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Tras meses de retrasos, el Pentágono podría anunciar esta misma semana qué compañía diseñará y fabricará el nuevo caza furtivo de próxima generación de la Marina de Estados Unidos, un proyecto multimillonario considerado clave en los esfuerzos de Washington por mantener su superioridad aérea frente a China.

Boeing y Northrop Grumman compiten para ser elegidas como encargadas por desarrollar el F/A‑XX, la nueva aeronave que reemplazará al Boeing F/A‑18 Super Hornet en la década de 2030. El proyecto forma parte del programa Next Generation Air Dominance (NGAD) de la Navy, cuyo objetivo es garantizar la superioridad aérea naval en las próximas décadas.

Diseñado para operar desde portaaviones, el F/A‑XX sustituirá progresivamente a la actual flota de F/A‑18E/F Super Hornet, en servicio desde los años noventa, marcando un salto generacional en tecnología, capacidades furtivas y autonomía operativa.

Según avanza Reuters, la decisión de avanzar con la selección fue adoptada el viernes por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y señalan que el ganador podría ser anunciado esta misma semana, aunque no se descartan nuevos retrasos, como ha ocurrido en ocasiones anteriores.

El F/A‑XX está concebido para incorporar capacidades avanzadas de sigilo, mayor alcance y autonomía, así como la posibilidad de operar junto con aeronaves no tripuladas y con los sistemas de defensa aérea embarcados.

Será una aeronave tripulada diseñada para operar junto con drones y plataformas heredadas como el F-35C, con un enfoque en el ataque profundo, largo alcance y una arquitectura de sistemas de misión abierta para adaptarse a amenazas emergentes.

Sin embargo, los retrasos en su desarrollo han reavivado el debate sobre el futuro de la aviación naval y el papel de los portaaviones en una eventual confrontación con China. Cualquier demora o recorte de fondos podría dejar a la Marina sin un caza moderno en la década de 2030, poniendo en riesgo su capacidad de proyección de poder.

Desafíos industriales

El avance del programa fue frenado por un desacuerdo presupuestario entre el Pentágono y el Congreso durante la primavera y el verano. El Departamento de Defensa solicitó 74 millones de dólares (unos 63,477 millones de euros) para mantener el desarrollo en un nivel mínimo, mientras que algunos funcionarios proponían posponer el proyecto hasta tres años por dudas sobre la capacidad industrial y de ingeniería.

El Congreso decidió acelerar el programa, incorporando 750 millones de dólares (unos 707 millones de euros), al presupuesto de defensa aprobado este verano, junto con otros 1.400 millones (para el ejercicio fiscal de 2026.

Fuentes cercanas a las negociaciones, citadas por Reuters, indican que también se produjeron ciertas dudas sobre si Boeing podría asumir el proyecto tras haber recibido en marzo el contrato para fabricar el caza F‑47 de la Fuerza Aérea, o si Northrop Grumman podría afrontar las crecientes dificultades financieras del programa de misiles intercontinentales Sentinel, destinado a reemplazar los antiguos Minuteman III.

Perspectivas a largo plazo

La cantidad total de cazas F/A‑XX, así como su coste y cronograma exacto, permanecen clasificados, aunque programas similares, como el del F‑35, han supuesto inversiones de decenas de miles de millones de dólares.

Pese a ello, la Marina mantiene planes para adquirir más de 270 unidades del F‑35C de Lockheed Martin para su flota de portaaviones. Esa compañía, que también optaba al F/A‑XX, fue excluida del mismo a comienzos de este año.

Paralelamente, y a la espara de los citados  F/A‑XX, que entrarían en servicios durante ka década de 2030, la Marina de Estados Unidos evalúa mejoras para prolongar la vida útil de sus F/A‑18E/F Super Hornet y E/A‑18G Growler, pasando de 6.000 a cerca de 10.000 horas de vuelo gracias al programa SLM.

Estas modernizaciones, junto con la llegada en 2027 de los drones embarcados MQ‑25 —que ampliarán su alcance y podrían cumplir funciones ISR—, buscan mantener su ventaja táctica hasta la década de 2040.

Los planes incluyen actualizaciones Block III y opciones inspiradas en el concepto Advanced Super Hornet, con la posibilidad de operar junto a plataformas aéreas autónomas.