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Cambio de guardia en Bruselas. Dinamarca toma el relevo de Polonia y asume este martes la presidencia semestral de la Unión Europea, una tarea en la que ha fijado como máximas prioridades la seguridad y la defensa, el apoyo a Ucrania, la lucha contra la inmigración irregular, la ratificación del pacto comercial con Mercosur y la negociación del presupuesto plurianual para 2028-2034.

"Como daneses, siempre seremos duros en las negociaciones sobre el presupuesto. No queremos que se gaste dinero en cosas que no sean necesarias para Europa. Así que seguiremos siendo estrictos, pero formar parte de los 'frugales' ya no es el lugar adecuado para nosotros", ha afirmado la primera ministra danesa, la socialista Mette Frederiksen, al presentar sus objetivos clave.

En sus seis años como primera ministra, Frederiksen (Aalborg, 47 años) ha protagonizado una de las transformaciones más radicales que se recuerdan en la escena europea. De ser considerada como una de las líderes más euroescépticas de la historia de Dinamarca, a convertirse en abanderada en Bruselas de la ayuda militar a Kiev y el refuerzo de la defensa europea.

El punto de inflexión para ella, el acontecimiento que lo cambió todo, fue la guerra de agresión contra Ucrania que Rusia lanzó en febrero de 2022. A ello se suman las recientes amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de hacerse con el control de Groenlandia, frente a las que Frederiksen ha buscado el respaldo de sus socios de la UE.

"Tengo que decir que, desde el comienzo de esta discusión, creo que el presidente Trump habla en serio. Quieren Groenlandia. Pero nosotros también hablamos en serio. Y no vamos a dar un paso atrás", explica la primera ministra danesa en una entrevista en Vogue.

"Porque no se trata solo de Groenlandia. Si aceptamos que una gran potencia puede intimidar a otros países, entonces se acabó el juego para todas las democracias", sostiene Frederiksen.

En la negociación del presupuesto comunitario 2021-2027, la primera ministra danesa militó en el 'club de los frugales' (con Países Bajos, Austria y Suecia), que se oponía a los fondos Next Generation, aunque sus tesis fueron derrotadas.

Ahora, Frederiksen proclama públicamente que se ha salido de los frugales y que está a favor de una nueva emisión de deuda conjunta europea para financiar la defensa, como piden España o Francia. La Comisión de Ursula von der Leyen presenta su propuesta de presupuesto 2028-2034 a mediados de julio, pero la negociación se prolongará más allá de la presidencia danesa.

Mette Frederiksen y Giorgia Meloni comparten la política de línea dura en materia migratoria Unión Europea

"Para mí, lo más importante es rearmar Europa. Ese es mi punto de partida y mi conclusión en todas las discusiones. Porque si Europa no es capaz de protegerse y defenderse, llegará un momento en que será el final de la partida", sostiene la primera ministra danesa.

Pese a esta coincidencia en la necesidad de financiación europea para defensa (una posibilidad que siguen rechazando Alemania y Países Bajos), Frederiksen y Sánchez -que visitaron juntos Kiev en abril de 2022- comparten en realidad escasa sintonía política, y eso que son dos de los pocos jefes de Gobierno socialistas que aún quedan en la UE.

De hecho, la primera ministra danesa fue una de las más críticas con la negativa de Sánchez a subir al 5% el gasto en defensa en la cumbre de OTAN de la semana pasada, que considera "injusta". "Es una cuestión de estar unidos, de defender Europa, no solo Polonia o la República Checa. No estoy de acuerdo con la idea de que un país tenga una excepción", dijo Frederiksen en La Haya.

En materia de defensa, la presidencia danesa pretende impulsar la hoja de ruta que Bruselas presentará en otoño para alcanzar la independencia militar en 2030, mejorar la cooperación con Ucrania y reforzar la protección frente a amenazas híbridas, como la reciente destrucción de cables submarinos en el Báltico.

El otro gran asunto que enfrenta de forma sistemática a Frederiksen y Sánchez en la UE es la política migratoria. En contraste con la visión positiva de la migración que defiende Sánchez, la primera ministra danesa ha abanderado desde su llegada al poder una línea de extrema dureza en materia de control de fronteras, expulsión de migrantes irregulares o restricción del derecho de asilo.

La última iniciativa de Frederiksen en este campo ha sido impulsar una iniciativa conjunta con la primera ministra italiana Giorgia Meloni, líder de la derecha radical europea, para cambiar el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Pedro Sánchez, Mette Frederiksen y Viktor Orbán, durante un Consejo Europeo Unión Europea

"Es bastante obvio que el precio de la migración masiva lo pagan, sobre todo, las personas que ya viven en circunstancias difíciles", argumenta la primera ministra danesa en su entrevista con Vogue, en la que niega que esté alineada con la extrema derecha.

"Siempre digo que la gente no huye sin razón. Hay muchos conflictos y muchos refugiados en el mundo, y todos necesitan protección. Tenemos que protegerlos y garantizarles una vida mejor, pero no podemos ayudar a todos dentro de nuestras propias sociedades”, sostiene Frederiksen.

Durante su semestre de presidencia, Dinamarca pretende hacer avanzar las últimas propuestas legislativas presentadas por Bruselas que dan cobertura legal a la creación de centros de retención de migrantes en países extracomunitarios, siguiendo el modelo del acuerdo de Meloni con Albania. Una iniciativa que Sánchez rechaza casi en solitario en la UE.

En materia comercial, la presidencia danesa estará pendiente de las negociaciones de Bruselas con Trump para poner fin a la guerra arancelaria, cuyo plazo expira el 9 de julio. El comisario de Comercio, Maros Sefcovic, viaja de nuevo a Washington en un intento de acercar posiciones, aunque la UE asegura que no modificará su legislación sobre plataformas digitales como ha hecho Canadá.

Dinamarca apuesta además por diversificar los acuerdos comerciales de la UE y en este sentido da prioridad a la ratificación en los próximos seis meses del pacto alcanzado con Mercosur (bloque formado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), aunque todavía hay un grupo importante de Estados miembros, liderados por Francia y Polonia, que se oponen.

Para Frederiksen, las prioridades de la presidencia danesa están muy claras: "El foco, por supuesto, está en la guerra en Ucrania y en el rearme de Europa. Europa tiene que defenderse y tenemos que estar dispuestos a hacerlo. Si no estamos dispuestos a defendernos a nosotros mismos, ¿cómo podemos esperar que alguien más lo haga?”.