Agencias

Crimea ha vuelto a amanecer en llamas este miércoles. Dos días después del ataque al puente de Kerch, un enorme incendio en una base militar del ejército de Rusia ha vuelto a conmocionar a un territorio que, desde que fue ilegalmente anexionado por Moscú en 2014, es uno de los principales destinos turísticos de los ciudadanos rusos

Esa es, al menos, la información que han difundido las autoridades prorrusas del territorio, que han anunciado la evacuación de 2.000 civiles del distrito de Kirovski, al noroeste. Además, Rusia se ha visto obligada a cortar la carretera Tavrida, que conecta Kerch, en el mar de Azov, con Sebastopol, en el mar Negro. 

"Está previsto evacuar temporalmente a los residentes de cuatro asentamientos de la zona adyacente al vertedero del distrito de Kirovski. Se ha desplegado un cuartel general operativo, todos los servicios especializados están trabajando sobre el terreno", ha publicado el gobernador impuesto por Rusia en Crimea, Sergei Aksenov, en su canal de Telegram.

Por el momento se desconocen las causas del incendio, que parece haberse originado en un depósito de municiones y que habría causado numerosas explosiones consecutivas, según la agencia Efe. De acuerdo con Aksenov, las autoridades están investigando el incendio, que no ha dejado víctimas. 

Pocas horas después de que se registrasen las primeras explosiones, el Kremlin ha acusado a Occidente de hacer la vista gorda ante lo que califica de "ataques terroristas" cometidos por Ucrania dentro de un territorio que considera ruso, recoge Reuters.

[Rusia despliega buques de guerra para desbloquear la entrada a Crimea ante la 'avalancha' de turistas]

También durante la noche Rusia ha lanzado un ataque aéreo contra el puerto ucraniano de Odesa por segund díaconsecutivo. Es la tónica que ha seguido el ejército del Kremlin después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, anunciase que se retiraba del acuerdo de exportación de cereales desde puertos ucranianos a través del Mar Negro.