La Unión Europea y Reino Unido han alcanzado este miércoles una tregua en la denominada "guerra de las salchichas", que amenazaba con provocar una escalada de recargos arancelarios y represalias cruzadas entre los dos excónyuges tras el Brexit. En el tiempo de descuento, Bruselas ha decidido conceder un nuevo "periodo de gracia" de tres meses, hasta el próximo 30 de septiembre, para tratar de encontrar una solución definitiva pactada. 

El origen del problema está en la aplicación del protocolo sobre Irlanda del Norte, incluido en el acuerdo de divorcio. Para proteger la paz en el Ulster y evitar una frontera que divida la isla, Bruselas y Londres pactaron un estatus especial para Irlanda del Norte, que sigue vinculada a las reglas del mercado interior la UE. Eso significa que, en la práctica, la frontera se ha desplazado al mar de Irlanda, con nuevos controles aduaneros a los productos que llegan a los puertos de Irlanda del Norte procedentes de la isla de Gran Bretaña.

La nueva frontera ha enfurecido en particular a los unionistas norirlandeses, que denuncian que ponen en peligro la integridad territorial del país. La respuesta del Gobierno de Boris Johnson ha venido siendo extender unilateralmente los periodos transitorios y retrasar la puesta en práctica de los controles. Bruselas ha contraatacado amenazando con todo tipo de sanciones por vulneración del derecho internacional.

Una de las disputas más enconadas afecta precisamente al tráfico de carne picada y salchicas frescas. Según los acuerdos alcanzados entre Londres y la UE, la exportación de salchichas desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte debía quedar totalmente prohibida a partir de este miércoles 1 de julio, para evitar así cualquier riesgo de que entren ilegalmente en el mercado europeo. Johnson amenazó con saltarse esta prohibición unilateralmente, pero al final ha reculado y ha pedido una prórroga de tres meses. Y Bruselas ha decidido aceptarla. 

"No se trata de una carta blanca. Esta solución es de naturaleza temporal y va acompañada de condiciones estrictas", ha dicho el vicepresidente de la Comisión y responsable de negociar con Reino Unido, Maros Sefcovic. La carne picada y las salchichas deberán ir acompañadas de certificados sanitarios oficiales expedidos en Reino Unido, sólo podrá venderse a consumidores finales en supermercados localizados en Irlanda del Norte y deben llevar un etiquetado especial. Londres no podrá cambiar las reglas aplicables a estos productos.

Bruselas avisa de que el objetivo de esta prórroga es dar más tiempo a los supermercados norirlandeses para "adaptar sus cadenas de suministro", es decir, para buscar proveedores de salchicas en la propia Irlanda del Norte o en el mercado europeo. La prórroga debería servir también para encontrar una solución permanente que facilite el tránsito de productos agrícolas y animales. El Ejecutivo comunitario sostiene que no habrá más periodos de gracia porque las empresas y los ciudadanos necesitan "estabilidad y predictabilidad". 

Solución permanente

Para la Comisión, esta solución permanente pasaría por un acuerdo sobre medidas sanitarias y fitosanitarias entre Bruselas y Londres, un pacto que eliminaría el 80% de los controles en frontera. Sin embargo, el Gobierno de Boris Johnson rechaza esta opción porque obligaría a Reino Unido a seguir las reglas de la UE en esta manteria, lo contrario a la recuperación de soberanía que supuestamente persigue el Brexit.

"Este es un primer paso positivo, pero todavía necesitamos pactar una solución permanente. Irlanda del Norte es una parte integrante de Reino Unido y sus consumidores deben poder seguir disfrutando de los productos que han comprado de Gran Bretaña durante años", ha avisado el negociador británico, David Frost.

Además del periodo de gracias para las salchichas, el Ejecutivo comunitario ha anunciado este miércoles una serie de medidas para resolver "problemas prácticos" que se han presentado en la aplicación del protocolo sobre Irlanda del Norte. En primer lugar, Bruselas modificará su propia legislación con el fin de garantizar que continúe el suministro de medicamentos desde Gran Bretaña hasta Irlanda del Norte, en particular de génericos que son fundamentales para el Servicio Nacional de Salud (NHS).

La Comisión también ha planteado soluciones para facilitar el movimiento de perros guía que acompañan a personas que viajan desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte, así como para los moteros que entran en Irlanda procedentes de Irlanda del Norte, a los que se dispensa de la obligación de mostrar su seguro. También se flexibilizan las reglas sobre el movimiento de animales vivos para asistir a exhibiciones o ferias.

El Ejecutivo comunitario sigue desconfiando de la voluntad del Gobierno de Boris Johnson de cumplir el protocolo sobre Irlanda del Norte. Pero con el acuerdo de este miércoles se congelan de momento los procedimientos sancionadores contra Londres y la amenaza de recargos arancelarios. El "caos de las salchichas" regresará previsiblemente en septiembre.

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