Tras más de un mes de debates, la Unión Europea ha aprobado finalmente este viernes su decimoctavo paquete de sanciones contra Rusia, que está centrado en los sectores de la energía y la banca, y cuyo objetivo es aumentar la presión sobre el Kremlin para que acepte un alto el fuego en Ucrania.
El acuerdo unánime ha sido posible después de que el Gobierno eslovaco del populista Robert Fico levantara su veto. Fico reclamaba a la Comisión de Ursula von der Leyen garantías adicionales de que seguirá teniendo acceso a gas cuando la UE prohíba definitivamente las importaciones desde Rusia.
Finalmente, Eslovaquia anunció que levantaba su veto el jueves por la noche tras considerar suficientes las garantías que le ofrecía Bruselas. La Hungría de Viktor Orbán, el aliado más estrecho de Putin dentro de la UE, no ha planteado esta vez objeciones importantes.
"Estamos atacando el corazón de la maquinaria de guerra de Rusia. Apuntando a sus sectores bancario, energético y militar-industrial e incluyendo un nuevo límite dinámico para el precio del petróleo", ha celebrado Von der Leyen.
"La presión está alta. Permanecerá hasta que Putin ponga fin a esta guerra", ha destacado la presidenta de la Comisión.
"Ahora estrechamos aún más el cerco sobre Rusia, centrándonos en sus ingresos energéticos, exportaciones, esquemas de evasión y su flota en la sombra. Bajo la presidencia danesa, la Unión Europea ha adoptado su 18º paquete de sanciones, que incrementará la presión sobre Moscú", ha dicho su ministro de Exteriores, Lars Lokke Rassussen.
En primer lugar, Bruselas plantea reducir de 60 a 47,6 dólares por barril el tope de precio al petróleo ruso transportado por mar y dirigido a países extracomunitarios, ya que dentro de la UE ya está totalmente prohibido.
Esta medida se aplicó por primera vez en 2023 gracias a un acuerdo en el G7, es decir, con el apoyo de Estados Unidos. Ahora no está claro que Donald Trump vaya a sumarse al tope al precio del petróleo ruso.
Bruselas incluirá otros 105 buques rusos en su lista negra de sanciones a la "flota fantasma" que el Kremlin utiliza para evadir las sanciones a su petróleo, en la que ya figuran 342 barcos.
Además, se introduce una nueva prohibición de importar productos refinados a partir de petróleo crudo ruso de cualquier país tercero, excepto de Noruega, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Suiza.
La UE introduce también una "prohibición de transacciones" para Nord Stream 1 y Nord Stream 2, los dos gasoductos que conectan Rusia con Alemania por el mar Báltico.
Nord Stream 1 dejó de usarse tras el estallido de la guerra y Nord Stream 2 nunca se ha puesto en funcionamiento. Los dos gasoductos sufrieron además un sabotaje en septiembre de 2022.
Por su parte, las sanciones contra el sector financiero ruso tienen como objetivo limitar su capacidad de captar financiación y de realizar transacciones.
Para ello, la UE convertirá la prohibición ya en vigor de utilizar el sistema de mensajería financiera SWIFT en un veto total a cualquier tipo de transacción. Un veto que además se extenderá a otros 22 bancos rusos que no figuran actualmente en la lista negra.
Finalmente, Bruselas introducirá nuevas prohibiciones de exportación a Rusia, cuyo objetivo es privar a la economía rusa de productos críticos, como maquinaria, metales, químicos, plásticos y metales, así como de tecnologías de doble uso que se usan para fabricar drones o misiles.
