Bruselas

"Hoy es un buen día en un momento crítico para nuestra seguridad", ha celebrado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Los embajadores de Suecia y Finlandia han entregado este miércoles conjuntamente su "histórica" solicitud para entrar en la Alianza Atlántica. Un paso que pone fin a la tradicional política de neutralidad militar de los dos países nórdicos y que responde a la agresión no provocada de Vladímir Putin contra Ucrania, que les ha llevado a replantearse su seguridad.

Stoltenberg ha prometido a Helsinki y Estocolmo una decisión rápida para acogerles en la OTAN. Los dos países cuentan con el apoyo sin fisuras de la Unión Europea, según ha dicho el Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell. También respaldan su decisión Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, la candidatura conjunta ya ha chocado con la resistencia de un Estado miembro, Turquía.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha amenazado con vetar la adhesión de Finlandia y Suecia por dar acogida a militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que Ankara considera una organización terrorista. El resto de aliados da por descontado que Turquía acabará levantando su oposición. La decisión final, que requiere la unanimidad de los 30 aliados, podría adoptarse en la cumbre de la OTAN que se celebra a finales de junio en Madrid.

"Doy una bienvenida calurosa a la solicitud de Finlandia y Suecia de unirse a la OTAN. Ustedes son nuestros socios más estrechos y su adhesión aumentará nuestra seguridad común", les ha dicho Stoltenberg a los embajadores acreditados ante la Alianza de los dos países , Klaus Korhonen y Alex Wernhoff.

"Estas solicitudes son un paso histórico. Los aliados considerarán ahora los próximos pasos en el camino hacia la OTAN. Los intereses en materia de seguridad de todos los aliados deben tenerse en cuenta", ha señalado el secretario general, en una referencia indirecta a las reservas de Turquía. "Estamos determinados a resolver todos los problemas y alcanzar conclusiones rápidas", ha subrayado.

Garantías de seguridad

Lo que más preocupa a Estocolmo y Helsinki es la reacción del Kremlin, especialmente durante el periodo transitorio entre la presentación de la solicitud y la ratificación de su adhesión en la OTAN. Un trámite que puede durar entre seis meses y un año y en el que los dos países todavía no estarán cubiertos por la cláusula de defensa mutua, el artículo 5 del Tratado de Washington.

Stoltenberg ha destacado que en los últimos días varios países aliados se han comprometido oralmente a garantizar la seguridad de Finlandia y Suecia. Reino Unido ha firmado incluso un tratado de defensa mutua con los dos países. "La OTAN ya está vigilante en la región del mar Báltico y las fuerzas aliadas y de la OTAN continuarán adaptándose como sea necesario", ha apuntado.

"Todos los aliados están de acuerdo en la importancia de la ampliación de la OTAN. Todos estamos de acuerdo en que debemos permanecer juntos. Y todos estamos de acuerdo en que esto es un momento histórico que debemos aprovechar", ha dicho el secretario general.

La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha tenido muchas consecuencias no deseadas para Putin. Una de las más importantes es la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN. Si el objetivo real del Kremlin era alejar a la Alianza de las fronteras de Rusia, en realidad ha conseguido todo lo contrario de lo que pretendía

Duplicar la frontera con Rusia

En particular, la entrada de Finlandia duplicará la frontera entre Rusia y la OTAN al añadir 1.340 kilómetros adicionales. Los dos países nórdicos aportan además ejércitos potentes y bien entrenados que ya tienen un alto grado de interoperabilidad con la Alianza.

El 24 de febrero de 2022 lo cambió todo. La opinión pública en Estocolmo y Helsinki, tradicionalmente reticente a la OTAN, dio un vuelco y pasó a apoyar mayoritariamente la adhesión. En poco más de dos meses, la clase política de los dos países ha protagonizado un viraje sin precedentes hasta llegar a las solicitudes de este miércoles. Su razonamiento es que si Putin ha atacado sin motivo a Ucrania, también puede hacer lo mismo con Finlandia y Suecia.

La reacción inicial de Putin fue tachar de "error" la decisión finlandesa de renunciar a su política tradicional de neutralidad militar. Sin embargo, en sus últimas declaraciones ha dado marcha atrás. "Rusia no tiene ningún problema con estos Estados. Y en este sentido no hay ninguna amenaza inmediata para Rusia de una expansión (de la OTAN) para incluir a estos países", ha dicho esta semana.

No obstante, el presidente ruso sí amenaza con una "respuesta" si la Alianza Atlántica despliega nueva infraestructura militar en estos países.

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