Las claves
nuevo
Generado con IA
Vuelta a la carga. Donald Trump reaviva las tensiones en el Ártico con Dinamarca y la Unión Europea a propósito de sus reclamaciones territoriales sobre Groenlandia. El presidente de Estados Unidos nombró anoche —sin previo aviso— enviado especial de la Casa Blanca a la isla más grande del planeta al gobernador republicano de Luisiana, Jeff Landry, que compaginará su labor al frente del estado sureño con este cargo de nueva creación.
"Jeff entiende lo esencial que es Groenlandia para nuestra seguridad nacional y promoverá firmemente los intereses de nuestro país para la protección, la seguridad y la supervivencia de nuestros aliados y, de hecho, del mundo", escribió el mandatario republicano en su plataforma, Truth Social. La respuesta de Landry llegó a través de X. "Es un honor servir en este puesto voluntario para hacer que Groenlandia forme parte de Estados Unidos", apuntó.
Sus declaraciones hicieron saltar las alarmas en Nuuk, Copenhague y el resto de las cancillerías europeas. Un año después de su primera amenaza de anexión, Trump retoma su campaña hostil contra la antigua colonia de Dinamarca, un territorio autónomo de 57.000 habitantes que permanece bajo soberanía danesa.
"Nos hemos despertado con un nuevo anuncio del presidente de Estados Unidos. Esto puede sonar importante, pero no cambia nada para nosotros. Nosotros decidimos nuestro propio futuro", reaccionó este lunes el primer ministro groenlandés y líder de los liberales de Demokraatit, Jens Frederik Nielsen, ganador de las elecciones parlamentarias del pasado mes de marzo.
Nielsen emitió más tarde un comunicado conjunto con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, para reiterar dos exigencias fundamentales, esto es, que "no se puede anexionar otro país, ni siquiera con un argumento de seguridad internacional" y que "Groenlandia pertenece a los groenlandeses y Estados Unidos no debe tomar el control de Groenlandia".
Donald Trump Jr. frente a la estatua de Hans Egede en Nuuk, Groenlandia, durante una visita privada.
"No hay razón para la inquietud. Estamos unidos y nos mantenemos firmes", reafirmó a través de Facebook el presidente del Gobierno groenlandés (Naalakkersuisut, en inuit), una amplia coalición de liberales, socialdemócratas, ecologistas y conservadores —con distintas sensibilidades sobre la cuestión independentista— que nació para resistir ante las presiones de Trump.
"De la nada, ahora hay un representante presidencial especial de Estados Unidos que, según él mismo, tiene la tarea de tomar el control de Groenlandia", lamentó este lunes el ministro de Asuntos Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen, que reconoció estar "profundamente molesto" con el nombramiento de Landry. "Esto es, por supuesto, completamente inaceptable", sentenció en declaraciones a la cadena TV2.
"Es una situación difícil en la que nos están colocando nuestros aliados de toda la vida", reconoció la propia Frederiksen a través de una publicación en Instagram.
Tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como el presidente del Consejo Europeo, António Costa, cerraron filas con Dinamarca y la sociedad groenlandesa. "La integridad territorial y la soberanía son principios fundamentales del derecho internacional. Estos principios son esenciales no solo para la Unión Europea, sino para las naciones de todo el mundo", escribieron en X.
Más represalias
El nombramiento de Landry, que asume como propia la idea de convertir la isla del Ártico en territorio estadounidense, viene precedido del informe anual publicado a principios de diciembre por el servicio de inteligencia militar danés, que por primera vez identificaba a Washington como una amenaza potencial para su seguridad nacional.
Además del nombramiento de Landry, la Administración Trump anunció este lunes la suspensión de los contratos de arrendamiento de cinco grandes proyectos eólicos marinos que se están construyendo frente a la costa este de Estados Unidos, entre los que figuran otros dos desarrollados por la empresa estatal danesa Orsted. Una decisión que en absoluto parece casual.
También este mismo lunes, el jefe de la diplomacia danesa convocó al embajador de Estados Unidos en el país, Kenneth Howery, un exejecutivo de PayPal próximo a Trump que había prometido mantener unas relaciones bilaterales basadas en el "respeto mutuo" durante una visita reciente a Groenlandia.
"Espero con mucho interés trabajar con mis colegas del Gobierno danés en nuestras preocupaciones compartidas sobre la seguridad en el Ártico", declaró el pasado mes de noviembre desde Nuuk. A la vista está que es una promesa incumplida.
