Hace más de una semana que Kiev está cercada por un convoy militar ruso. Las imágenes captadas por la sociedad estadounidense de imágenes satélite Maxar, en el sexto día de guerra, desvelaban una larga caravana de más de 60 kilómetros al noroeste de la capital ucraniana que incluía carros blindados, artillería y otros vehículos.

Lo que parecía una amenaza de ataque inminente nunca llegó a concretarse y el convoy detuvo su avance. El pasado 4 de marzo, la BBC informaba de la parada total del convoy por problemas técnicos. El Pentágono explicó entonces la intención de los rusos de "reagruparse deliberadamente y reevaluar el progreso que no han logrado". En ese momento, se especuló con que el convoy podía estar parado debido a falta de suministro, a la baja moral de los soldados rusos, o por la resistencia ucraniana.

Ahora, un video de un dron publicado por las fuerzas armadas de Ucrania parece mostrar a tanques rusos T-72 y otros vehículos que formaban parte de este convoy emboscados por la artillería ucraniana, y algunos se vieron obligados a retroceder. 

En el vídeo se escucha también una conversación de radio interceptada en la que se desvela que el comandante del regimiento murió en el ataque, que destruyó a varios vehículos. Según el Ministerio de Defensa de Ucrania, el oficial era el coronel Andréi Zakharov, comandante del 6º Regimiento de Tanques de la 90ª División de Tanques del Distrito Militar Central. Unas imágenes de 2016 muestran que el presidente Putin le otorgó la Orden del Valor.

Si su muerte se verifica, sería el tercer alto cargo del Ejército ruso que pierde la vida en combate. El primero fue el Andréi Sujovetski, general de división y comandante adjunto del 41 Ejército de Armas Combinadas del Distrito Militar Central de Rusia, que habría caído cuando un francotirador ucraniano le alcanzó de un único disparo desde 1.500 metros. El general de división Vitaly Gerasimov, de 45 años, el primer subcomandante del 41º ejército de Rusia, se convirtió en el segundo general asesinado en un ataque cerca de la ciudad sitiada de Jarkóv el lunes.

Tras el fracaso de las negociaciones entre Rusia y Ucrania este jueves en Turquía, entre Sergey Lavrov y Dimytro Kuleba, se espera una nueva investida de Rusia en los próximos días. El ministro de exteriores ucraniano intentó conseguir un alto el fuego de 24 horas y más corredores humanitarios para evacuar a los civiles, pero su homólogo lo rechazó.

De hecho, mientras los dos negociaban en Turquía, la evacuación de la ciudad de Mariúpol, una de las más castigadas estos días, en la que Rusia ha atacado con brutalidad una maternidad, ha tenido que ser suspendida debido a las agresiones del ejército ruso.

Mientras, la capital resiste. Vitali Klitschko, el alcalde de Kiev, dijo ayer que unos dos millones de personas, la mitad de los residentes, habían abandonado la ciudad, que se ha convertido prácticamente en una fortaleza. "Cada calle, cada casa está siendo fortificada. Incluso las personas que nunca tuvieron la intención de seguir la vida militar, ahora están uniformados con ametralladoras en sus manos".