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Los vehículos anfibios han demostrado ser esenciales para que los infantes de marina españoles lleven a cabo misiones de desembarco. Hasta ahora, estas plataformas, en la Armada, eran únicamente tripuladas, pero esta característica tiene previsto cambiar dentro de poco.

Uno de los responsables de ello es el dron Valkyrie, diseñado, desarrollado y fabricado por la compañía SAS Corp, con sede en León. Según han explicado fuentes de la Armada a EL ESPAÑOL, la Infantería de Marina está interesada en este vehículo anfibio 6x6 planteado como una plataforma remotamente tripulada.

Tanto es así, que el dron fue una de las plataformas expuestas dentro del stand de la Armada española en la pasada edición de la feria Feindef, celebrada a mediados de mayo.

SAS Corp lleva aproximadamente 5 años trabajando en el UGV Valkyrie, prácticamente el mismo tiempo que Javier de Juan, encargado de la dirección técnica de los proyectos de vehículos, pertenece a la compañía. "Comenzamos entre finales de 2020 y principios de 2021", ha explicado a EL ESPAÑOL, tras algunos proyectos de drones aéreos que quedaron aparcados.

El programa Valkyrie nace identificando una necesidad en el nicho de "UGV con buenas capacidades de todoterreno, con una carga de pago por encima de la tonelada y que estén planteados de manera seria", apunta Javier de Juan.

Recreación en 3D del Valkyrie con torreta de armas SAS Corp

"Todo lo que había hasta entonces eran drones civiles modificados o vehículos militares al uso que se han robotizado", pero nada hecho ad hoc, desde la base, pensando en un UGV de estas características tan particulares para las Fuerzas Armadas.

"Para aprovechar todas las capacidades de un UGV tienes que partir de cero", ya que esto permite adaptar muy finamente todas las especificaciones de la plataforma para que pueda rendir convenientemente en el campo de batalla. "No tienes restricciones, te permite tener una arquitectura mecánica diferente" y específica para el uso militar.

Valkyrie, todoterreno anfibio

"Cuando nosotros empezamos en este, pregonábamos en el desierto", afirma a este medio Javier de Juan. El ingeniero apunta a que la tecnología UGV se encuentra un paso por detrás de la aplicada a los drones aéreos, pero la realidad es que en los últimos 3 años la industria del ramo ha vivido un impulso importante.

La "guerra de Ucrania nos ha dado un baño de realidad" en cuanto al empleo de sistemas no tripulados. No son sistemas del futuro, "son ya el presente".

El desarrollo del anfibio Valkyrie se ha realizado desde el principio en las instalaciones leonesas de SAS Corp. "Lo hemos hecho nosotros, a pulso, cosa rara", reconoce el ingeniero.

Una de las particularidades de la compañía de León es que cuenta con superordenadores al servicio del diseño de plataformas. Esta tecnología, que ponen al servicio de compañías externas para la evaluación y cálculo de multitud de aspectos, también ha dejado su huella en el Valkyrie.

Valkyrie expuesto en Feindef

"Podemos, mediante cálculo, poder llegar a reproducir con total precisión los daños en un vehículo sufridos por detonaciones de una mina o IED", señala Javier de Juan. "Lo cual permite poder rediseñar las estructuras" y aligerar de forma notable todo el proceso de ingeniería.

La supercomputación se ha aplicado también para cálculos de mecánica de fluidos con el UGV anfibio. Por ejemplo, para validar la navegación o los sistemas de refrigeración.

Todo este despliegue tecnológico recala directamente en el diseño de la plataforma y en la mejora de sus capacidades anfibias. "Hay otros vehículos en el mercado que dicen ser anfibios y que su propulsión en el agua es con el movimiento de las ruedas", explica.

"Eso puede servir para una charca o un lago con las aguas tranquilas, pero poco más". En cambio, el Valkyrie incorpora un sistema de propulsión dedicado para la navegación acuática empleando una pequeña turbina con empuje vectorial, permitiendo además un mayor grado de maniobrabilidad.

Otro de los puntos esenciales que sirvió de base para SAS Corp fue la capacidad todoterreno. Buena parte del diseño, al igual que las propiedades anfibias, ha estado condicionado y destinado a proporcionar una buena experiencia en los escenarios más complejos.

De entre todos los retos que han tenido que enfrentar para desarrollar la plataforma, uno de los más importantes está en los proveedores de la propulsión. El Valkyrie cuenta con un sistema híbrido compuesto por un motor diésel que alimenta unos motores eléctricos que mueven las ruedas. Este planteamiento le proporciona 10 horas de autonomía sobre tierra y hasta 8 en anfibio.

La mayoría de este tipo de sistemas vienen actualmente de China. De Juan reconoce que, en aplicaciones para defensa, esto "hay que evitarlo". Además, "muchos proveedores no quieren saber nada cuando se plantea su tecnología para aplicaciones de defensa o uso dual". Un hecho que "limita mucho".

Vehículo para la Armada

"Dadas sus características de capacidad de navegación, carga útil de más de una tonelada y alta movilidad táctica en tierra, podrá realizar tareas de riesgo en los primeros momentos de un asalto anfibio", tal y como han explicado fuentes de la Armada a este medio.

Entre los usos que plantea la rama naval de las Fuerzas Armadas españolas, se encuentra la "apertura de brechas mediante remoción de obstáculos ligeros en playa o la ocupación de puntos dominantes del terreno".

Esta última aplicación con el fin de "proporcionar protección y seguridad a los sucesivos elementos y unidades que desembarquen en tierra", afirman.

Desembarco de un ACV, el vehículo tripulado que tendrá la Infantería de Marina española Cuerpo de Marines

El Valkyrie mide 5,6 metros de largo, 3 de ancho y puede llegar a los 2,3 metros según la configuración. Tiene una masa en orden de marcha inferior a las 7 toneladas y la capacidad de llevar carga de pago va desde las 1,5 a las 3 toneladas, dependiendo de la versión.

Puede integrar armamento a través de torretas de 30 milímetros, pudiendo llegar incluso a los 40 milímetros en el caso de incluir lanzagranadas. Aunque no han probado ninguna de las opciones de la industria nacional.

También se plantea la integración de armamento más ligero y, en el otro lado de la moneda, la posibilidad de contar con lanzadores de misiles Spike. Esta munición anticarro ya está presente en las Fuerzas Armadas españolas y el Valkyrie puede ejecutar su disparo.

Otras de las aplicaciones planteadas es la de servir como vehículo para la eliminación de minas, el transporte de heridos o la integración sistemas de vigilancia para observador avanzado. Aunque Javier de Juan reconoce que, para esta última aplicación, los drones aéreos se han mostrado más flexibles.

La Armada espera disponer del primer prototipo el próximo 2026, según señalaron las mismas fuentes. Y su primer destino será en la Brigada de Infantería Tercio de Armada, donde lo probarán. Una vez finalizada esta fase, decidirán si cerrar un contrato de adquisición con SAS Corp.