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"Solo unas semanas después de la cumbre de la OTAN, este es el segundo pilar que reafirma la asociación transatlántica". Así ha justificado Ursula von der Leyen todas las cesiones que la Unión Europea ha tenido que realizar para firmar un acuerdo comercial con Donald Trump, que sólo incluye beneficios para Estados Unidos y minimiza daños para la UE.

Según este pacto, EEUU impondrá un arancel general del 15% a la mayoría de productos europeos, incluyendo los coches y los fármacos. Por su parte, Bruselas renuncia a adoptar represalias o a imponer ningún recargo nuevo a los productos estadounidenses. 

La presidenta de la Comisión alega que la alternativa era mucho peor. Si no se hubiera alcanzado un acuerdo, Trump hubiera cumplido su amenaza de imponer un arancel superior del 30% a todos los productos europeos desde el 1 de agosto, lo que obligaría a la UE a adoptar represalias, desencadenando una guerra comercial total entre la UE y EEUU. 

"No debemos olvidar dónde habríamos estado el 1 de agosto. Habríamos estado en el 30% y habría sido mucho más difícil bajar entonces al 15%. El 15% es sin duda un desafío para algunos, pero no debemos olvidar que nos mantiene el acceso al mercado estadounidense", ha dicho Von der Leyen.

Antes del regreso de Trump a la Casa Blanca, el tipo arancelario medio a ambos lados del Atlántico se situaba en apenas el 1%. En contra de lo que es normal en los acuerdos comerciales, el pacto alcanzado en Escocia aumenta los aranceles para la UE, mientras que los deja sin cambios para EEUU.

Como parte del acuerdo, Bruselas se ha comprometido a aumentar en 750.000 millones de dólares en tres años las compras de energía a Estados Unidos, y a incrementar también la adquisición de armamento de fabricación norteamericana. Finalmente, la UE hará nuevas inversiones en Estados Unidos por valor de 600.000 millones de dólares, según ha dicho Trump.

A la presidenta Von der Leyen se le ha visto muy incómoda durante la comparecencia conjunta con Trump Reuters

El único logro tangible que han conseguido los europeos en este tramo final de la negociación es rebajar del actual 25% al 15% los aranceles a los coches. "Es lo mejor que hemos podido conseguir", se ha resignado la presidenta del Ejecutivo comunitario. EEUU sostiene además que "la aceptará plenamente nuestros estándares automovilísticos e industriales por primera vez".

Además, Bruselas y Washington se comprometen a reducir a cero los aranceles para un número reducido de productos, como aviones y piezas de aviones, algunos químicos, semiconductores, algunos productos agrícolas no especificados (entre los que no está el vino) o materias primas críticas.

En cuanto al aluminio y el acero, a los que Trump aplica ahora un arancel del 50%, Von der Leyen ha dicho que se establecerá un sistema de cuotas y se rebajará el recargo, pero no ha dado todos los detalles.

Evitar la guerra comercial

"El acuerdo en las negociaciones entre la UE y EEUU sobre aranceles ha evitado un conflicto comercial que habría afectado duramente a la economía alemana, orientada a la exportación", se ha felicitado el canciller Friedrich Merz, uno de los líderes europeos que más había insistido en la urgencia de un pacto con Trump. 

En la comparecencia conjunta con Von der Leyen antes del inicio de la reunión, el presidente de Estados Unidos ha vuelto a quejarse de que la UE trata a su país de forma "injusta" en materia comercial. "Hemos tenido dificultades con el comercio con Europa, muchas dificultades", denunciaba Trump. Al final ha logrado imponer la mayoría de sus condiciones a los europeos.

"Claro que habría sido mejor no tener aranceles, pero este acuerdo aporta mayor claridad a nuestras empresas y mayor estabilidad a los mercados", sostiene el primer ministro holandés, Dick Schoof

De hecho, la oferta original que le presentó Von der Leyen a Trump era reducir a cero de manera recíproca los aranceles a todos los productos industriales, incluidos los coches. El acuerdo firmado este domingo en Escocia es mucho peor que lo que los negociadores de la UE esperaban hace apenas algunas semanas.

De hecho, el trato que ha logrado la UE sigue el modelo del que cerró Japón la semana pasada, pero es peor que el que obtuvo Keir Starmer para Reino Unido, que tiene un arancel general inferior del 10% aplicable también a los coches, hasta superar una determinada cuota.

Ursula von der Leyen y Donald Trump se dan la mano para sellar el acuerdo mientras las delegaciones aplauden. Reuters

Sin embargo, la mayoría de Estados miembros se han resignado a aceptar esta solución desequilibrada para la UE con el objetivo de evitar un mal mayor: el arancel general del 30% con el que amenazó Trump, que según Bruselas equivaldría a una prohibición total del comercio entre las dos orillas del Atlántico, según la Comisión Europea

Bruselas tampoco puede permitirse entrar en una guerra comercial total con Trump cuando todavía depende del paraguas de seguridad de EEUU, tal y como se puso de manifiesto en la reciente cumbre de la OTAN en La Haya.

De hecho, en el encuentro con Von der Leyen, el presidente norteamericano ha vuelto a presumir de que allí consiguió que todos los aliados se comprometieran a aumentar el gasto en Defensa desde el 2% hasta el 5% del PIB.

Desactivadas las represalias

"Este es un acuerdo entre las dos economías más grandes del mundo. Comerciamos por valor de 1,7 billones de euros al año. Somos un mercado de 800 millones de personas y representamos casi el 44% del PIB mundial", ha destacado la presidenta de la Comisión.

Por su parte, el jefe del Consejo Europeo, António Costa, ha dicho que el acuerdo firmado en Escocia sirve para "estabilizar el comercio transatlántico". "Prioriza la cooperación, protege los intereses fundamentales de la UE y brinda a las empresas la certeza que necesitan", ha argumentado.

"Es un momento de alivio, pero no de celebración. Los aranceles aumentarán en varias áreas y algunas cuestiones clave siguen sin resolverse", se ha quejado el primer ministro belga, Bart de Wever.

"Lo que me preocupaba ha sucedido. Un acuerdo completamente desigual entre EEUU y la UE. No les quepa duda: los aranceles asimétricos del 15 % son una derrota para la UE. Cuando impera la ley de la selva, los débiles no tienen más remedio que aceptar su destino", ha escrito el francés Olivier Blanchard, que fue economista jefe del FMI.

Donald Trump se ha anotado una victoria total frente a la UE Reuters

Desde abril, Estados Unidos aplica aranceles a alrededor de un 70% de las importaciones desde la UE. En concreto, un recargo del 50% al acero y aluminio comunitarios, una tasa del 25% a los coches y piezas de vehículos y una tarifa plana del 10% al resto de productos.

Tras el acuerdo entre Trump y Von der Leyen en Escocia, la UE desactivará las medidas de represalia que ya había aprobado para el caso de que la negociación acabara en fracaso. 

Se trata de aranceles del 30% contra productos icónicos estadounidenses por valor de 93.000 millones de euros, que debían entrar en vigor automáticamente de forma progresiva a partir del 7 de agosto, pero que ahora van a paralizarse.