La Comisión de Ursula von der Leyen ha puesto sobre la mesa este miércoles un paquete de sanciones contra Israel sin precedentes por su actuación "inaceptable" en Gaza, pero no tiene garantizado un apoyo suficiente entre los Estados miembros para que estas medidas punitivas salgan adelante.
Su aprobación depende en gran medida de lo que decida Alemania, que hasta ahora había rechazado cualquier represalia contra el Gobierno de Benjamin Netanyahu. Sin embargo, tras el anuncio de Von der Leyen, Berlín ha optado por la cautela.
"El Gobierno federal aún no se ha formado una opinión definitiva al respecto", ha dicho su portavoz, Stefan Kornelius, que ha insistido en que la prioridad para el canciller Friedrich Merz es "mantener abiertos los canales de comunicación con Israel".
Por su parte, el Ejecutivo italiano de Giorgia Meloni, otro de los grandes aliados de Israel dentro de la UE, también aboga por "pisar el freno" en materia de sanciones. Roma no rechaza abiertamente las propuestas de Bruselas, pero es partidaria de moderar o suavizar el alcance del castigo contra Israel.
"En este momento, no veo que exista la mayoría requerida. Pero las cosas están evolucionando constantemente, tanto en Gaza, como en Bruselas y en las capitales, por lo que es imposible decir si en el futuro podría materializarse una mayoría cualificada", explica a EL ESPAÑOL un diplomático europeo.
Esta mayoría cualificada de Estados miembros es la que se necesita para validar la principal de las sanciones propuestas por la Comisión: la suspensión de las ventajas comerciales de que disfruta Israel en virtud de su Acuerdo de Asociación con la UE.
De aprobarse esta medida, la UE reintroduciría aranceles para toda una serie de productos israelíes, sobre todo agrícolas. Según los cálculos de Bruselas, las exportaciones israelíes tendrían que pagar un monto adicional de 227 millones al año en recargos arancelarios.
El ministro de Exteriores de República Checa, Jan Lipavsky, ya le ha prometido a su homólogo israelí, Gideon Sa'ar, que se opondrá "firmemente" a esta suspensión parcial del Acuerdo de Asociación. "A la UE no le conviene limitar su influencia en la región", alega.
"De momento parece complicado que esta medida salga adelante. Pero las opiniones están evolucionando. La presión aumenta. La ONU habla de genocidio", señala a este periódico otro alto funcionario comunitario.
El segundo pilar del paquete de medidas punitivas de Bruselas contra Israel consiste en sanciones individuales contra dos ministros de Netanyahu. Se trata del responsable de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, y el de Finanzas, Bezalel Smotrich.
Ambos están acusados de incitar al odio y a la violencia contra los palestinos. El Ejecutivo comunitario quiere meter además en esta 'lista negra' a un grupo de colonos violentos de Cisjordania, lo que se traduciría en congelar sus activos y prohibir su entrada en la UE.
Estas sanciones individuales contra los ministros "extremistas" y los colonos violentos todavía son más difíciles de sacar adelante, ya que requieren el apoyo unánime de los 27 Estados miembros. Y la Hungría de Viktor Orbán ha vetado reiteradamente cualquier tipo de iniciativa en este sentido.
El objetivo no es castigar a Israel, el objetivo es mejorar la situación humanitaria en Gaza, ha explicado la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas, en rueda de prensa.
"Estas medidas no están dirigidas contra el pueblo israelí. Su propósito es demostrar que Europa no puede aceptar las acciones del gobierno israelí en Gaza y Cisjordania, que han excedido con creces el legítimo derecho de Israel a la legítima defensa", sostiene el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa.
Aunque evita utilizar el término "genocidio", el Ejecutivo comunitario ya constató en junio que Israel está vulnerando los derechos humanos en Gaza, lo que contraviene el artículo 2 del Acuerdo de Asociación. Pero hasta ahora había evitado proponer sanciones contundentes contra Netanyahu.
¿Qué es lo que ha cambiado en los últimos días? Kallas alega que la situación ha cambiado por la ofensiva terrestre de Israel contra Ciudad de Gaza y los nuevos asentamientos masivos en Cisjordania, que ponen en riesgo la solución de dos Estados defendida por la UE.
"La opinión pública en los Estados miembros realmente está cambiando porque el sufrimiento en Gaza es evidente y la gente realmente quiere que este sufrimiento se detenga", ha resaltado la Alta Representante de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
"A nivel político, las posiciones siguen siendo básicamente las mismas que hasta ahora", ha agregado. Un reconocimiento implícito de que las sanciones contra Israel propuestas por Bruselas no saldarán adelante.
La única sanción que seguro saldrá adelante porque no necesita el aval de los Estados miembros es la congelación con efecto inmediato por parte de Bruselas de un total de 20 millones de euros en programas de apoyo bilateral a instituciones israelíes.
Pero se mantendrán las ayudas europeas por valor de 35 millones de euros a entidades de la sociedad civil, la lucha contra el antisemitismo o las iniciativas de paz.
En todo caso, el ministro de Exteriores de Israel amenaza con represalias contra la UE. "Las recomendaciones del colegio de Comisarios encabezado por la presidenta Von der Leyen están distorsionadas moral y políticamente, y es de esperar que no se adopten como ha sucedido hasta ahora", ha dicho Sa'ar.
"Las medidas contra Israel perjudicarán los propios intereses de Europa. Israel seguirá luchando, con la ayuda de sus amigos en Europa, contra los intentos de bañarlo mientras se encuentra en medio de una guerra existencial. Las medidas que se tomen contra Israel recibirán la respuesta correspondiente", amenaza el jefe de la diplomacia israelí.
