Bruselas

La Comisión de Ursula von der Leyen ha presentado por fin este martes la primera Estrategia Industrial de Defensa de la historia de la UE. Un plan de rearme militar que pretende responder al "cambio de paradigma de seguridad" en Europa, con el regreso de la guerra de alta intensidad provocada por Vladímir Putin en Ucrania. "Europa está en peligro. Desgraciadamente, la paz no puede darse por sentada: la guerra está en nuestras fronteras", ha dicho el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, durante la presentación de la iniciativa.

La estrategia tiene como objetivo garantizar que Europa asuma gradualmente su propia defensa, con la colaboración de aliados "siempre que sea posible". Sobre todo ante el riesgo cierto de que Estados Unidos se desentienda de la protección del continente si Donald Trump gana las elecciones de noviembre y regresa a la Casa Blanca en 2025. Para ello la prioridad es aumentar drásticamente la capacidad de producción de la industria de defensa europea.

Sin embargo, el Ejecutivo comunitario apenas ha asignado a la Estrategia Industrial de Defensa 1.500 millones de euros del presupuesto comunitario en el periodo 2025-2027. Y eso cuando el propio comisario de Industria, Thierry Breton, uno de los autores del plan, ha cifrado en 100.000 millones de euros el dinero necesario para reconstruir la base militar europea a largo plazo. 

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"Cuando la UE choca con una amenaza existencial, encuentra la forma de financiar la respuesta", ha dicho Breton, que anticipa que el debate sobre el presupuesto que hay que destinar a defensa a escala de la UE seguirá la próxima legislatura. Varios países como Francia, Estonia o Bélgica han propuesto ya crear un gran fondo para defensa financiado con la emisión de deuda conjunta europea, pero otros como Alemania o Países Bajos lo rechazan.

A la espera de este debate, en la Comisión argumentan que los 1.500 millones que se han presupuestado de momento, aunque sean escasos, "inducirán un fuerte efecto palanca que debe tenerse en cuenta, ya que son los Estados miembros los que deben poner la mayor parte de los fondos". "Es un uso inteligente del dinero de los contribuyentes europeos, pero el dinero es escaso", se justifica un alto funcionario comunitario.

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, durante la presentación de la Estrategia Industrial de Defensa de la UE Comisión Europea

De hecho, la Estrategia Industrial Europea de Defensa copia el modelo que se ensayó primero con las vacunas contra la covid-19 y después con la búsqueda de alternativas al gas ruso. Por un lado, las ayudas comunitarias se utilizarán para animar a los Estados miembros a realizar compras conjuntas de armamento, reduciendo así la fragmentación del sector en mercados nacionales.

Las armas de propiedad conjunta por parte de varios países se beneficiarían además de la exención del IVA. El objetivo de Bruselas es adquirir al menos el 40% de los equipos de defensa de forma conjunta de aquí a 2030, y gastar al menos el 50% del presupuesto de contratación pública en la industria comunitaria.

"Nuestro gasto en defensa se destina a demasiados sistemas armamentísticos diferentes, comprados principalmente a terceros países. Ahora que los presupuestos de defensa en todos los Estados miembros están aumentando drásticamente, debemos invertir mejor, lo que significa en gran medida invertir juntos e invertir en Europa", ha defendido la vicepresidenta de la Comisión, Margrethe Vestager.

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Por otro lado, Bruselas pretende utilizar el dinero europeo -con un marco legal adaptado- para subvencionar los acuerdos de compra anticipada. Se trata de un mecanismo para animar a la industria a aumentar su capacidad de producción (cubriendo una parte de los riesgos), con la predictibilidad de que tendrá una determinada cartera de pedidos garantizados. Por ejemplo, el Ejecutivo comunitario ve prioritario aumentar la capacidad de producción de drones en Europa.

El comisario de Industria, Thierry Breton, durante la rueda de prensa de este martes en Bruselas Comisión Europea

En todo caso, la Comisión insiste en que la última palabra sobre la inversión en defensa la seguirán teniendo los Gobiernos nacionales, y que su papel se limita finalmente a coordinar todos los esfuerzos y reducir la fragmentación. El Ejecutivo comunitario cree además que la industria de defensa y el sector privado deben asumir más riesgos por su cuenta.

Aparte de los 1.500 millones del presupuesto comunitario, el Ejecutivo comunitario anima a los Estados miembros a que utilicen los fondos estructurales regionales que les corresponden para reforzar sus capacidades de defensa. Finalmente, Von der Leyen le pide al Banco Europeo de Inversiones (BEI), presidido por Nadia Calviño, que cambie su política de préstamos de aquí al final de año para facilitar el acceso a financiación por parte del sector de la defensa.

Al igual que hizo Von der Leyen, Borrell ha propuesto destinar los beneficios de los activos del Banco de Rusia en la UE (alrededor de 3.000 millones al año) para financiar la compra de armas para Ucrania. Pero también ha admitido que para eso se necesita el apoyo unánime de los Estados miembros, que ahora mismo no existe.

De hecho, la nueva Estrategia Industrial Europea de Defensa otorga un papel protagonista a Ucrania, país al que se trata como "casi Estado miembro". La mayor parte de las iniciativas (así como la financiación) estarán abiertas a la participación de Kiev, con la única excepción de los proyectos de interés común europeo en el ámbito de la defensa. Además, la UE abrirá en la capital ucraniana una Oficina de Innovación en Defensa.