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Los cazas Eurofighter del Ejército del Aire y del Espacio desplegados en Lituania han protagonizado en los últimos días varias misiones de interceptación frente a aeronaves militares rusas que irrumpieron en el espacio aéreo báltico sin cumplir con las normas internacionales de vuelo.

De acuerdo a lo informado desde el Estado Mayor de la Defensa a través de sus redes sociales, tras cumplir la misión encomendada los aviones de combate españoles "regresaron sin novedad" a su base.

La presión en la región se ha intensificado después de lo vivido en Polonia, donde decenas de drones lanzados por las fuerzas de Moscú penetraron en su espacio aéreo, lo que motivó la convocatoria de una reunión urgente entre los aliados y la activación del artículo 4 de la Alianza Atlántica.

La tensión, cada vez más palpable, convierte a los Estados bálticos en un punto estratégico y especialmente sensible, dado que comparten frontera con Rusia y se encuentran próximos al enclave militarizado de Kaliningrado.

Cada operación de interceptación recibe el nombre de alfa scramble. Ante una de estas situaciones, debe transcurrir menos de 15 minutos desde la señal de alerta hasta que los cazas se encuentren en el aire.

Una vez localizadas las aeronaves rusas, los Eurofighter se encargan de identificar visualmente a los intrusos y asegurar que abandonan la zona, manteniendo siempre los protocolos de seguridad y sin que medie enfrentamiento directo.

Estas actuaciones se vuelven frecuentes debido a que los aviones militares de Moscú suelen volar sin transpondedor activo, sin responder a los controladores aéreos civiles o sin notificar sus rutas con planes de vuelo. Tales prácticas constituyen una amenaza para la seguridad del tráfico aéreo internacional, de ahí que los países aliados intervengan de manera inmediata en cuanto se detectan estas anomalías.

Cazas Eurofighter de España EMAD

La misión de policía aérea en el Báltico se instauró en 2004, cuando Lituania, Letonia y Estonia se integraron en la OTAN. Sus propias fuerzas aéreas carecen de los medios suficientes para vigilar todo su espacio aéreo, por lo que la presencia combinada de los aliados en Siauliai, en Lituania, y Ämari, en Estonia, garantiza la seguridad colectiva.

España es uno de los países que participa periódicamente en estas rotaciones, aportando aviones F-18 o Eurofighter, además de unos 150 militares encargados de garantizar la operatividad de la misión en tareas de mantenimiento, vigilancia y control.

En este despliegue concreto, son ocho Eurofighter del Ala 11, con base en Morón de la Frontera (Sevilla), los que operan bajo bandera de la OTAN en Lituania desde hace un mes y medio.

La implicación española en la misión báltica se remonta a los primeros años de la incorporación de los países bálticos a la OTAN, y se ha reforzado especialmente desde 2014, tras la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia. Desde entonces, los cielos del norte de Europa se han convertido en uno de los principales escenarios de la tensión creciente entre Moscú y la Alianza Atlántica.