El Gobierno conservador de Portugal acordó este jueves presentar en el Parlamento una moción de confianza que, en caso de ser rechazada, como todo apunta, forzaría la dimisión del primer ministro Luís Montenegro y conduciría casi con total seguridad hacia la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas. Las terceras en tres años. Ayer, el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, quien tiene la última palabra sobre este asunto, no descartó que los comicios pudieran celebrarse entre el 11 y el 18 de mayo, en caso de que el primer ministro pierda la votación prevista en principio para el martes de la próxima semana.
Desde Bruselas, donde se han dado cita este jueves los líderes de los Veintisiete, Montenegro aseguró que se mantendría como candidato del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) en los próximos comicios, que espera que se celebren "en un periodo corto de tiempo" a fin de "no volver en un proceso de degradación lento aquello que puede ser resuelto de forma más rápida".
"La situación política es conocida, la situación del Gobierno del primer ministro y del PSD también es conocida, no va a sufrir alteraciones", declaró el primer ministro, que sobrevivió esta semana a una segunda moción de censura presentada por el Partido Comunista (PCP) —la primera fue presentada a finales de febrero por la ultraderecha de Chega—, en la que el Partido Socialista (PS) de Pedro Nuno Santos decidió abstenerse.
Sendas mociones de censura responden a las sospechas de corrupción que han cercado al primer ministro y su familia. La empresa Spinumviva, que Montenegro fundó antes de ocupar cargos públicos y que estaba hasta la pasada semana en manos de su mujer y sus hijos, recibió pagos de otras compañías en las que había trabajado. Un escándalo sobre el que el primer ministro no ha dado explicaciones convincentes.
El Gobierno portugués considera que Montenegro no cometió "ninguna ilegalidad", pero, "aún así, las oposiciones persistieron en fomentar un clima de sospecha desprovisto de base fáctica y sin la mínima correlación con la realidad". En el texto de la moción de confianza, que destaca "la transformación positiva" en la que se encuentra el país, el Ejecutivo de centroderecha señaló a los dirigentes del PS porque "parecen reflejar una férrea voluntad de profundizar un clima artificial de desgaste y sospecha ininterrumpida".
Lo más probable es que el Gobierno de Montenegro caiga, dado que los socialdemócratas gobiernan en minoría tras descartar un Gobierno de coalición con la ultraderecha. La alianza electoral y parlamentaria entre el PSD y los democristianos del CDS-PP sólo cuenta con 80 escaños en el Parlamento. Para prosperar, la moción de confianza tiene que ser aprobada por mayoría simple, pero entre el PS y Chega, que ya han anunciado que votarán en contra para tumbar a Montenegro, suman 127 escaños, lo que imposibilita este escenario.
El primer ministro insistió este jueves en que para él "era y es deseable que no haya ninguna perturbación política", pero pretende aclarar las dudas sobre la legitimidad de su Gobierno. Sobre su presencia en la reunión extraordinaria del Consejo Europeo, Montenegro aseguró que se siente "en la plenitud del ejercicio de la función" y reafirmó que "el Gobierno no está limitado en nada", con la representación lusa en Bruselas "plena y total". "Creo que no habrá ninguna preocupación por parte de los otros estados miembros con la situación portuguesa", zanjó.