Bruselas

"En los últimos 25 años, ningún primer ministro explicó a los británicos qué hace Europa, cuáles son sus beneficios y por qué importa. La prensa británica ha llevado a cabo una campaña de 20 años basada en mentiras populistas. Las consecuencias las vemos ahora. Reino Unido es un país triste, dividido como nunca antes y con una Cámara de los Comunes en crisis. El brexit debe ser un toque de atención para todos los europeos, para los que tengo este mensaje: sois la generación que ha vivido el periodo de paz y prosperidad más largo de la historia. Nunca lo deis por sentado. Valoradlo, luchad por ello, defendedlo cada día".

El apasionado discurso del eurodiputado británico Richard Ashworth (Dover, 71 años) durante el último debate sobre el brexit en el Parlamento Europeo fue acogido con una ovación y se ha convertido en viral en las redes sociales. Con escaño desde 2004, Ashworth llegó a ser líder de los tories en la Eurocámara entre 2012 y 2013. Pero Theresa May lo expulsó el pasado otoño del Partido Conservador tras 30 años de militancia por su europeísmo, que choca con la actual línea euroescéptica de la formación. Su pecado: haber apoyado en octubre de 2017 una resolución que decía que Londres no había hecho progresos suficientes para pasar a la siguiente fase del brexit.

Ahora ejerce como eurodiputado independiente dentro del Partido Popular Europeo. En una entrevista con EL ESPAÑOL, Ashworth explica que sintió la necesidad de lanzar este aviso en la Eurocámara porque cree que el mundo en el que él ha vivido, la Europa estable y en paz posterior a la Segunda Guerra Mundial, está en peligro, amenaza con derrumbarse por el auge de los populismos. Ya ha empezado a recoger y a meter en cajas las cosas de su despacho para abandonar definitivamente el Parlamento Europeo tras el brexit.

Discurso del eurodiputado Richard Ashworth

¿Por qué este discurso en la Eurocámara ahora?

Lo hice porque me preocupa mucho el brexit y me inquieta también que el debate en Reino Unido ha sido incompleto. Si se pregunta a la gente de los otros 27 países qué es Europa, lo más normal es que contesten en primer lugar que es una unión de valores: derechos humanos, Estado de derecho, democracia. En segundo lugar dirán que tiene que ver con la solidaridad: 500 millones de europeos convencidos de que el pasado nunca debe repetirse y pensando que juntos serán más fuertes para afrontar los retos del presente y del futuro, como el cambio climático, las migraciones o los problemas económicos. En tercer lugar, los europeos hablarán de que por supuesto hay un mercado único que ha aportado enormes beneficios. Cuando comparo esto con el debate que escucho en la Cámara de los Comunes, empiezo a entender la diferencia entre la raza isleña que es Reino Unido y los europeos. Porque allí sólo hablan del mercado. No hay británicos que hablen de solidaridad o de valores. Y eso me produce una inmensa tristeza.

Reino Unido solía ser un ejemplo de democracia y estabilidad. Ahora el resto de capitales de la UE están alarmadas por el caos de la política británica. ¿Cómo explica este derrumbe en tan poco tiempo?

Comparto este diagnóstico. Para mi, en tanto que inglés que cree apasionadamente en la tradición inglesa, el sentido común y la equidad del sistema británico, es muy doloroso ver ahora a la Cámara de los Comunes, que se consideraba la madre de todos los parlamentos, en tal situación de caos. Yo no esperaba que esto sucediera en mi país y creo que es algo que podría ocurrir en muchos otros países europeos. La gente debe ser consciente de que esta corriente de fondo oscura está ahí.

Si observamos la historia en términos relativos, y aunque está claro que sigue habiendo muchos problemas, desde el final de la Segunda Guerra Mundial el mundo se ha convertido en un lugar más próspero y pacífico. Y eso se debe a que en los últimos 70 años la democracia, el Estado de derecho, los derechos humanos y el libre mercado se han ido imponiendo en todos los debates. 

Yo siempre había pensado que no necesitaba justificar esto ni explicárselo a la gente, así que estoy estupefacto y horrorizado por el hecho de que los Estados Unidos de Trump y Reino Unido estén dando la espalda a los valores por los que lucharon más que nadie en dos Guerras Mundiales. Y por eso quiero lanzar un aviso a la gente en Europa y en particular a mi país: despertad, mirad lo que está pasando, esas cosas que valoráis están amenazadas. Si paseas por las calles de Londres, el trasfondo de racismo, la islamofobia, de repente todo eso ha sido desenterrado. Esto lo vimos por última vez en los años 30. La gente tiene que saber lo que está pasando y no es bueno. 

Estoy estupefacto y horrorizado por el hecho de que los Estados Unidos de Trump y Reino Unido estén dando la espalda a los valores por los que lucharon más que nadie en dos Guerras Mundiales

Hace apenas seis años usted era el líder de los conservadores británicos en la Eurocámara y ahora está fuera del partido. ¿Ha cambiado usted o han cambiado los tories?

Es verdad que yo era el líder y perdí ese puesto a manos de los populistas. Después el partido intentó quitarme de las listas en Inglaterra, pero afortunadamente los electores me escogieron. Pero ahora la primera ministra May me ha expulsado del partido por mis opiniones. ¿Qué tipo de partido político hace eso? Yo solía pensar que el Partido Conservador respetaba la opinión de la gente, prefería mantener a los discrepantes dentro y sostener un debate activo y animado. Pero hemos llegado al punto en el Partido Conservador es tan intolerante con las personas que no comparten su punto de vista que les acaba expulsando. Es otro gran signo de alarma.

El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, acaba de decir que el ex primer ministro David Cameron es "uno de los grandes destructores de la era moderna". ¿Comparte este diagnóstico?

Si se examina la historia del partido conservador, ha estado partido por la mitad sobre la cuestión de Europa desde hace 30 años, desde la caída de Margaret Thatcher. Y para ser justos con David Cameron, lo que él intentó hacer fue unir al partido. Pero logró justamente lo contrario. Y el motivo es que los líderes del Partido Conservador, al tratar de unir al partido, han acabado alimentando a la extrema derecha. Primero nos sacaron del Partido Popular Europeo: se suponía que esto iba a apaciguar a la extrema derecha pero no lo hizo. Sólo sirvió para alimentar a la bestia, creó más demanda y más apetito. Cada vez que obtienen algo, quieren más. Así hemos llegado a la actual situación en la que el partido está totalmente dividido, se cae a pedazos. Esto no destruirá al partido conservador, pero costará veinte años o más curar las heridas y volver a funcionar normalmente.

¿Pero fue un error de Cameron convocar el referéndum del brexit?

Sí, y por dos motivos. El primero: yo no creo en los referéndums. Cada cinco años hay  unas elecciones europeas o elecciones nacionales. Ese es el referéndum. En segundo lugar, si se va a celebrar un referéndum de ese tipo, no puede hacerse según el sistema británico, según el cual sólo un voto más que la otra parte te da la victoria y el ganador se lo queda todo. Reino Unido está constituido por cuatro naciones diferentes (Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte y Gales). David Cameron tendría que haber dicho: para que Reino Unido deje la UE se necesitará una mayoría del 60% de los votos (el brexit ganó con el 51,9% de los votos) y que las cuatro naciones voten a favor de irse. Hacerlo de otro modo fragmentaría al Reino Unido, que es lo que hemos visto que ha pasado. Ahora nos enfrentamos al riesgo de Irlanda del Norte o Escocia, que votaron a favor de quedarse en la UE, puedan marcharse del Reino Unido.

Cameron, al tratar de unir al Partido Conservador, lo único que consiguió fue alimentar a la extrema derecha

¿Qué le parece la actuación de May en las negociaciones del brexit?

Para ser justos con May, ella heredó una situación que no era responsabilidad suya. Luego cometió dos errores estratégicos. El primero es que asumió personalmente el brexit. Tendría que haber dicho: esto es el resultado de un referéndum, yo haré todo lo que pueda y luego lo someteré de nuevo a votación para saber si es lo que la gente quiere. En vez de eso, lo convirtió en su misión personal. En segundo lugar, se marcó tres líneas rojas muy pronto en las negociaciones: no al mercado interior, no a la unión aduanera y no a la jurisdicción del Tribunal de Justicia. Eso no fue inteligente porque a partir de entonces el único resultado que Reino Unido podía lograr era más o menos lo que está en el Acuerdo de Retirada.

Al mismo tiempo, la Cámara de Comunes ha votado ya dos veces contra todas las posibles alternativas. ¿Por qué es imposible llegar a una mayoría que reúna a los diferentes partidos incluso en una situación de emergencia como la actual?

Es cierto. Pero si a la Cámara de los Comunes se le dan cuatro opciones para votar al mismo tiempo, no es sorprendente que ninguna gane. Siendo inteligentes, se les podría pedir a los diputados que las clasifiquen por orden de preferencia. 

Pero en realidad no hay mayoría para ningún escenario.

En ese caso, a la primera ministra sólo le quedan dos opciones. La primera es decir: el Parlamento es incapaz de decidir, es el momento de darle la voz al pueblo, organizaremos otro referéndum. Sabiendo lo que sabemos ahora y que mucha gente no sabía hace dos años, ¿queréis mi acuerdo o volver al statu quo, es decir, que nos quedemos como miembros de la UE?. Hay otra alternativa. Las consecuencias del brexit son tan graves; la división dentro de las familias, los pueblos o los partidos políticos es tan profunda y el resentimiento tan grande, que si yo fuera primer ministro diría: no puedo soportar ver cómo mi país se hace pedazos, no vale la pena destruir la unidad de una generación entera, así que voy a retirar el artículo 50 (lo que significa revertir el brexit). Defendería una moratoria de tres, cuatro o cinco años, para parar y que la gente se lo piense, porque no vale la pena destruir nuestro país por esto. 

Sería una pena si permitimos que Gibraltar se convierta en un motivo de disputas entre dos países que son amigos y comparten mucha historia

España y Reino Unido tienen una relación especialmente estrecha dentro de la UE desde el punto de vista económico y también humano. ¿Está en riesgo tras el brexit por la disputa sobre Gibraltar?

No. Nuestros respectivos ciudadanos comparten una visión común, son muy tolerantes. Muchos británicos han escogido vivir en España porque los españoles les han dado una acogida muy buena. Nuestro único problema con España es que alguna vez nos ganáis en competiciones futbolísticas. Por lo demás tenemos una relación muy afectuosa y queremos mantenerla así. No creo que Gibraltar vaya a ser un problema, no lo veo necesario. Puede haber gente que intente explotarlo cínicamente para obtener réditos políticos, pero esto no provoca sentimientos intensos en la gente normal. Sería una pena si permitimos que Gibraltar se convierta en un motivo de disputas entre dos países que son amigos y comparten mucha historia y deben seguir haciéndolo.