Bruselas

Las relaciones entre la Unión Europea y Turquía alcanzan cotas de máxima tensión. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenaza con enviar millones de demandantes de asilo hacia Europa si Bruselas censura su intervención militar contra las milicias kurdas en el norte de Siria. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, le ha replicado este viernes que la UE no se dejará chantajear con los refugiados. Los líderes europeos discutirán en la cumbre que celebran la semana que viene posibles sanciones contra el Gobierno de Ankara.

De momento, el ultimátum de Erdogan no ha surtido efecto entre los líderes de la UE, que intensifican las críticas al papel de Turquía en Siria. "La operación militar unilateral de Turquía en el norte de Siria es motivo de gran inquietud y debería detenerse", ha dicho Tusk en una rueda de prensa en Nicosia junto al presidente chipriota, Nicos Anastasiades.

"Las preocupaciones en materia de seguridad de Turquía deben abordarse a través de medios políticos y diplomáticos. Una intervención militar sólo empeorará las cosas. En lugar de crear estabilidad, creará más inestabilidad en toda la región, exacerbará el sufrimiento de la población, causará más desplazamientos y pone en riesgo los avances logrados por la Coalición Global contra Daesh", alega el presidente del Consejo Europeo.

Tusk ha resaltado que las milicias kurdas han tenido un papel "crucial" en la lucha contra el Estado Islámico y "abandonarlas ahora no sólo es una mala idea, como dijo el presidente Trump, sino que plantea muchos interrogantes, tanto de naturaleza estratégica como moral".

"Turquía debe entender que nuestra principal preocupación es que sus medidas pueden llevar a otra catástrofe humanitaria, que sería inaceptable. Tampoco aceptaremos nunca que los refugiados sean utilizados como armas y se usen para chantajearnos. Por eso me parece que las amenazas que hizo ayer el presidente Erdogan están totalmente fuera de lugar", ha insistido.

La intervención militar en el norte de Siria no es el único foco de tensión entre la UE y Turquía. El presidente del Consejo Europeo ha viajado a Nicosia para expresar su "plena solidaridad" con el país por las perforaciones petroleras que está realizando Ankara frente a la costa de Chipre. "El Consejo Europeo ha condenado enérgicamente estas actividades ilegales", ha insistido Tusk, que pide a Erdogan que ponga fin a estas prácticas.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE discutirán en la cumbre que celebran la semana que viene posibles sanciones contra Turquía, que sigue siendo un país candidato a la adhesión al club. "No nos vamos a quedar impotentes frente a una situación que es escandalosa para los civiles, el Ejército Libre Sirio y la estabilidad de la región", ha dicho la ministra francesa de Asuntos Europeos, Amelie de Montchalin, a la radio France Inter.

Sin embargo, la UE vive una contradicción insuperable en sus relaciones con Turquía. Por un lado critica los excesos autoritarios de Erdogan y sus maniobras desestabilizadoras en la región. Al mismo tiempo, mantiene desde 2016 un pacto con Ankara para que los turcos retengan a los refugiados procedentes de Siria y no les deje llegar a Europa. Un acuerdo por el que Bruselas ha pagado ya a Erdogan casi 6.000 millones de euros y que permite efectivamente al presidente turco utilizar a los refugiados como arma política contra la UE.

Noticias relacionadas