La tripulación del Juan Carlos I de la Armada lleva semanas sin aire acondicionado, mientras su tripulación soporta altas temperaturas en el interior de la embarcación. Tanto es así que en los últimos días algunos de los infantes de marina han empezado a dormir en la cubierta del mayor buque de guerra de las Fuerzas Armadas.
Así lo confirman diversos testimonios recabados por EL ESPAÑOL y las imágenes y testimonios igualmente cedidos a este diario por Rajadas Tácticas, canal especializado en Defensa y Seguridad, procedentes del propio navío portaeronaves y de asalto anfibio de las Fuerzas Armadas.
Según relatan todas estas fuentes, en el interior del Juan Carlos I, hace más de una semana que no funciona ninguno de los sistemas de refrigeración de todo el barco. Todos los aparatos de aire acondicionado están "rotos".
El Juan Carlos I lleva un mes de maniobras, las últimas en las que participa antes de entrar de nuevo en el dique seco para una reforma de seis meses en la que, entre otros detalles, se sustituirá su sistema de propulsión.
El Grupo de Combate Expedicionario Dédalo opera bajo mando de la Alianza en aguas del Mediterráneo. En él está integrado el Juan Carlos I. Estas últimas semanas a bordo han resultado infernales para sus tripulantes, con varios de los cuales ha conversado este diario.
Todos ellos piden mantener el anonimato. "No tenemos ventilación. La gente se muere de calor. Algunos están hacinados en la cocina con los vapores de los friegaplatos. Y no se pone solución y todavía nos quedan casi dos semanas. Los horarios de trabajos y vigilancias siguen igual.
35 grados
Con esta situación y la ola de calor de estas últimas fechas, muchos no han podido soportar estar a 35 grados en el interior del navío más grande de la Armada. Con 231 metros de eslora, 32 de manga y 26.800 toneladas de peso, el Juan Carlos I constituye un emblema para la Armada
La pasada noche algunos subieron a cubierta y se echaron a dormir al aire libre, porque no aguantaban la temperatura del interior. Entre el personal comisionado a bordo existe el temor de que, sufriendo temperaturas extremas que dificultan las tareas de trabajo, la dotación pueda sufrir golpes de calor, desmayos y graves accidentes debido a que en diferentes zonas del portaaviones se están alcanzando temperaturas de hasta 40 grados.
A última hora del lunes, quienes están a los mandos del buque difundieron un mensaje entre la infantería de Marina, autorizando a dormir en el exterior: "Autorizado entre las 21 horas y las 7 horas, fuera de ese horario, el suelo quedará libre. Prohibido llevar colchones o almohadas del barco, cada uno que se lleve su esterilla/camilla/almohada de campo. No puede parecer un poblado hippie, cada unidad que se organice en una zona sin estorbar movimientos de personal/material. Absolutamente prohibido dejar cosas encima de los carritos o basura en ningún lado. Puede provocar un accidente si algo entra en una turbina de un Harrier o choca con las palas de un helo (helicóptero)", reza la comunicación interna.
El problema está afectando mayormente a las estancias en las que pernocta la dotación del barco. En los habitáculos y las dependencias de los oficiales el calor no se percibe con tanta fuerza. Este lunes, dos técnicos trataron de arreglar este problema que se ha prolongado durante las últimas semanas.
Ahora los jefes a cargo de la dotación han dado orden de montar tiendas a tal efecto en zonas más frescas del Juan Carlos I. Otras fuentes consultadas en la embarcación informan de que se están dotando de colchones inflables al personal para dormir en el suelo.
Por el momento señalan estas fuentes del interior de la embarcación, se ha denegado el atraque a puerto para poder restablecer el sistema de aire acondicionado, alegando que el portaviones entrará supuestamente el día 25 en el dique seco para una reparación integral. Para eso todavía faltan 24 días.
Según otras fuentes militares consultadas por EL ESPAÑOL, el buque Galicia se encuentra en similares condiciones, con los aires acondicionados estropeados y "sin previsión de arreglo". Esta clase de episodios hacen aflorar nuevamente el debate de la falta de capacidad de inversión en defensa en el seno de las Fuerzas Armadas, y la ausencia de presupuestos suficientes para todas las reparaciones necesarias en múltiples capacidades de todos los Ejércitos. Estas son algunas de ellas.
Tras la información recabada por este diario, la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) ha lanzado una batería de preguntas ante la Subsecretaría de Defensa, concretamente a la secretaria permanente del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS).
"Velamos para que las normas sobre prevención de riesgos laborales y sobre todo de las medidas sobre el peligro en el puesto de trabajo con temperaturas tan altas, ya que son situaciones de riesgo extremo, que pueden acarrear graves consecuencias en la salud de los marineros, sean llevadas con escrupulosa atención", señalan en ATME. Por ello, piden información de la situación de los aires acondicionados de todo el buque multipropósito.
Han solicitado también conocer la situación de su arreglo o fallo, saber cuánto personal voluntario está durmiendo en el exterior. Desde ATME piden también saber quién dio la supuesta orden de no atracar para solventar la avería y los motivos por los que no se hizo. Buscan también datos sobre por qué la avería lleva tiempo sin ser atendida.
