El enfrentamiento entre Donald Trump y Pedro Sánchez en la cumbre de la OTAN en La Haya ha tensado todavía más la ya de por sí controvertida negociación arancelaria entre la UE y Estados Unidos. El magnate inmobiliario amenaza con un arancel general del 50% contra todos los productos comunitarios si no hay acuerdo cuando expire el plazo, el próximo 9 de julio.
En el caso de España, Trump aseguró en La Haya que "les haré pagar doble" como represalia por la negativa de Sánchez de subir al 5% el gasto en Defensa. "Lo que ha hecho España es terrible. Es el único país que no quiere pagar", dijo el presidente de Estados Unidos en la rueda de prensa final de la cumbre de la OTAN.
Trump habló de duplicar los aranceles apelando a un supuesto pacto comercial con España. Pero lo cierto es que el comercio es una competencia exclusiva de Bruselas. Ursula von der Leyen es la que negocia en nombre de los 27 Estados miembros y el acuerdo al que se refería el presidente de EEUU sólo puede ser el que afecta a toda la Unión.
Von der Leyen todavía confía en que el choque entre Sánchez y Trump se quede en nada, que no dificulte todavía más su trabajo y haga naufragar una solución negociada, según explican fuentes comunitarias. Bruselas subraya además que España está en una posición de déficit comercial respecto a EEUU, que contrasta con el superávit del conjunto de la UE.
"Yo creo que son dos ámbitos distintos de debate. Uno es la Alianza Atlántica y otro es la Unión Europea", señaló el propio presidente del Gobierno al ser preguntado por la amenaza de represalias comerciales del presidente de EEUU.
Lo cierto es que si Trump pasa al ataque contra España, la UE tendría que salir al unísono en su defensa, lo que lejos de resolver la guerra arancelaria, la agravaría todavía más. "En cuanto a las medidas que Trump podría imponer, no tenemos voz ni control sobre ellas. Sin embargo, como UE27, estamos listos para defender a nuestros Estados miembros si es necesario", señalan las fuentes consultadas.
En el Consejo Europeo celebrado este jueves en Bruselas, Von der Leyen informó a los jefes de Estado y de Gobierno del estado de las negociaciones con Trump, que parecen lejos de un acuerdo. La presidenta de la Comisión tampoco ha sabido aprovechar su presencia en La Haya para cerrar una reunión bilateral con él. Una falta de contacto directo al máximo nivel que le reprochaba su antecesor, Jean-Claude Juncker.
El canciller Friedrich Merz conversa con la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, durante la cumbre de Bruselas
La presidenta acaba de recibir la última lista de peticiones de EEUU -aunque no quiere desvelar su contenido- y preguntó a los líderes "qué precio están dispuestos a pagar" para cerrar un trato con Trump. Las líneas rojas de la UE están claras: no se van a cambiar las normas fitosanitarias o sobre las plataformas digitales para aplacar al magnate neoyorquino.
Más allá de estos principios básicos, los jefes de Estado y de Gobierno están divididos. Alemania o Italia reclaman un pacto rápido a toda costa. A cambio, están dispuestos a aceptar que EEUU imponga de forma permanente un arancel del 10% a todos los productos europeos. En el otro extremo, Francia rechaza un acuerdo a cualquier precio y pide represalias si Trump no da marcha atrás.
Pese a la pausa arancelaria de tres meses que decretó en abril, Trump mantiene la mayoría de los aranceles que impuso a la UE al regresar a la Casa Blanca: un 50% al aluminio y al acero, un 25% a los coches y un 10% general al resto de productos.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, conversa con el presidente del Consejo Europeo, António Costa, durante la cumbre de Bruselas
"En cuanto a EEUU, he instado a no complicarlo demasiado. Tenemos menos de dos semanas, no se puede llegar a un acuerdo demasiado detallado. Nadie conoce la redacción del pacto entre Reino Unido y EEUU. Debemos llegar a una solución rápidamente. Prefiero un acuerdo rápido y sencillo a uno lento y muy complejo", ha dicho en Bruselas el canciller Friedrich Merz.
Por su parte, Giorgia Meloni, la líder europea con mayor afinidad ideológica con Trump, dice que no le importaría que EEUU mantuviese el arancel general del 10%, como ocurre en el pacto con Londres. "Cuando lo hemos discutido con las empresas, no parece que tenga un gran impacto", sostiene la primera ministra italiana.
"Queremos concluir rápidamente porque nos interesa a todos y porque es bueno para la estabilidad del comercio internacional y para nuestras empresas. Pero no queremos cerrar un acuerdo a cualquier precio", replica el presidente francés, Emmanuel Macron.
El presidente Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa de este jueves en Bruselas
Si Trump mantiene el arancel general del 10%, la UE no tendrá otra alternativa que tomar medidas de represalia, porque "de lo contrario seríamos ingenuos o débiles, o ambas cosas a la vez", ha avisado Macron. De hecho, Bruselas ya ha preparado dos listas de productos estadounidenses (por valor de 21.000 millones y 95.000 millones, respectivamente) a los que se impondrían aranceles de represalia.
España había estado hasta ahora del lado de Macron, pero tras su choque con Trump, el presidente del Gobierno se mostraba muy cauto. "Yo estoy de acuerdo con el acuerdo al que llegue la Comisión Europea y la presidenta Von der Leyen", dijo Sánchez al término del Consejo Europeo.
¿Cuál fue el mensaje que transmitió entonces la jefa de la Comisión a los líderes europeos? "Estamos listos para un acuerdo. Al mismo tiempo, nos preparamos para la posibilidad de que no se alcance un acuerdo satisfactorio. En resumen, todas las opciones siguen sobre la mesa".