La primera ministra británica, Theresa May, ha reafirmado este martes su compromiso para lograr un 'brexit' que evite el restablecimiento de una frontera dura entre las dos Irlandas y su respaldo al proceso paz norirlandés.

May ha efectuado esas declaraciones al comienzo de una visita de dos días a la provincia británica de Irlanda del Norte, en la que ha insistido que tratará de renegociar la salvaguarda fronteriza, principal obstáculo para lograr una salida de la Unión Europea (UE) pactada.

El pasado 29 de enero, el conservador Graham Brady presentó una moción, que recibió el apoyo de 317 diputados frente a 310, en la que proponía eliminar el punto del acuerdo referido a Irlanda del Norte. En ese sentido, May ha afirmado que los posibles cambios que la Cámara de los Comunes quiere abordar sobre este aspecto se deben a la "naturaleza indefinida del respaldo" y ha garantizado que "el compromiso de no tener fronteras duras permanece absolutamente claro, como lo dejó en la enmienda aprobada, Graham Brady". Sin embargo, aunque ha dicho que "hay distintas vías para tratarlo", no ha explicado exactamente en qué consistirán.

Ante la poca claridad de la primera ministra, algunos empresarios presentes en el acto, han mostrado su desconfianza. Aodhán Connolly, director del Consorcio de Minoristas de Irlanda del Norte, ha dicho que esperaba que May "esclareciese cómo pretende conciliar las promesas del respaldo y evitar un 'brexit' duro", y ha asegurado que "Irlanda del Norte está en el ojo de la tormenta". 

La líder conservadora ha asegurado que en cualquier escenario posterior a este divorcio "protegerá el acuerdo de paz de 1998" (Acuerdo de Viernes Santo) que puso fin a décadas de conflicto armado en el territorio y cuyo parte de éxito radica en la invisibilidad de la frontera con la República de Irlanda.