Sabotajes en los cables del mar Báltico. Interferencias en el GPS del avión de Ursula von der Leyen. Drones rusos dentro del espacio aéreo de un país europeo miembro de la OTAN. Estos son solo algunos ejemplos de los ataques híbridos que Rusia ha estado perpetrando contra Occidente desde el inicio de su invasión a Ucrania. Sin embargo, hay muchos más que permanecen en la sombra.
Este martes, Dariusz Standerski, viceministro de Asuntos Digitales de Polonia, explicaba al Financial Times que su país es blanco de entre 20 y 50 intentos de sabotaje ruso al día. La mayoría de ellos, ha señalado, tienen como objetivo dañar infraestructuras críticas, como hospitales —de donde intentan extraer datos— o centrales energéticas.
Sin ir más lejos, el mes pasado, un intento de ciberataque buscó cortar el suministro de agua de una de las diez ciudades más importantes del país, ha revelado Standerski al diario británico, que no ha precisado la localización alegando "una cuestión de seguridad".
Varsovia sostiene que logra frustrar el 99% de esos ataques, pero lo cierto es que estos han ido escalando a niveles cada vez más peligrosos. Por ello, el Gobierno polaco está aumentando su presupuesto de ciberseguridad a 1.000 millones de euros este año, en comparación con los 600 millones de 2024.
Las autoridades polacas afirman ser el objetivo más frecuente de los ciberataques rusos dentro de la UE. Sin embargo, la escala de las operaciones híbridas es cada vez mayor y más peligrosa. Un informe reciente del International Institute for Strategic Studies (IISS) indicaba que el número de sabotajes rusos en Europa se cuadruplicó entre 2023 y 2024.
"El objetivo ha sido desestabilizar a los gobiernos europeos, socavar el apoyo público a Ucrania imponiendo costes sociales y económicos a Europa, y debilitar la capacidad colectiva de la OTAN y la Unión Europea para responder a la agresión rusa", escribían los expertos de IISS Charlie Edwards y Nate Seidenstein.
Incursión con drones
En las últimas semanas, Moscú ha redoblado su apuesta por poner a prueba tanto a la OTAN como a Estados Unidos. La incursión de casi una veintena de drones rusos en el espacio aéreo polaco puso en alerta a los aliados, que se reunieron para dialogar tras la activación del artículo 4 de la organización.
Este mismo martes, el presidente del país, Karol Nawrocki, instó a "hacer todo lo necesario para estar preparados para una guerra".
"Tenemos que hacer todo para estar preparados para una guerra. Porque sólo eso nos da paz", declaró en una entrevista con el diario Bild, el más leído de Alemania, país que el euroescéptico Nawrocki visitó en un viaje marcado por reproches históricos y pragmatismo.
