Bruselas

"No se necesita más tiempo, lo que se necesitan son decisiones". En Bruselas se observa con una mezcla de preocupación y hartazgo el caos en la política británica por el brexit. No sólo la incapacidad de la primera ministra, Theresa May, de lograr que se ratifique el Acuerdo de Retirada firmado con la UE, sino también la ausencia de una "mayoría positiva" en la Cámara de los Comunes a favor de ninguna alternativa viable, como volverá a evidenciarse en el debate de este martes. 

Ante esta situación de bloqueo, los dirigentes de la UE esperan que Londres pida en los próximos días una prórroga de las negociaciones más allá del 29 de marzo de 2019, la fecha del brexit. Pero cada vez hay más dudas sobre la conveniencia de conceder esta ampliación.

"Lo que los negociadores de la Comisión y el equipo negociador del Parlamento tenemos claro es que no cabe prórroga si no sabemos para qué. La UE no va a aceptar una prórroga sin más. Tiene que ser una prórroga en la que May ponga encima de la mesa sus razones para considerar que el Acuerdo de Retirada que hemos alcanzado se va a aprobar si hay más tiempo", explica a EL ESPAÑOL el portavoz del PP Europeo para el brexit y jefe de la delegación popular española en la Eurocámara, Esteban González Pons.

"Pero es que si el Parlamento británico pide una prórroga no es para aceptar el acuerdo que está sobre la mesa. Es para proponer un nuevo acuerdo que rebasa las líneas rojas de la UE. Por eso yo la prórroga la veo poco probable", sostiene González Pons.

Y es que por un lado, la prioridad para los Veintisiete sigue siendo evitar una salida caótica de Reino Unido a las bravas, cuyo impacto económico negativo se dejaría sentir también en el continente. De ahí que la idea de retrasar unos meses este escenario sea vista de entrada con buenos ojos en las capitales. 

Pero por otro lado, los líderes europeos temen verse atrapados en un debate interminable sobre el brexit, que perturbe la vida normal de la UE durante años y desvíe la atención respecto a otras prioridades más urgentes. En los pasillos de Bruselas se tacha ya el debate británico como "el día de la marmota" o como un "déjà vu" perpetuo, donde propuestas que ya han sido tumbadas por la UE vuelven una y otra vez como zombis a la mesa de discusión.

¿Qué contestará entonces la UE si Reino Unido pide más tiempo? Una de las enmiendas estrella que debate este martes el Parlamento británico obligaría precisamente a solicitar una prórroga del brexit. Si Westminster no aprueba el Acuerdo de Retirada de aquí al 26 de febrero, la primera ministra británica deberá buscar en Bruselas un aplazamiento de la fecha de salida hasta el 31 de diciembre, reza la enmienda firmada por la laborista Yvette Cooper, que cuenta con el apoyo también de algunos tories, liberales y de los nacionalistas escoceses. Su objetivo es descartar definitivamente el escenario de un brexit caótico sin acuerdo.

El escollo de las elecciones europeas

El negociador de la UE para el brexit, el conservador francés Michel Barnier, ya ha dejado claro que la prórroga no va a salirle gratis al Gobierno de Londres. May deberá dar explicaciones detalladas a los líderes europeos: "¿Para hacer qué? ¿Cuál es el objetivo? ¿Y para cuánto tiempo?", explica Barnier. A priori, los 27 verían con buenos ojos una extensión para celebrar un segundo referéndum o nuevas elecciones. Pero la rechazarían si el objetivo es renegociar el Acuerdo de Retirada, que siguen considerando como "el mejor y el único posible".

Es decir, la UE pedirá a May garantías de que al final de la prórroga habrá como mínimo un poco más de claridad sobre cómo escapar del laberinto del brexit. "La idea de meterse en prórrogas en serie no es muy popular en la UE a 27", ha ironizado este lunes la número dos del equipo negociador de Barnier, Sabine Weyand.

La decisión deben adoptarla por unanimidad los jefes de Estado y de Gobierno y ya han empezado a emerger las primeras fisuras. Mientras que Alemania es claramente favorable a una prórroga, otros países como Francia han expresado más reservas. "Cuanto más extendamos la incertidumbre, peor será para las dos partes. En ese caso es mejor acabar con esto cuanto antes, incluso aunque sea con un no acuerdo o con cualquier tipo de acuerdo", ha dicho en Davos la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaité, la primera en sugerir que Bruselas podría contestar que no.

La otra gran dificultad con una prórroga es que choca con las elecciones europeas de mayo, en las que Reino Unido en principio ya no participa. Por eso, muchos países creen que el plazo podría ampliarse como mucho hasta julio, fecha en que se constituirá la nueva Eurocámara. Retrasar el brexit más tiempo obligaría a replantearse la participación de Reino Unido en los comicios al Parlamento Europeo. "No hay una respuesta jurídica clara" a este problema, admite Barnier.

"La prórroga tiene un inconveniente muy grave. En aplicación de los Tratados, conllevaría que los británicos volvieran a celebrar elecciones europeas, que sin ninguna duda ganaría el UKIP porque se producirían como si fuera un segundo referéndum forzado por la UE. Los británicos serían una fuerza decisiva en el próximo Parlamento, nombrarían comisario y condicionarían la elección de presidente de la Comisión, llevándonos al absurdo de que el país que se marcha es el país que inclina la balanza política en la UE", alerta González Pons.

La salvaguarda irlandesa, de nuevo en el centro del debate

¿Qué quiere hacer Reino Unido con una posible prórroga? Otra de las enmiendas destacadas que se debaten este martes pide a May que elimine del Acuerdo de Retirada la salvaguarda para evitar una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte y renegocie una solución alternativa. Otros diputados euroescépticos reclaman fijar una fecha de caducidad a esta salvaguarda (backstop), porque temen que Reino Unido quede atrapado de forma indefinida en una unión aduanera con la UE. Son ideas que Londres ya ha planteado varias veces y que Bruselas ha rechazado siempre. 

"Irlanda tiene la misma posición que la UE cuando decimos que la salvaguarda irlandesa, como parte del Acuerdo de Retirada, forma parte de un paquete equilibrado que no va a cambiar", ha dicho el ministro de Exteriores irlandés, Simon Coveney, en una entrevista a la BBC durante el fin de semana. Rechaza de plano el nuevo intento británico de renegociar la salvaguarda irlandesa. También la Eurocámara ha dejado claro que no ratificará ningún pacto de divorcio que no incluya una solución para la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte.

"Un límite temporal para el backstop socava su objetivo porque significa que, una vez que el backstop expira, nos quedamos sin solución para esa frontera", ha repetido este lunes la número dos del equipo negociador de Barnier. "El Acuerdo de Retirada está sobre la mesa y no está abierto a renegociación", ha insistido el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas.

Tal y como están las cosas, existe un riesgo cada vez más alto de un brexit caótico por accidente el 29 de marzo, ha avisado Weyand. El colegio de comisarios volverá a discutir el miércoles los planes de contingencia que prepara Bruselas para atenuar el impacto negativo de una salida de Reino Unido a las bravas, sin acuerdo. "Si nos encontramos frente al desastre, me parece más posible una negociación de última hora con las madrugadas que haga falta que una prórroga", señala González Pons.