bulgaria, en una ceremonia en la sede del Gobierno búlgaro que ha contado con la presencia del primer ministro del país balcánico, Rosen Zhelyazkov, y del político conservador Boyko Borisov, líder del GERB, el mayor partido de la coalición tripartita en el poder.

La nueva planta se instalará en el mismo emplazamiento que tiene VMZ, en la ciudad de Sopot, en Bulgaria Central, a 200 km al este de Sofía, y según el CEO de Rheinmetall llegará a tener una capacidad de producción de unos 100.000 proyectiles al año y cargas propulsoras para hasta 150.000 proyectiles.

Además, la empresa conjunta producirá aproximadamente 1.300 toneladas de pólvora propulsora, fortaleciendo la capacidad industrial de VMZ.

Según los planes actuales, la producción de casquillos de proyectiles está programada para comenzar en 2027, mientras que los materiales energéticos se producirán a partir de 2028. "Europa y la OTAN necesitan millones de estos proyectiles", subrayó el CEO de Rheinmetall.

"Crearemos un enorme potencial para la producción de proyectiles y pólvora", declaró Paperger tras alabar la rapidez con la que el Gobierno búlgaro ha impulsado este proyecto. "Si se conceden los permisos rápidamente, y estoy seguro de que así será, el proyecto podría completarse en 14 meses", aseguró.

El proyecto representa un impulso decisivo para la modernización de la industria de defensa búlgara, en un país que, pese a ser miembro de la OTAN y de la Unión Europea, mantiene una sólida capacidad de producción de armas y municiones conforme al estándar soviético, suministradas actualmente a Ucrania para apoyar su resistencia frente a la invasión rusa.

Según el Gobierno búlgaro, con esta inversión, que será en parte financiada con fondos europeos en el marco del mecanismo comunitario de defensa SAFE, se crearán unos mil puestos de trabajo.