Bruselas

En ausencia de cualquier tipo de armonización en la Unión Europea, la legislación sobre la eutanasia varía considerablemente de un Estado miembro a otro. Cada país de la Unión ha optado por disposiciones muy diferentes que van desde la prohibición expresa, como en Irlanda, hasta la despenalización. Holanda, Bélgica y Luxemburgo son los únicos de la UE que reconocen la ayuda médica a morir como un derecho. En el resto del mundo apenas lo hacen también Colombia, Canadá y el estado australiano de Victoria.

El Gobierno socialista portugués de António Costa impulsó en 2018 una ley para legalizar la eutanasia, pero la iniciativa acabó naufragando. El Parlamento luso la tumbó por un escaso margen de 110 votos a favor, 115 votos en contra y cuatro abstenciones. Uno de los aliados del Gobierno, el Partido Comunista, se unió a la derecha para bloquear la norma. Si sale adelante la ley que ha empezado a tramitarse este martes en el Congreso, España se convertirá en el cuarto país de la UE que despenaliza la eutanasia.

Holanda

Holanda fue el primer país del mundo que legalizó la ayuda médica a morir. La eutanasia activa directa, es decir, la administración de un medicamento que provoca la muerte, está despenalizada desde el 1 de abril de 2002 con una serie de condiciones. El paciente que realiza la petición debe estar en plena posesión de sus facultades y experimentar un sufrimiento "insoportable y sin esperanzas de mejora" debido a una enfermedad incurable. Un diagnóstico que debe ser confirmado por dos médicos. El paciente debe tener al menos 12 años de edad: para los enfermos entre 12 y 16 años se requiere el consentimiento de los padres. 

En 2018, último año para el que hay cifras disponibles, se produjeron un total de 6.216 notificaciones de eutanasia. Se trata del 4% del número total de personas fallecidas en Holanda ese año. La mayor parte de los casos (4.013) son de enfermos de cáncer en fase ya incurable. En el 80% de las notificaciones, la terminación de la vida se llevó a cabo en el domicilio del paciente.

El mayor número de notificaciones de eutanasia (1.986, un 32,4%) se produjo en el abanico de edades entre 70 y 80 años, seguidas de las edades entre 80 y 90 años (1.422, un 23,5%) y de las edades entre 60 y 70 años (1.363, un 22,2%). En 2018 hubo 3 casos de eutanasia de menores de edad (de 12 a 17 años). En seis de los casos, el médico encargado no cumplió los requisitos de diligencia y cuidado exigidos por la ley.

En las últimas semanas se ha desatado una fuerte polémica debido a los resultados de una investigación encargada por el Gobierno holandés que muestra que el 0,18% de la población mayor de 55 años (es decir, alrededor de 10.000 personas) no quiere seguir viviendo y desearía acceder a la eutanasia aunque no tenga ninguna enfermedad incurable. Uno de los partidos de la coalición que sustenta a Mark Rutte, los liberales progresistas del D66, han anunciado un proyecto de ley sobre la "vida completada" que autorizaría la asistencia médica a morir a todos los mayores de 75 años, independientemente de su salud. Pero es improbable que la iniciativa salga adelante porque no cuenta con el apoyo del resto de socios.

Bélgica

Bélgica fue el segundo país del mundo que despenalizó la eutanasia, en septiembre de 2002. La ley belga autoriza la eutanasia para los casos de “pacientes que se encuentran en una situación médica sin salida y de sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable que no puede aliviarse y que es el resultado de una afección accidental o patológica grave e incurable”. La petición debe formularse de manera voluntaria, sin presión exterior, repetida y reflexionada y debe estar supervisada por dos médicos. Cuando la muerte no es inminente se exige consultar a un tercer médico y dejar transcurrir un mes entre la petición y la ejecución de la eutanasia. En febrero de 2014, Bélgica se convirtió en el primer país del mundo que autorizaba la eutanasia para menores sin límite de edad.

En 2018 se registraron 2.357 casos de eutanasia en Bélgica, cifra que representa un ligero aumento del 1,8% respecto al año anterior. La mayoría afecta a pacientes con edades entre 60 y 89 años, con una proporción ligeramente mayor de mujeres que de hombres. Lo más frecuente es que la ayuda médica para morir se lleve a cabo en el domicilio de los afectados. Las principales enfermedades en el origen de las peticiones de eutanasia son o el cáncer o una combinación de varias dolencias. Las solicitudes basadas en un sufrimiento mental insoportable, las más polémicas, resultan marginales (el 2,4% del total). En 2018 no hubo ninguna eutanasia de menores no enmancipados ni tampoco ningún caso denunciado de malas prácticas.

No obstante, en enero de 2020 se produjo en Gante el primer juicio por eutanasia en Bélgica desde la aprobación de la ley. En el banquillo se sentaron 3 médicos acusados de envenenamiento de una mujer de 38 años en abril de 2010. La joven había pedido morir meses antes por sufrimiento psíquico. Se reprochaba a los doctores no haber seguido todos los pasos administrativos y de haber sido demasiado rápidos en la concesión de la eutanasia. El jurado les absolvió de todos los cargos.

Luxemburgo

En Luxemburgo, la ley que despenaliza la eutanasia se promulgó en marzo de 2009. La principal diferencia con Bélgica y Holanda es que excluye a los menores de edad. Se aplica únicamente a pacientes "en una situación médica sin solución" que se encuentran en "un estado de sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable sin perspectiva de mejoría". El enfermo debe formular su petición por escrito y "de manera voluntaria, reflexionada y, en su caso repetida" para que quede claro que "no sea el resultado de una presión exterior". El médico responsable del caso tiene que consultar con otro facultativo.

Al tratarse de un país pequeño (poco más de 600.000 habitantes), apenas ha habido 71 casos de eutanasia desde la despenalización. En 2018 se dieron 8 casos de asistencia médica a morir. A diferencia de lo que ocurre en Bélgica y Holanda, el lugar de la muerte en la mayoría de los casos es el hospital. La edad de los pacientes que recurren a la eutanasia supera los 60 años en el 93% de los casos. Una vez más, el cáncer es la principal dolencia de los solicitantes, seguida de las enfermedades degenerativas.

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