D. Barreira
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Las claves

Enfado en Estados Unidos con el proyecto de ley aprobado este miércoles por el Parlamento israelí para anexionar el territorio de la Cisjordania ocupada. El secretario de Estado, Marco Rubio, precisamente antes de subirse a un avión rumbo a Tel Aviv, advirtió de que esa medida supone una "amenaza" al frágil alto el fuego declarado en la Franja de Gaza tras dos años de invasión.

"El presidente [Donald Trump] se ha asegurado de que no podamos apoyarlo ahora mismo. Y creemos que incluso amenaza el acuerdo de paz", subrayó Rubio a preguntas de los periodistas. "Son una democracia. Van a tener sus votos. La gente se va a posicionar. Pero en este momento creemos que podría ser contraproducente", añadió.

El Parlamento israelí (la Knéset) aprobó este miércoles, en una lectura preliminar con 25 votos a favor y 24 en contra, una propuesta para anexionar el territorio palestino ocupado de Cisjordania. Se trata de un primer paso que precede a otras tres votaciones para que el proyecto se convierta en ley, a pesar del rechazo del primer ministro Benjamin Netanyahu y de parte de su formación por "dañar nuestra relación con EEUU".

Una ley que recogería que "el Estado de Israel aplicará sus leyes y soberanía a las zonas de asentamiento en Judea y Samaria, para establecer el estatus de estas áreas como parte inseparable del Estado soberano de Israel".

Trump, en una entrevista publicada este jueves con la revista Time, ha asegurado que eso "no va a ocurrir" porque así se lo garantizó a los países árabes. "Israel perderá todo el apoyo de Estados Unidos si esto llega a ocurrir", añadió, insistiendo en sus palabras de hace un mes. Su vicepresidente, JD Vance, que se encuentra de viaje en Tel Aviv para reforzar el plan de paz, ha definido la votación como "muy estúpida".

Soldados del Ejército israelí impiden a recolectores palestinos acceder a los olivares en la Cisjordania ocupada. Mussa Qawasma Reuters

Rubio, jefe de la diplomacia estadounidense, aterrizará en Israel este jueves para "apoyar la exitosa implementación" del plan de Trump para poner fin al conflicto en Gaza que, según el Departamento de Estado, "ha obtenido un apoyo internacional sin precedentes". La medida de la anexión del territorio de Cisjordania supondría acabar de facto con la solución de los dos Estados.

El propio Netanyahu ha acusado este jueves de esta votación a la oposición en lo que ha tildado de "una provocación deliberada" para "sembrar discordia" durante la visita de Vance a Israel, haciendo hincapié en que ese proyecto de ley y otro "fueron patrocinados por miembros de la oposición".

Sin embargo, muchos miembros del Gobierno de coalición de Netanyahu han instado enérgicamente a impulsar la anexión de Cisjordania como respuesta al reconocimiento de un Estado palestino por parte de buena parte de Occidente. A principios de septiembre, el ministro de Finanzas, el ultra Bezalel Smotrich, pidió públicamente la anexión del 82% de Cisjordania a pesar de las advertencias de los países árabes de que dicha medida significaría el fin de la integración de Israel en Oriente Medio.

Otros altos cargos del gabinete, como el ministro de Justicia, Yariv Levin, y el ministro de Defensa, Israel Katz, también han respaldado la anexión. Este verano, la Knéset aprobó por abrumadora mayoría una moción no vinculante a favor de la aplicación de la soberanía israelí en Cisjordania. Según la cadena pública Kan, Netanyahu reconoce que este movimiento podría suscitar una crisis diplomática con Washington. El ministro de Exteriores de hecho ha asegurado que el plan no saldrá adelante sin el respaldo del Ejecutivo.

Ataques de colonos

El Ministerio de Exteriores de Palestina señaló en un comunicado difundido poco después de la votación de la Knéset que "la tierra palestina ocupada en Cisjordania, incluida Jerusalén, y la Franja de Gaza, constituyen una unidad geográfica única sobre la cual Israel no tiene soberanía, y que la soberanía pertenece exclusivamente al pueblo palestino".

En el escrito también se exigió a todos los países e instituciones de Naciones Unidas que rechacen esta decisión y tomen "las medidas necesarias de disuasión" para evitar que las autoridades israelíes implementen sus planes y "políticas sistemáticas para apoderarse de la tierra palestina por la fuerza o bajo cualquier pretexto de anexión". Hamás ha tildado el plan de "nulo e ilegítimo".

En los últimos días, el Gobierno palestino ha informado de más de un centenar de ataques de colonos israelíes contra recolectores palestinos de olivares a lo largo del territorio ocupado de Cisjordania. Las autoridades han denunciado agresiones físicas violentas, restricciones de movimiento, denegación de acceso, intimidación y acoso en todas sus formas, incluidos disparos directos.

En uno de estos episodios, una veintena de colonos, algunos enmascarados y armados con palos, golpearon a varios palestinos -dejando a una anciana inconsciente- y quemaron al menos dos coches, tras impedir la cosecha de olivas en el pueblo de Turmusaya.