Los Demócratas dan la sorpresa. El partido liberal que apoya una independencia gradual de Dinamarca ha ganado las elecciones legislativas en Groenlandia con un 30% de los votos en mitad de las pretensiones de Donald Trump de anexionar la isla a EEUU. El partido de Gobierno, Inuit Ataqatigiit, que apuesta por una independencia sin planificar ni prisas, se hunde a la tercera posición tras dejarse más de 15 puntos.
Liderado por el exministro de Industria y Recursos Minerales de Groenlandia, Jens-Frederik Nielsen, un jugador de bádminton de 33 años, Demokraatit -Los Demócratas- han conseguido más del triple de votos que en los comicios de 2021, cuando logró apenas tres escaños.
Esta formación aspira a una Groenlandia independiente con una economía de libre mercado -con inversión extranjera- y rechaza una independencia prematura o a corto plazo para proteger a la población y la economía de un posible deterioro del nivel de vida.
En segundo lugar, se encuentran los independentistas radicales, Naleraq, con un 24,5% de los votos (con una subida del 12,5% respecto a los últimos comicios), que apuestan por una rápida transición hacia la independencia total de Groenlandia.
Por detrás de los Demócratas y Naleraq, se encuentra la hasta ahora coalición izquierdista de Gobierno: Inuit Ataqatigiit, con un 21,4%, registrando una fuerte caída de más de 15 puntos porcentuales respecto a 2021. Abogan por una Groenlandia económicamente y políticamente independiente, sí, pero no tienen planes ni prisas para lograrlo.
Por detrás quedan los socialdemócratas de Siumut, con un 14,7%, que han perdido casi la mitad de los votos conseguidos en los anteriores comicios.
En quinto lugar, ha quedado el partido liberal-conservador y unionista Atassut, con un 7,3% de los apoyos, apenas un 0,4% más que hace cuatro años. El partido Quelleq, formado en 2023 por exmiembros de Naleraq y Siumut, ha quedado en último lugar con apenas un 1,1% de las papeletas.
"No queremos la independencia mañana"
Tras conocerse los resultados, Jens-Frederik Nielsen,líder del partido ganador, ha asegurado ante los medios estas elecciones han demostrado que "la gente quiere un cambio".
Además, ha dejado claro que la independencia de Groenlandia no será inmediata y ni a medio plazo. "No queremos la independencia mañana, queremos una buena base", ha dicho, para apostar por la inversión de empresas extranjeras en a isla "para que financien nuestro bienestar".
En los próximos días Nielsen mantendrá conversaciones con otros partidos para intentar formar un Gobierno de coalición en plena ofensiva de Trump para anexionar la isla a Estados Unidos.
Donald Trump
Este proceso electoral ha transcurrido en medio de una inusual atención mundial después de Trump haya insistido en hacerse con el control de esta región autónoma de Dinamarca, la mayor isla del planeta, que desde hace décadas aspira a lograr su independencia.
Sus reclamaciones del territorio, jaleado, sin duda, por su posición geoestratégica en el Ártico y riqueza en recursos naturales, han puesto los ojos del mundo en unas elecciones en las que unas 41.000 personas están registradas para designar a los 31 representantes de una isla que sigue siendo en gran parte inhabitable y donde el 80% de su extensión está bajo hielo perpetuo.
Trump, que ya presentó durante su primer mandato una oferta a Dinamarca para comprar Groenlandia, ha asegurado que Estados Unidos seguirá velando por la seguridad de la isla, donde cuenta desde la década de los 50 con la base espacial Pituk, situada en el noroeste insular.
Sin embargo, "Groenlandia no está en venta" es una de las frases que más se han repetido tanto en Groenlandia como en Dinamarca.
Los groenlandeses votaron abrumadoramente a favor del autogobierno en un referéndum en 2009, que también estableció una vía hacia la independencia.
La mayoría de los groenlandeses son partidarios de despojarse del control de Dinamarca, que decide en política monetaria, de defensa y exteriores, si bien no saben cómo ni cuándo, puesto que Copenhague aporta más de la mitad del presupuesto de Groenlandia para cubrir los servicios básicos de empleo, salud y educación.