La tensión diplomática entre Estados Unidos y Venezuela no ha parado de incrementarse en los últimos días. Las acusaciones de narcotráfico del presidente estadounidense Trump hacia Maduro y el aumento de recompensa por información que facilite su captura no han sentado nada bien en Caracas.
Según Trump, el objetivo de los últimos movimientos ordenados por su Departamento de Defensa va dirigido a una confrontación plena contra el tráfico de drogas. Mientras tanto, desde el Palacio de Miraflores ya se ha ordenado la movilización de 4,5 millones de milicianos dispuestos a luchar en un "nuevo escenario de guerra colonial", como lo describe Maduro.
Según los últimos informes, las embarcaciones podrían llegar a las cercanías de Venezuela a lo largo de este viernes o el sábado. Lo que todavía no se ha revelado es si los barcos finalmente entrarán en aguas de soberanía del país caribeño o se mantendrán alejados.
El núcleo del despliegue lo componen, al menos, tres destructores de la clase Arleigh Burke —USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson— que se encuentran navegando junto a varios buques de asalto anfibio con 4.000 marines.
Un funcionario estadounidense citado por Reuters dijo que el "compromiso adicional de activos militares en la región incluiría varios aviones espía P-8, buques de guerra y, al menos, un submarino de ataque".
Si bien el funcionario describe al P-8 como un avión espía, lo cierto es que se trata de una aeronave de patrulla marítima cuyas capacidades de detección y recopilación de datos pueden servir para labores de espionaje, aunque no es su principal cometido.
El mismo funcionario también dijo que "el proceso duraría varios meses y que el plan es operar en espacio aéreo y aguas internacionales". Por el momento, se desconoce el listado oficial del despliegue y su plan de navegación.
Asalto anfibio
En el plano anfibio, los elegidos para el periplo venezolano han sido el Grupo Anfibio de Despliegue Iwo Jima y la 22ª Unidad Expedicionaria de Infantería de Marina, según recoge el medio Task & Purpose.
Ambas unidades finalizaron a mediados del pasado julio unas maniobras de desembarco y fueron movilizadas en conjunto el pasado día 14 de agosto como parte de un "despliegue programado", tal y como lo describe el Departamento de Defensa de EEUU.
Vista del dique inundable del Iwo Jima junto a las plataformas de desembarco
La misión principal del Amphibious Ready Group, como así se llama en inglés, es llevar a cabo operaciones de presencia y embarcar de manera segura a los marines para llevar a cabo "una amplia variedad de misiones de contingencia en todo el mundo".
Asimismo, el Grupo Anfibio de Despliegue Iwo Jima y la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines "también proporciona una presencia naval flexible y avanzada al operar cerca de la costa, lo que permite a este equipo especializado llevar a cabo misiones, exclusivas de la Armada anfibia, en cualquier momento".
"Nuestros combatientes, integrados por la Armada y el Cuerpo de Marines, están listos para ejecutar las tareas de la nación y desplegar un poder de combate rápido y decisivo, sin importar nuestra misión en el complejo entorno global actual", ha declarado Chris Farricker, comodoro del Escuadrón Anfibio Nº 8.
El Grupo Iwo Jima está compuesto por ese mismo Escuadrón Anfibio Nº8, embarcado a bordo del buque de asalto anfibio clase Wasp también llamado Iwo Jima, y dos buques de transporte anfibio clase San Antonio —el propio USS San Antonio y el USS Fort Lauderdale—.
Popa del USS San Antonio, donde se ve el dique inundable
Durante las maniobras realizadas en julio, practicaron operaciones como el abordaje, registro e incautación; asaltos anfibios; recuperación táctica de aeronaves y personal; ejercicios con fuego real; incursiones, misiones de reconocimiento y vigilancia; defensa de la fuerza aérea anfibia y operaciones de evacuación de personal no combatiente.
Todas estas maniobras, propias de un grupo de asalto anfibio, podrían ser un reflejo de las necesidades de Estados Unidos en un hipotético desembarco en Venezuela.
Hablando sobre la posible decisión de Trump de ordenar un asalto, la portavoz de la Casa Blanca Karoline Leavitt dijo que el presidente había sido "claro y consistente", apuntando a que "está preparado para usar todo el poder estadounidense para detener la entrada de drogas".
Leavitt también señaló que el propósito es "llevar a los responsables ante la justicia" estadounidense. "El régimen de Maduro no es el gobierno legítimo de Venezuela".
La presión sobre Venezuela llega en un momento clave para el desarrollo de la guerra de Ucrania. De hecho, el despliegue de las fuerzas navales y aéreas se ha producido sólo unos días después de la reunión de Trump y Putin en Anchorage (Alaska, EEUU).
Caracas es el principal aliado de Moscú en América del Sur, por lo que esta potencial operación de EEUU en suelo venezolano también podría leerse en clave de ejercer algún tipo de presión sobre Putin.
Buques clase Arleigh Burke
Los destructores de la familia Arleigh Burke enviados a las aguas caribeñas de Venezuela pertenecen a una clase especialmente diseñada para el empleo de misiles guiados de largo alcance.
Las primeras unidades salieron de los astilleros a principios de los años 90 y, desde entonces, la plataforma original no ha dejado de recibir todo tipo de actualizaciones y mejoras, sobre todo relacionadas los sistemas de armamento y la capacidad de acarrear aeronaves.
USS Gravely en unas maniobras
Además de cañones de lanzamiento de proyectiles de 127 milímetros y ametralladoras, distribuidas a lo largo de toda la cubierta, la Navy de EEUU equipará en un futuro sistemas de armas láser en sus buques clase Arleigh Burke.
Los destructores de esta clase son unos de los de mayor tamaño y potencia de fuego de los construidos por Estados Unidos, especialmente por su sistema de lanzamiento de misiles.
Entre ellos destaca el Tomahawk de ataque a tierra de largo alcance, que puede llegar a más de 1.000 kilómetros de distancia. También puede disparar misiles de superficie-aire RIM-66M, además de misiles antibalísticos para el escudo aéreo y varios tipos más de municiones antisubmarinas y antiaéreas.
Los buques destructores de este clase cuentan con 155 metros de eslora por 20 de manga. Alcanzan un desplazamiento de 9.500 toneladas, su autonomía llega a los 8.100 kilómetros y cuentan con espacio para hasta dos helicópteros MH-60R, especializados en guerra naval y antisubmarina.
Estas embarcaciones también disponen de contramedidas a bordo, como los sistemas de guerra electrónica fabricados por Raytheon o los señuelos que se encargan de confundir a torpedos y misiles enemigos.
