Roma

En el momento menos esperado, a caballo entre Nochebuena y Año Nuevo, la Iglesia Católica ha tenido que resolver de forma contundente, en menos de un día, un inesperado caso de escisión. De una forma bastante estrambótica, el sacerdote italiano Ramón Guidetti, perteneciente a la diócesis de Livorno (Toscana, Italia), se ha dedicado a pronunciar palabras en contra del papa Francisco, graves y falsas. Se ha negado a reconocer su autoridad, religiosa y política, como pontífice de la Iglesia de Roma y ha negado que lo haya sido en los últimos casi once años.

Todo empezó el pasado domingo, 31 de diciembre, día en el que se conmemoraba el primer aniversario del fallecimiento de Benedicto XVI, predecesor del actual Santo Padre argentino. En medio de una misa dedicada a la figura de Joseph Ratzinger, el todavía entonces sacerdote, en plena homilía, empezó a hablar contra Jorge Mario Bergoglio, asegurando que este último no es el verdadero Papa, sin perder la oportunidad de llamarlo "impostor" y "usurpador".

En un vídeo que ha sido publicado en los principales medios de comunicación italianos y en las redes sociales, se observa al excura pronunciando la polémica homilía y, en unos minutos, desde la pedanía toscana de Guasticce, no hace más que atacar y calumniar a Francisco; definiéndolo "jesuita masón" y un "antipapa".

La respuesta de la Iglesia Católica en Italia ha sido inmediata. Al día siguiente de lo ocurrido, es decir, este lunes, la diócesis de la localidad transalpina de Livorno emitió un decreto en el que informaba a la comunidad católica que el sacerdote responsable de lo ocurrido había cometido un acto de "naturaleza cismática" y que, por tanto, la consecuencia era una excomunión con efecto inmediato.

Una excomunión que se extenderá de forma automática también a todos los creyentes católicos que tuvieran intención de asistir a cualquier otra misa o acto del exsacerdote Ramón Guidetti. Ha sido el propio obispo de Livorno, Simone Giusti, quien ha avisado que todos aquellos que incumplan lo estipulado serán excomulgados.

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"Estoy tranquilo y sereno, pero estoy sorprendido acerca de la velocidad con la que la guillotina ha cortado su enésima cabeza", ha comentado tras su excomunión Ramón Guidetti. Siguiendo el mismo tono provocador que en su última homilía, en relación al documento que lo ha excomulgado, ha añadido: "Lo enmarcaré, lo colgaré en una pared y será algo de lo que voy a presumir con mucho gusto".

Por si no fuera suficiente, ha asegurado que tiene "amargura en el corazón, por esta ceguera y dureza por parte de aquella que debería ser una madre, es decir, la Iglesia. Tendría que ser materna donde, en realidad, es una tirana", ha declarado el exsacerdote Guidetti, quien empezó su trayectoria clerical en 2011.

"Ha terminado aislándose él solo, porque él mismo ha decidido salir de la Iglesia Católica y así lo he asumido", ha explicado al diario católico italiano Avvenire el obispo de Livorno, Simone Giusti, quien ha explicado que "Guidetti es una persona buena, generosa, celante pero frágil". El pasado domingo, Guidetti llegó a asegurar que estaba dispuesto a unirse a otros curas excomulgados para fundar "una Iglesia clandestina y excomulgada", dispuesta a "volver a las catacumbas".

Un cura con antecedentes

Giusti afirma que, en su momento, "ya se le había llamado la atención durante la pandemia de Covid 19 por determinadas posturas extremas" y, en los últimos años, "se ha dejado arrastrar por grupos contrarios al Santo Padre". El obispo asegura "que llevan a cabo una oposición estéril", pero esta vez se trata de un hecho grave para la Iglesia Católica realizado "de forma cismática" contra el Papa.

"Estoy disgustado por el escándalo que ha provocado, por él y por la comunidad parroquial que se siente herida y que no comparte las posturas del expárroco". Y añade: "El debate es normal, pero otra cosa es romper la comunión".

El concepto central para entender el motivo de esta excomunión es el de cisma o acto cismático; es decir, el de separación de la Iglesia Católica y su doctrina. Y el marco normativo de Iglesia de Roma para responder a este tipo de hechos es el Derecho Canónico, donde, en lo ocurrido el pasado domingo, hay que recurrir a su Artículo 751.

La idea clave es, en este caso, el "rechazo a la sujeción al Sumo Pontífice: 'Se llama [...] cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos'".

En otras palabras: el exsacerdote Ramón Guidetti ha negado y rechazado la autoridad del papa Francisco. Tal como informan medios italianos como el conocido periódico Corriere della Sera, en la puerta de la iglesia de Guasticce ya se ha colgado un papel con el horario de las nuevas misas y los párrocos que las celebrarán.

No es la primera vez, bajo el pontificado de Francisco, que la Iglesia Católica se ha visto obligada a ejecutar una excomunión. La primera vez fue en el año 2014, cuando actuó contra Martha Heizer, profesora de religión en Innsbruck (Austria), presidenta y cofundadora de la organización Somos Iglesia; quien desafió al Vaticano al celebrar misa en su casa, como apuesta provocadora para defender el sacerdocio femenino, a costa de la consecuente excomunión.

Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) ha sido pontífice de la Iglesia Católica desde 2005 hasta 2013, año en el que realizó su histórica renuncia que dio paso a un cónclave que vio elegido a Francisco (Jorge Mario Bergoglio) como primer papa argentino y jesuita de la Historia.

Aunque hubo otro precedente hace siglos, Benedicto XVI fue el primer pontífice emérito, entendido como tal, en la milenaria historia de la Iglesia romana. Ratzinger, quien estuvo retirado dentro de las murallas del Vaticano tras su dimisión, vivió más tiempo como obispo de Roma retirado que como santo padre en activo. Siempre se recordarán, los últimos diez años, como la década de los dos papas.