Agencias

El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, ha anunciado este miércoles que tiene previsto presentar su dimisión como jefe del Gobierno irlandés y ha señalado que también abandonará su cargo como líder del partido conservador Fine Gael.

Su renuncia se produce poco después de que los irlandeses rechazaran de forma contudente la reforma constitucional que proponía desvincular el papel de la mujer con los deberes del hogar y modernizar el concepto de familia para extenderlo más allá del matrimonio e incluir a parejas homosexuales y relaciones duraderas. 

Varadkar, abiertamente gay y de origen indio, dejará definitivamente el cargo de cara a la celebración de las elecciones generales, cuya fecha límite se situaba en marzo de 2025, si bien ha descartado presentarse como candidato.

Ha sido el primer ministro de Irlanda más joven en ocupar el cargo tras su llegada al poder en 2017, esperará a que su formación elija a un sucesor antes hacer efectiva la dimisión.

Está previsto que el Fine Gael elija al sucesor de Varadkar a lo largo del mes de abril, por lo que la sesión de investidura tendrá lugar posteriormente en el Parlamento irlandés. Su salida podría acarrear un aumento de la tensión en el seno de la coalición.

Una reforma constitucional fallida

Fue el pasado 10 de marzo cuando los irlandeses rechazaron reformar la Constitución para eliminar las referencias sexistas y discriminatorias sobre el papel de la mujer en la sociedad en un referéndum, lo que supuso un duro revés para los partidos tradiciones que gobiernan en coalición, Fianna Fáil, Fine Gael y Partido Verde, así como el Sinn Féin que lidera la oposición.



El 73,9% del electorado, formado por 3,3 millones de personas, votaron en contra de una propuesta del Gobierno encaminada a modificar dos artículos que aluden en la carta magna al "lugar de la mujer en el hogar", para sustituirlos por un lenguaje que reconocía la provisión de cuidados en la familia y aspiraba a borrar conceptos sexistas y que discriminan a la mujer. 

El Ejecutivo, de coalición entre democristianos, centristas y verdes, sufrió otra inesperada derrota en otro referéndum paralelo con el que quería modernizar el concepto de familia para extenderlo más allá del basado en el matrimonio e incluir modelos no tradicionales, como parejas homosexuales, y "relaciones duraderas", que fue rechazado por el 67,7%.

Tras esto, la líder del opositor Sinn Féin, Mary Lou McDonald, responsabilizó al Gobierno del resultado. "Creo que es una pena que el Gobierno haya ido en solitario por este camino", dijo antes de pedir la dimisión del Gobierno al completo.