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“La industria de defensa es un motor de innovación, de empleo y de desarrollo tecnológico que fortalece la competitividad global de España, pero con el impulso de la economía también produce importantes retornos para nuestro país, contribuye a la cohesión territorial y genera valor en múltiples sectores interrelacionados”.

Así lo ha asegurado la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, en la inauguración de la VIII edición del Foro 2E+I, celebrado bajo el lema “Nuevo enfoque de la maniobra”. Durante su intervención, destacó la relevancia de este encuentro, al que definió como el más importante de la industria de defensa vinculada al sector terrestre".

Valcarce subrayó que se trata de una “iniciativa estratégica”, cuyo propósito central es consolidar un espacio de diálogo y cooperación entre tres pilares fundamentales: las Fuerzas Armadas —con especial protagonismo del Ejército de Tierra—, la base industrial y tecnológica de defensa y seguridad, y el ámbito académico.

En este sentido, la secretaria de Estado de Defensa resaltó la amplia representación empresarial en el encuentro: Están todas las empresas del sector, todas las compañías líderes”, afirmó.

Valcarce subrayó además la incorporación de nuevas firmas innovadoras al tejido de defensa, destacando el papel tractor que ejercen en la modernización y dinamización de la industria.

La secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, subrayó la trascendencia del Foro 2E+I en un contexto internacional marcado por conflictos abiertos y tensiones geopolíticas. Según afirmó, este encuentro representa “una gran oportunidad para alinear esfuerzos y prioridades”.

Asimismo, remarcó la exigencia creciente en materia de capacidades: “Se trata de una industria que debe dar respuesta a una inversión muy elevada y a unas Fuerzas Armadas que requieren las tecnologías más avanzadas”.

Programas de Defensa

En declaraciones a los medios, la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, expuso el estado de los distintos programas de Defensa y subrayó el respaldo financiero del Gobierno. "Nosotros tenemos ya aprobados todos los techos de gasto en Consejo de Ministros y, a partir de ahora, van a ir saliendo todas las autorizaciones para contratar todos los programas. Todos los programas tienen ya la prefinanciación de Industria, que es muy importante para que las compañías puedan empezar a trabajar y esto es lo fundamental", aseguró.

En este sentido, añadió que "el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Industria estamos trabajando de la mano para asegurar la financiación rápida, puntual a todas las compañías".

Respecto a la sustitución de tecnología israelí, Valcarce recordó que "como ustedes saben, el Ministerio de Defensa puso en marcha un sistema de desconexión de la tecnología israelí, y se vieron afectados algunos programas como el sistema SILAM o el programa Spike".

Ambos proyectos, precisó, "están ya en una nueva fase del Plan de desconexión, que es la reconversión de los programas. Estamos negociando con el Ejército de Tierra y también con la industria las alternativas".

La secretaria de Estado insistió en que estas soluciones ya están identificadas y que el criterio rector es la cooperación.

"Tenemos identificadas las alternativas porque aquí lo más importante es el diálogo y el acuerdo. Nosotros lo que queremos es que las alternativas que nos están presentando las empresas cumplan una regla: que sea una alternativa de tecnología española o europea. Pero, en cualquier caso, la fabricación tiene que tener retorno industrial para España. Y eso es en lo que estamos trabajando", concluyó.

Necesidades del ET

Valcarce se refirió de manera directa a los principales retos militares, consecuencia de "un escenario internacional muy complejo y dinámico". La guerra en Ucrania sigue siendo uno de los principales focos de tensión global, y España mantiene su apoyo al presidente Zelenski, así como la colaboración estrecha con la OTAN y la UE para fortalecer la defensa europea, especialmente en el flanco este”.

También destacó la situación en Oriente Medio, calificando el conflicto en Gaza como un desafío “humanitario y político”, ante el que España mantiene “una posición firme por su compromiso con el diálogo y la paz”.

En su intervención, apuntó al avance de la Unión Europea en materia de seguridad: En un mundo que avanza hacia un sistema multipolar, la UE está reforzando sus estructuras de defensa y apoyando a su base industrial y tecnológica”.

Dentro de esta transformación, España apuesta por proyectos clave como el vehículo de combate Pizarro, el vehículo de apoyo de cadenas VAT, la modernización del sistema COAS, nuevos radares de localización, sistemas autopropulsados de artillería y el vehículo de exploración VER, entre otros.

En este marco, enfatizó el papel protagonista de las grandes empresas del sector: Juegan un papel fundamental las compañías líderes, los ‘prime’, que van a dirigir los programas”.

La principal novedad del Plan Industrial y Tecnológico de Defensa, remarcó, es que otorga un valor estratégico a los planes industriales, concebidos como algo más que una simple cadena de suministros. “Son decisivos en la puesta en marcha de los programas, en la creación de tejido industrial y, sobre todo, en garantizar la ola de innovación tecnológica”.

La secretaria de Estado defendió un modelo inclusivo que integre grandes compañías, pymes y startups. “Un papel destacado corresponde a empresas líderes, como Indra, Escribano, Urovesa, Sapa, Santa Bárbara u Oesía. Todos ellos son pilares fundamentales en la industria de defensa española. Pero el tejido industrial tiene que calar en todo el territorio nacional”.

En cuanto a innovación, explicó que los programas ya incorporan tecnologías disruptivas como inteligencia artificial, robótica, 5G, fotónica y digitalización integral, alineadas con las prioridades de la OTAN. Algunas de estas tecnologías cumplen también una función dual. La tecnología es tecnología, pero su aplicación puede ser tanto militar como civil: refuerzan nuestras capacidades, pero también la ciberseguridad y la lucha contra amenazas híbridas”.

Valcarce también destacó la contribución del ámbito académico. “Las universidades juegan un papel insustituible para mantenernos en la vanguardia y ser competitivos”.

Igualmente, reconoció la labor de las asociaciones TEDAE y AESMIDE, que “fomentan la internacionalización” de la industria española de defensa.