El buque de combate más moderno de la Armada ya se encuentra a flote. La lluvia ha escampado en la tarde de este jueves y ha permitido a Navantia llevar a cabo la botadura, en sus astilleros de Ferrol (A Coruña), de la F-111 Bonifaz, la primera de las cinco fragatas F-110 que la empresa pública está construyendo para la fuerza naval española.
La ceremonia ha estado encabezada por el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ha destacado que en esta fragata "se cristaliza el esfuerzo de todo un país" y que, en el futuro próximo, surcará los océanos de todo el mundo como "un estandarte de la capacidad tecnológica" de España. "Esta fragata le va a permitir a la Armada cumplir sus funciones con todas las garantías", ha asegurado el mandatario.
Por su parte, la reina emérita doña Sofía ha sido la madrina de la embarcación y la encargada de estrellar la tradicional botella de vino, en esta oportunidad de uva Albariño, contra el casco de la nueva embarcación, antes de que esta se deslizase por la rampa para tocar por primera vez el mar.
Con anterioridad, en horas de la mañana, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha encabezado el acto de aceptación de la nueva fragata. Del mismo han participado también el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, y el jefe de la Armada, almirante general Antonio Piñeiro Sánchez.
"Hoy es un día de enorme emoción y satisfacción para todos", ha asegurado Robles. La ministra ha puesto en valor que Navantia ha logrado cumplir al pie de la letra el calendario previsto originalmente para el desarrollo de las embarcaciones y, en este sentido, la titular de Defensa ha agradecido expresamente a todos los trabajadores del astillero.
Los buques de la clase F-110 suponen un salto cualitativo para las capacidades de la Armada. Al respecto, el director general de la Dirección General de Armamento y Material de las Fuerzas Armadas, almirante Aniceto Rosique Nieto, no ha dudado en calificarlas como "las mejores fragatas del mundo". "Va a ser difícil de igualarlas en los próximos años", ha aventurado.
Las F-110 están pensadas como escoltas polivalentes, con capacidades antiaérea, antisuperficie y antisubmarina. Su fabricante asegura que se trata de embarcaciones versátiles, capaces de desempeñar funciones relacionadas con la seguridad marítima y el apoyo a autoridades civiles.
Las fragatas dan cuenta del potencial industrial y tecnológico de Navantia, como también de toda su industria colaboradora. Contribuyen, así, a la autonomía estratégica de España y a contar con una base industrial y tecnológica puntera, al tiempo que abre nuevas oportunidades de exportación.
El Gobierno ha invertido 4.896 millones de euros en la construcción de estas fragatas. Su desarrollo prevé generar 1.300 empleos directos, 2.000 en la industria auxiliar y un total de 5.700 si se tiene en cuenta toda la cadena de suministro vinculada al proyecto.
La ministra Margarita Robles junto a autoridades del Ministerio de Defensa y de Navantia
"Las F-110 sitúan a la industria naval española entre las más importantes en el ámbito internacional. Suponen importantes retornos económicos, creación de tejido industrial, empleo altamente cualificado y por consiguiente, riqueza y bienestar para la ría de Ferrol, para Galicia y para España", ha subrayado Valcarce.
Ahora, según han explicado desde la empresa, a la F-111 Bonifaz le espera cerca de un año de pruebas en astillero y en la mar. Una vez concluido este periodo, la embarcación será entregada a la Armada, que, también durante aproximadamente 12 meses, someterá a la fragata a una evaluación antes de decretar su operatividad plena.
Actualmente, el astillero público se encuentra inmerso en la construcción de las dos fragatas siguientes: la F-112 Roger de Lauria y F-113 Menéndez de Avilés. La intención de la compañía es botar las unidades restantes con una frecuencia de 18 meses, con el fin de hacer entrega de la última embarcación (F-115 Antonio Barceló) en 2032, tal como prevé el cronograma del proyecto.
