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Las claves

El programa de modernización del Vehículo de Combate de Infantería (VCI) Pizarro, considerado una de las piezas clave de la fuerza acorazada del Ejército de Tierra, inicia oficialmente su primer paso hacia la modernización, una tarea pendiente desde hace años.

La asignación para este 2025 es 60 millones de euros, con el fin de impulsar las labores industriales, aunque el monto total del programa ascenderá a 176 millones de euros, repartidos en diferentes anualidades.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica este jueves el real decreto que regula la concesión de préstamos directos a empresas del sector de defensa. Entre los ocho programas que aparecen en esta convocatoria —de un total de 18 aprobados por el Consejo de Ministros en su última sesión— figura la financiación destinada a la actualización de los vehículos Pizarro, un proyecto que llevará a cabo la empresa española GDELS-Santa Bárbara Sistemas (SBS).

La medida materializa una de las líneas estratégicas del Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, aprobado el pasado mes de abril, que busca impulsar la industria nacional y cumplir el compromiso de alcanzar el 2% del PIB en inversión en defensa antes de que termine el año.

Según recoge el real decreto, “el programa Actualización Vehículos Pizarro, desarrollado por la empresa Santa Bárbara Sistemas, responde a la necesidad de modernizar los vehículos actualmente en servicio en el Ejército de Tierra, con el fin de adaptar sus capacidades al nivel de los sistemas más avanzados”.

La modernización de los vehículos Pizarro es una tarea pendiente que el Ministerio de Defensa arrastra desde hace años. Este blindado, de los que el Ejército de Tierra posee 261 unidades, es uno de los pilares de la fuerza mecanizada española.

El programa Pizarro tiene sus orígenes en la década de 1990 y ha servido durante más de dos décadas como referencia en las unidades acorazadas del Ejército. Su desarrollo se estructuró en dos fases claramente diferenciadas. En la primera, entre 1996 y 2003, Santa Bárbara Sistemas entregó 142 unidades: 121 Vehículos de Combate de Infantería o Caballería (VCI/C) y 21 Vehículos de Combate de Puesto de Mando (VCPC).

En la segunda fase, ejecutada entre 2015 y 2017, el Ejército recibió otros 83 VCI/C con mejoras técnicas significativas respecto al diseño inicial.

A esta familia se sumaron posteriormente 36 vehículos Castor, destinados a tareas de zapadores y basados en la misma plataforma. Los últimos de ellos se entregaron este mismo año, completando una flota total de 261 unidades activas.

Vehículo Pizarro. Ejército de Tierra

El actual programa de modernización se centrará en 225 de esos vehículos: los 121 VCI/C y 21 VCPC de la primera fase, junto a los 83 VCI/C de la segunda. Los Castor, por su carácter especializado y equipamiento propio, quedarán fuera de este proceso de actualización.

El Pizarro es un vehículo de combate sobre cadenas, fabricado íntegramente en acero y diseñado para transportar a una dotación de tres tripulantes (conductor, tirador y jefe de vehículo) y siete soldados de infantería.

Con una protección NBQ (Nuclear, Biológica y Química) que aísla el interior por sobrepresión, su arma principal es un cañón MK 30-2 de 30 mm de Rheinmetall, complementado con una ametralladora coaxial MG-3S de 7,62 mm y lanzagranadas fumígenas y contrapersonal.

Las siete líneas maestras de la modernización

El plan diseñado por Santa Bárbara Sistemas para revitalizar el Vehículo de Combate de Infantería Pizarro es ambicioso y se articula en siete grandes ejes de actuación, que abarcan desde la mejora de la movilidad hasta el refuerzo de la consciencia situacional del blindado.

En primer lugar, contempla modificaciones en la torre, con la actualización del sistema de armas y la integración de una nueva cámara térmica para el tirador, además de mejoras en el puesto de mando del jefe de vehículo. También incluye una revisión profunda de los componentes relacionados con la movilidad para optimizar su rendimiento en distintos terrenos.

El programa añade tareas esenciales sobre el vehículo y la integración de equipos de navegación GFE (Government Furnished Equipment), junto con diversas intervenciones en la estructura. Entre ellas, modificaciones tanto en el exterior del chasis como en el interior de la barcaza, la modernización del sistema contraincendios y la actualización del sistema de consciencia situacional, clave para operar en entornos de combate cada vez más digitalizados.

Un impulso industrial para la defensa nacional

Más allá de las mejoras operativas en el campo de batalla, el programa de actualización del Pizarro está concebido como un auténtico motor para la industria española de defensa. Santa Bárbara Sistemas ha trazado un plan para maximizar el impacto económico y tecnológico del proyecto dentro del país.

El documento oficial recuerda que la compañía participa desde 2001 en sucesivos programas de suministro y modernización de vehículos blindados. Su propósito es “ofrecer, junto a la mejor solución técnica, un plan industrial sólido y viable, destinado a obtener el mayor rendimiento industrial y tecnológico posible de la inversión realizada, ampliar las capacidades tecnológicas del sector nacional y optimizar el uso de las inversiones de la Administración y las empresas involucradas en programas anteriores”.

Vehículos Pizarro en acción

El plan también busca reforzar el tejido productivo y consolidar los recursos humanos y las capacidades técnicas que España ha desarrollado en el ámbito de los blindados.

La empresa prevé ejecutar el programa desde su centro de I+D en Madrid y sus plantas de Sevilla y Trubia (Asturias). A ello se suma una red de 900 proveedores —en su mayoría pymes distribuidas por 15 comunidades autónomas— que se verán directamente beneficiadas por la actividad.

Según las estimaciones de Santa Bárbara Sistemas, el proyecto generará más de 500.000 horas de trabajo en las instalaciones industriales implicadas. La compañía aspira a alcanzar un contenido nacional superior al 80%, con soluciones "100% europeas", garantizando el mantenimiento de los estándares de calidad originales del vehículo y sus sistemas.

"Carácter singular" de financiación

El instrumento que hace posible la modernización del Vehículo de Combate de Infantería (VCI) Pizarro es el Real Decreto 914/2025, de 14 de octubre, publicado este jueves en el Boletín Oficial del Estado (BOE). La norma establece el marco para la concesión directa de préstamos a empresas del sector defensa, destinados a programas especiales de modernización en los ámbitos terrestre y aéreo.

El texto justifica la adjudicación directa, sin concurrencia pública, al amparo de la Ley General de Subvenciones. “Dadas las elevadas inversiones necesarias para acometer estos programas, su realización sería imposible sin el apoyo de la Administración General del Estado en su financiación”, reconoce el decreto, que especifica que en materia de defensa nacional no siempre es posible abrir un proceso de licitación pública.

El plan de financiación del programa de Actualización Vehículos Pizarro prevé un total de 176 millones de euros distribuidos en cuatro años: 60 millones en 2025, 40 en 2026, otros 40 en 2027 y 36 en 2028.