Mientras gran parte de Europa debate cómo limitar el uso de móviles en las aulas, Estonia ha decidido tomar el camino opuesto: los fomenta como herramientas pedagógicas.
A partir de septiembre, el país báltico pondrá en marcha un plan nacional pionero para integrar la inteligencia artificial en el sistema educativo, proporcionando cuentas personalizadas de IA a miles de estudiantes y docentes, recoge The Guardian.
Con una población de apenas 1,4 millones de habitantes y un pasado reciente como república soviética, Estonia se ha convertido en el país con mejor desempeño educativo de Europa, según el último informe PISA de la OCDE.
En 2022, encabezó las clasificaciones en matemáticas, ciencias y pensamiento creativo, y quedó segunda -tras Irlanda- en comprensión lectora. Superó a vecinos como Finlandia, tradicionalmente admirado por su sistema educativo.
Detrás de este éxito hay múltiples factores, pero uno destaca sobre el resto: su apuesta radical por la digitalización.
“Los centros fijan sus propias normas y los móviles se usan solo cuando hay una tarea que lo requiere”, explicó la ministra de Educación e Investigación, Kristina Kallas.
Durante su intervención en el Foro Mundial de Educación celebrado en Londres, Kallas defendió la coherencia del modelo estonio: "En octubre hay elecciones locales y los jóvenes de 16 años podrán votar online desde su móvil".
"Sería contradictorio permitirles participar así en la vida democrática, pero prohibirles usar el teléfono en clase con fines educativos”, puntualiza Kallas.
La ministra también subrayó que no existe una prohibición estatal sobre el uso de móviles en centros escolares: "No he oído hablar de problemas, sinceramente", afirmó.
En lugar de restricciones generales, se ofrecen orientaciones, especialmente para niños menores de 12 o 13 años. Las normas, sin embargo, se deciden a nivel local.
Lejos de considerar la tecnología una amenaza, Estonia la abraza como palanca de transformación. Ya en 1997, lanzó el programa Tiigrihüpe (Salto del Tigre), que conectó a todos los centros escolares a internet.
Hoy, esa visión se amplía con el plan “AI Leap”, que pretende dotar de “herramientas y habilidades de inteligencia artificial de clase mundial” a 58.000 estudiantes y 5.000 profesores para 2027.
En colaboración con OpenAI, Estonia será un país piloto para la integración de la IA en la educación pública.
A partir de este septiembre, comenzarán con los alumnos de 16 y 17 años, y se ofrecerá formación específica a los docentes centrada en el aprendizaje autodirigido, la ética digital y la equidad educativa.
El objetivo no es solo mejorar los resultados académicos, sino repensar el modelo pedagógico. Kallas anticipa una revolución educativa.
"Se acabaron los deberes basados en redacciones, adiós al modelo de memorizar, repetir y aplicar. Tenemos que formar a los jóvenes en habilidades cognitivas superiores, porque la IA ya hace todo lo demás mejor y más rápido", señala la ministra.
Consciente de los recelos que despierta esta transformación, la ministra Kallas lo plantea como un reto evolutivo: "O desarrollamos cerebros más rápidos y capaces de pensar a niveles más altos, o la tecnología acabará sustituyendo nuestra conciencia".