El Partido Socialista (PS) francés ha llegado a acuerdo con la formación de Jean-Luc Mélenchon, Francia Insumisa (LFI), para presentar una candidatura conjunta a las elecciones legislativas del 12 de junio. Este es el primer paso para lograr un pacto de izquierdas que aúne a todos los partidos de ese espectro ideológico para los próximos comicios. Desde el final de la segunda vuelta Francia Insumisa lideraba unas negociaciones complejas con los socialistas, ecologistas y comunistas para lograr esta unión.  

Tras la debacle en las presidenciales, donde la candidata socialista, Anne Hidalgo no alcanzó ni los 2% de los votos, haciéndose con el peor resultado de un candidato socialista en toda la V República, que esta posibilidad estaba en el aire. Mélenchon contaba con una baza importante: el 22% de los votos en primera vuelta y su posicionamiento como la tercera fuerza política más votada, la primera de izquierdas. 

En un comunicado divulgado este viernes por la mañana, los socialistas suscriben las propuestas de LFI para lograr un acuerdo de izquierdas, aunque advierten que, pese a las coincidencias, "las conversaciones no han hecho más que empezar". El partido liderado por Olivier Faure dice estar de acuerdo en particular con aumentar el salario mínimo a 1.400 euros netos, la jubilación a los 60 años, la derogación de la reforma del seguro de desempleo, el restablecimiento del impuesto sobre el patrimonio, la transición a una VI República, o la garantía del acceso a los bienes comunes esenciales a través de los servicios públicos como el agua o la energía.

Sobre el controvertido posicionamiento de Francia Insumisa con la Unión Europea, que había anunciado que la desobediencia "a las normas europeas incompatibles con nuestras propuestas" debería ser parte del acuerdo, el partido socialista se niega a romper los puentes con las instituciones europeas, aunque asume que puede hacer falta un cierto distanciamiento.

"Nos negaremos a poner en peligro la construcción de Europa o permitir que se desarrolle una ruptura entre Francia y la Unión Europea. Pero ahora necesitamos cierta ruptura en el curso liberal de la construcción europea, un nuevo proyecto al servicio de la transformación ecológica y social", explican los socialistas. "La implementación del programa que estamos construyendo conducirá necesariamente a tensiones, a constatar contradicciones y a no respetar ciertas reglas".

El PS advierte también de que un acuerdo entre los diferentes partidos de izquierda, "no pretende hacer desaparecer la identidad política y la historia de cada uno". “Por eso proponemos también que el debate sobre este programa compartido vaya acompañado de una discusión sobre un modo de funcionamiento que permita conciliar eficiencia y pluralismo, solidaridad y diversidad”, destaca el comunicado.

Los socialistas remarcan que, tras una segunda vuelta que puso el acento en un ascenso de la extrema derecha, era el momento de que la izquierda diera un paso: "Ahora nos toca a nosotros hacer nacer una nueva esperanza construyendo, con motivo de las elecciones legislativas, una gran reunión de la izquierda y de la ecología, popular y ciudadana, en torno a un pacto por la justicia social y ecológica".

Críticas internas

Las negociaciones con Francia Insumisa han sido muy criticadas por varios socialistas, entre ellos el expresidente François Hollande que insistió en que "ese pacto no se puede hacer y no se hará" porque "hay demasiados desacuerdos programáticos". Además, Hollande subrayó que una candidatura común supondría que los socialistas no presentarían candidatos en tres cuartas partes de las circunscripciones, "algo que no ha sucedido nunca en la historia de la izquierda".

El expresidete francé recordó que cuando su partido era mayoritario los comunistas no renunciaban a sus propias candidaturas y que, según el programa de Mélenchon, un acuerdo, significaría que el PS renunciaría a su vocación europea, porque Mélenchon preconiza la "desobediencia" de los tratados europeos.

También la presidenta socialista del consejo regional de Occitanie, Carole Delga, feroz opositora al programa de Jean-Luc Mélenchon, se mostró contraria a cualquier acuerdo, citando en Twitter a Pierre Mendès France para criticar el anuncio del PS. "La moral política prohíbe la divergencia entre estrategia y convicciones, incluso por razones de conveniencia transitoria. Eso es lo que yo llamo la verdad", citó.

La senadora socialista Marie-Arlette Carlotti, ministra de François Hollande, también se mostró contra el acuerdo en la misma red social: "El PS no pertenece a nadie y nadie puede ordenarnos que nos vayamos. Nos quedamos y vamos a reconstruirlo en contra de los deseos de algunos ejecutivos". 

Las bases del acuerdo parecen estar sentadas pero Olivier Faure tiene un ardúo camino por delante para convencer a los socialistas de que este este es el mejor camino a seguir.