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En el programa de rearme lanzado por la Unión Europea todo aquel armamento que lleve la etiqueta de Made in Europe tiene mayores posibilidades de ser adquirido por parte de las Fuerzas Armadas de la región. Ante este escenario, las empresas armamentísticas no dudan en resaltar, siempre que pueden, el origen de sus productos.

Eso es precisamente lo que hacen la alemana Rheinmetall y la estadounidense Lockheed Martin, socias en el programa Sistema Global de Cohetes de Artillería Móvil (GMARS, por sus siglas en inglés), un lanzacohetes cuya fabricación, destacan, se lleva a cabo en el viejo continente pese a contar con tecnología proveniente de Estados Unidos.

A principios de este agosto, ambas compañías han llevado a cabo con éxito el primer disparo real de este sistema, en el Campo de Misiles White Sands de Nuevo México, en EEUU. Tras estas pruebas, ha quedado demostrada la capacidad del GMARS de lanzar cohetes GMLRS, munición utilizada por la mayoría de los países de la OTAN.

"Estamos encantados de haber alcanzado este importante hito en el programa GMARS", ha asegurado Björn Bernhard, director ejecutivo de Rheinmetall Vehicle Systems Europe. "El éxito del ensayo en vivo demuestra la precisión y fiabilidad del sistema, y confiamos en que GMARS satisfará las necesidades cambiantes de nuestros clientes".

En este sentido, las firmas involucradas en el desarrollo de este sistema de artillería han señalado que el objetivo último de esta alianza industrial es proporcionar a sus clientes europeos "un sistema de fuego de precisión de largo alcance, de fabricación europea, altamente móvil, con capacidad de supervivencia y versátil".

Tras el lanzamiento exitoso de los primeros cohetes, Paula Hartley, vicepresidenta y directora general de Misiles Tácticos de Lockheed Martin, ha asegurado estar preparados "para cualificar rápidamente y comercializar" el sistema.

El GMARS puede equiparse con una carga mejorada de dos misiles ATACMS, cuatro PrSM, doce misiles GMLRS de alcance estándar o doce misiles GMLRS de alcance extendido, según las especificaciones de sus fabricantes.

El lanzador, basado en un camión 8x8 de la serie de vehículos Rheinmetall HX, ofrece un alto grado de interoperabilidad e intercambiabilidad con los lanzadores M270A2 e Himars desplegados, lo que lo convierte en una solución ideal para las fuerzas militares que operan en Europa.

El sistema GMARS precisa de dos tripulantes y su cabina tiene capacidad para tres personas. Su sistema de pluma y elevación permite una recarga rápida y segura en todas las condiciones climáticas y no precisa de estabilizadores para su emplazamiento.

Primer disparo real del sistema lanzacohetes GMARS Rheinmetall

El diseño de Rheinmetall y Lockheed Martin presenta una longitud de 9,8 metros, un ancho de 2,5 m y una altura al estar replegado de 3,9 m.

Además, tiene un peso vacío de 31.140 kilogramos y de menos de 40 toneladas cuando está cargado para el combate. Puede alcanzar velocidades de hasta 100 kilómetros por hora y su alcance operativo máximo es de 700 kilómetros.

El Silam español

Los avances del proyecto germano-estadounidense se contraponen a la realidad del programa del Ministerio de Defensa español para dotar al Ejército de Tierra de un lanzacohetes múltiple, que se encuentra estancado tras el veto del Gobierno a la tecnología militar israelí.

El denominado proyecto Silam ha sufrido un importante revés después de que el Ministerio de Defensa rechazara que el reemplazo de los sistemas Teruel, dados de baja en 2011, se basara en el lanzador Puls de la empresa israelí Elbit Systems, tal como estaba previsto en un principio.

Rheinmetall también está involucrado en el lanzacohetes español -a través de su filial en España Rheinmetall Expal Munitions-, en cuyo desarrollo trabaja conjuntamente con EM&E Group.

El plan original que las firmas presentaron en su momento a Defensa implicaba la fabricación por parte de EM&E Group de la mecánica, hidráulica y electrónica del lanzador; mientras que Rheinmetall Expal era responsable del desarrollo de los cohetes.

Lanzacohetes PULS de Elbit Systems Elbit Systems Omicrono

Asimismo, las compañías habían cerrado acuerdos con otras empresas españolas para ampliar aún más la participación nacional en este importante programa. Es el caso de GMV, que estaba a cargo de la integración del sistema de mando y control de artillería Talos, ya en uso en el Ejército de Tierra.

El Silam ya arrastraba varios meses de retraso antes incluso de la decisión del Gobierno contra el armamento fabricado en Israel. Las empresas se habían comprometido a entregar un primer demostrador del lanzacohetes de cara a diciembre de 2024, plazo que finalmente no llegó a cumplirse.

Actualmente, tanto las firmas involucradas en el proyecto como el Ministerio de Defensa se encuentran en la búsqueda de una alternativa tecnológica que permita seguir adelante con este programa, que ha sido señalado por el Ejército como una de sus prioridades de cara a los próximos años.