Croacia da un paso más para su integración en la Unión Europea con la adopción del euro y del Tratado Schengen para la libre circulación de personas y mercancías. Una situación que le permitirá eliminar las barreras en un sector clave para su economía como es el turismo y, al mismo tiempo, beneficiarse de compartir un mercado y una moneda únicos e iguales al de sus principales clientes comerciales. 

La medida trata de dar un impulso clave a Croacia, uno de los países que más se ha visto castigado por la guerra de Ucrania y cuya primera toma de contacto con la Unión Europea data del año 2003, cuando solicitó la adhesión.

Por su parte, la UE apuntala de este modo su influencia en los Balcanes, una de las áreas prioritarias de expansión de los Veintisiete y en donde se encuentran una importante terna de estados candidatos, como son Albania y Bosnia.

Ahora bien, la implementación de la moneda única levanta las mismas suspicacias que en otros Estados donde se puso en marcha. Sólo el 55% de los croatas respalda la llegada del euro, según el Eurobarómetro de junio. Además, el 81% de los croatas está convencido de que el coste de la vida va a aumentar. 

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Y algo de razón llevan. La Comisión Europea estima un alza de precios de entre el 0,1% y el 0,3% con la puesta en circulación del euro. Sin embargo, existe la confianza en que esa situación sea compensada por unos costes de conversión más bajos y por unas tasas de interés inferiores. Así, el objetivo es que en 2023 la inflación caiga hasta el 5,7% frente al 13,5% actual. 

Para Croacia esta unión es un paso natural en un Estado en el que el 60% de los préstamos y la mitad de sus depósitos bancarios ya están registrados en euros. No sólo eso, es que le permitirá aprovechar todavía más la llegada de turistas, teniendo en cuenta que el 75% proceden del Tratado Schengen; que la mitad de su comercio exterior es con la Eurozona y que dos tercios de su inversión extranjera directa también procede de ahí. 

Influencia soviética

Al igual que gran parte de los países de la órbita de los Balcanes, Croacia es un país de antigua influencia soviética que tras el fracaso de la extinta Yugoslavia adquirió su estatus actual. De hecho, desde comienzos de siglo, el país fue uno de los socios prioritarios de la OTAN hasta que pasó a formar parte de la Alianza en abril de 2009.

Para la moneda única la entrada de Croacia supone un espaldarazo más al proyecto comunitario. Más en un contexto en el que está en cuestión por su debilidad frente al dólar (1,07dólares a cierre del pasado viernes) y tras ver cómo la paridad se perdía varias veces durante el 2022. 

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De hecho, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, ha asegurado que la llegada del socio número 20 a la Eurozona da fuerza a la moneda, pero también "nos hace más resilientes, facilita las inversiones y los negocios sobre las fronteras, da vida a nuestras economías, abre puestos de trabajo, mejora la prosperidad y la estabilidad macroeconómica".

En su breve etapa en la Unión, Croacia ya ha ostentado puestos de relativa relevancia en el seno de la UE. En concreto, entre los meses de enero y julio de 2020, ocupó la presidencia del Consejo de la UE. Hasta el momento esta ha sido su única presidencia dentro del sistema de rotación que se establece.

Pero la llegada de Croacia a la Eurozona puede producir también un cambio no tan visible, pero igualmente importante para el futuro de la política monetaria. El gobernador del Banco Nacional de Croacia, Boris Vujcic, se incorpora al consejo del Banco Central Europeo. Por tanto, podrá también tener voz y voto a la hora de decidir cuál debe ser el futuro de los tipos de interés. 

Croacia tiene experiencia en las consecuencias que tiene para una economía una tasa de inflación muy elevada extendida en el tiempo. Un proceso que vivió tras la guerra de los Balcanes. De ahí, que el propio Vujcic haya advertido en Bloomberg que "prestar mucha atención al menor crecimiento ahora, a expensas de luchar contra la inflación, suele ser tentador, pero dejar que la inflación se arraigue siempre tiene un costo mayor que una caída temporal del PIB". De sus palabras se desprende que su posición será la de mantener los tipos altos durante los próximos meses para lograr que la eurozona vuelva a unos niveles de inflación en el entorno del 2%.

Desde las 0:00 de este domingo se han retirado todos los controles en 73 pasos de las fronteras de Croacia con Eslovenia y Hungría, convertidas ya en lindes internas de Schengen. Por contra, se pasa a reforzar, tal y como manda la legislación comunitaria, la frontera con otros estados como Serbia, Bosnia-Herzegovina y Montenegro.