Los niños ucranianos se han convertido en las víctimas más vulnerables de la guerra en su país. Además de los miles de menores muertos y heridos -UNICEF calcula que hay más de 2.520 desde febrero de 2022-, entre las víctimas se encuentran también los miles de niños robados y trasladados a Rusia.
Debido a la opacidad del régimen de Vladímir Putin, no hay cifras exactas de cuántos menores han podido ser llevados a territorio ruso, pero instituciones y organizaciones internacionales han denunciado esta práctica perpetrada principalmente en las regiones de Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Luhansk, y reclaman la vuelta de estos niños a Ucrania.
Decenas de personalidades de todo el mundo han firmado una petición para exigir que se devuelva a esos niños y denunciar una práctica que, hasta el momento, ha quedado impune.
Entre los firmantes se encuentran personas tan relevantes como el actor estadounidense Sean Penn, la artista serbia Marina Abramović, el cantante Sting, el filósofo francés Bernard-Henri Lévy y la defensora de los derechos humanos Oleksandra Matviichuk.
También están el escritor indio Salman Rushdie, la tenista Elina Svitolina, la cantante británica Charlotte Gainsbourg o Andriy Yermak, jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania.
La carta forma parte de la iniciativa "Devuelvan a los Niños de Ucrania" impulsada por el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
Su objetivo es lograr "el apoyo de la sociedad civil y socios internacionales" para "localizar a estos niños, traerlos a casa y facilitar su retorno a la vida normal".
Los firmantes denuncian que la situación que enfrenta Ucrania "no es una crisis humanitaria", sino que es una operación deliberada de "rusificación" que busca "borrar la identidad de toda una generación".
Exponen que cuando estos niños son deportados a la Federación Rusa, se les ubica en "familias, centros de rehabilitación o campamentos militarizados".
Además de estar aislados, aseguran que son "privados de todo". Incluso les dan nuevos nombres, nuevas identidades y "se les dice que Ucrania nunca existió realmente".
"Una vez que el lavado de cerebro ha surtido efecto, cuando se han visto obligados a olvidar su identidad ucraniana y a distanciarse de su patria, son alistados en unidades paramilitares y enviados a luchar en el frente", revela el manifiesto, que les compara con los niños secuestrados por ISIS que acaban transformados en "cachorros de león del Califato".
En definitiva, se trata de una efectiva herramienta del Kremlin para "destruir a la nación ucraniana" que "no solo constituye una violación del derecho internacional, sino una ofensa a la idea misma de humanidad".
La iniciativa muestra el rechazo social a la maniobra rusa e insta a la "localización, identificación y repatriación de cada uno de estos niños rehenes", medidas fundamentales para lograr "una paz justa y duradera".
La petición se puede firmar y compartir online y los participantes hacen un llamamiento para que colaboren todas las personas posibles y así se dé voz a esta tragedia.
"Ya no se trata de diplomacia, estrategia ni luchas de poder, sino de humanidad. Nos dirigimos a los padres. A todos aquellos que imaginan lo que puede significar el secuestro de un niño que quizá nunca regrese", sentencian.