Podrán conducir a partir de este mes de junio, pero las mujeres de Arabia Saudí están todavía lejos de ser ciudadanas de pleno derecho. El paso histórico del rey Salman levantando la norma no escrita que prohibía que las mujeres tuvieran siquiera acceso al carné de conducir no es el final de la lucha.

Las mujeres saudíes se enfrentan a una discriminación que las organizaciones de derechos humanos han calificado como un régimen de "segregación sexual" o "apartheid de género". Human Rights Watch (HRW) ha recordado este miércoles que el sistema de tutela masculina sigue en vigor en el país.

Estamos obligadas a vivir bajo las fronteras que nos dibujan nuestros padres o maridos

Este mecanismo obliga a las mujeres a depender de su 'hombre guardián' para casi todo. Cada una de las ciudadanas saudíes deben de tener un guardián, que puede ser su marido, padre, hermano o hasta un hijo. Necesitan su aprobación y consentimiento expreso para tramitar un pasaporte, viajar fuera del país, estudiar en el extranjero, acceder a una beca, casarse o incluso para salir de prisión

En abril de este año, el monarca dio otro tímido paso hacia la igualdad al ordenar a las agencias gubernamentales que permitieran a las mujeres acceder a los servicios del Estado saudí sin consentimiento legal de su guardián. La medida tiene una excepción: "Al menos que no existan leyes que lo requieran", subrayan desde Human Rights Watch. 

"Todas estamos obligadas a vivir bajo las fronteras que nos dibujan nuestros padres o maridos", resumía una mujer saudí de 25 años para el informe 'Encerradas: mujeres bajo el sistema del 'hombre guardián'

Las mujeres que buscan ayuda para escapar de la violencia y los abusos afrontan aún más obstáculos. Los maridos retienen su estatus de guardián incluso durante los procesos de divorcio, sea cual sea la causa que ha llevado a la ruptura, indica el informe de HRW. 

Entre las entrevistadas para realizar el informe de la ONG, hay muchas que creen que la única opción segura es escapar. Huir del país para evitar a las parejas o familiares que las han amenazado o agredido. Pero para ello tienen que pedir permiso a su guardián. 

Desde el año 2000, Arabia Saudí es miembro de la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra las Mujeres, un organismo legal. Esta petromonarquía está "obligada legalmente" a acabar con el "apartheid de género" y el resto de discriminaciones, según HRW. 

Sin embargo, el régimen de desigualdad de Estado continúa vigente. El tímido pero necesario paso de permitir conducir a las mujeres forma parte de la nueva estrategia de Arabia Saudí, contemplada en Vision 2030, su plan de modernización: "Continuaremos desarrollando los talentos de las mujeres e invirtiendo en sus capacidades productivas para que contribuyan al desarrollo de nuestra sociedad y nuestra economía", se puede leer en el documento del Gobierno saudí.   

 

Noticias relacionadas