Bruselas

Apenas habían transcurrido unos minutos desde que Juan Guaidó, líder de la oposición y presidente de la Asamblea Nacional, se autoproclamara el pasado miércoles presidente interino de Venezuela frente a Nicolás Maduro, cuando la Casa Blanca publicó ya en Washington una declaración de Donald Trump reconociendo oficialmente su legitimidad. A continuación se sumaron en cascada Canadá y la mayoría de países latinoamericanos, encabezados por Brasil, Colombia, Argentina, Chile y Perú. 

En contraste con esta celeridad, la Unión Europea tardó varias horas en comunicar su primera reacción oficial. Una declaración escrita en nombre de los 28 por la jefa de la diplomacia comunitaria, la socialista italiana Federica Mogherini, que se desmarcaba de EEUU y los socios latinoamericanos al no apoyar expresamente a Guaidó y pedir en su lugar "elecciones libres y creíbles".

Ahora, la UE se prepara para lanzar un ultimátum a Maduro: o en cuestión de días (8 según la última propuesta) acepta convocar comicios o esta vez sí reconocerá al líder opositor como presidente y completará su aislamiento absoluto en la escena internacional. Los ministros de Asuntos Exteriores de los 28 abordarán la crisis venezolana en su reunión informal programada para el 31 de enero y 1 de febrero en Bucarest.

¿Por qué a la UE le cuesta tanto decidirse sobre el reconocimiento de Guaidó? "La posición inicial de la UE ha sido bastante prudente porque como los acontecimientos estaban desarrollándose era importante mantener la prudencia. También se trataba de mantener canales de comunicación abiertos y no cerrar la puerta a ninguna solución política", relatan fuentes diplomáticas. Una cautela que se explica además porque en Venezuela viven alrededor de 600.000 europeos (de los que 200.000 son españoles), cuya seguridad es primordial para los dirigentes comunitarios.

No obstante, desde Bruselas se afanan en resaltar que "no hay ninguna equidistancia en la posición de la UE". "No tratamos a Maduro de la misma forma que tratamos a Guaidó. Hay un apoyo claro a la Asamblea Nacional y a su seguridad. Es diferente al reconocimiento, pero tampoco es lo mismo que decimos sobre Maduro". 

España lidera la discusión

Otro factor que explica la lentitud de la UE son las discrepancias entre los Estados miembros: las decisiones en materia de política exterior se adoptan por unanimidad. "Evidentemente en un conjunto de 28 países hay diferentes sensibilidades, diferentes posiciones ideológicas y políticas. La toma de decisiones es más lenta, es más sutil en muchos casos porque hay que tejer un acuerdo y no es fácil", relata a EL ESPAÑOL Rogelio Núñez, investigador asociado del Real Instituto Elcano.

"España en los asuntos latinoamericanos tiene un especial peso. Estoy completamente seguro de que en los foros y las reuniones que se están celebrando, España está teniendo un protagonismo relevante. Pero pese a ello, no puede marcar la agenda de toda la UE sino intentar consensuar, pactar, llegar a acuerdos", señala Núñez.

De hecho, en la reunión extraordinaria de embajadores sobre Venezuela celebrada este viernes, el representante español ha sido el primero en tomar la palabra: frente al perfil bajo mostrado en un primer momento por el Gobierno de Pedro Sánchez, ha defendido que la UE debe reconocer a Guaidó porque es el único que puede convocar elecciones inmediatas con garantías. No obstante, ha añadido que la principal prioridad para España es mantener la unidad de la UE, según las fuentes consultadas.

Durante el encuentro, Grecia y Austria han sido los países que se han mostrado más reticentes a un reconocimiento inmediato del líder opositor. De hecho, Syriza, el partido del primer ministro griego Alexis Tsipras ha expresado su "pleno apoyo y solidaridad con el presidente legítimo de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro" y ha reclamado que se reactive la mediación del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero para lograr un "diálogo sincero" entre Gobierno y oposición.

Último aviso a Maduro

Para salir del bloqueo, Francia y Alemania han presentado una propuesta de compromiso que suscita un apoyo mayoritario entre los socios: un último aviso al Gobierno de Maduro. La UE le dará de plazo unos días (ocho, según la propuesta franco-alemana que todavía podría cambiarse) para anunciar la convocatoria inmediata de elecciones con todas las garantías y con la participación de toda la oposición.

Si no atiende esta exigencia, los 28 procederán ahora sí al reconocimiento oficial de Guaidó como presidente interino para que sea él el que organice los comicios. España se ha sumado rápidamente al plan de París y Berlín. Está previsto que la nueva declaración se haga pública en las próximas horas.

"Se esperaba una discusión entre los embajadores muy larga y difícil pero no ha sido así. Ha sido muy consensual", señalan las fuentes consultadas. "Un embajador dijo una cosa muy interesante: que en este punto ya no se trata de una cuestión ideológica. Estamos hablando de una crisis humanitaria. No es un tema de ideología, es un tema de incompetencia, de un líder que ha llevado su país al fracaso y ha vulnerado los principios democráticos", añaden.

"La posición de España y la posición de la UE no es fácil, es muy complicada", explica el investigador del Real Instituto Elcano. El ultimátum a Maduro podría constituir una "solución intermedia" que facilita el consenso. "En eso, evidentemente la UE tiene mayor capacidad de influir porque no ha roto los puentes con el Gobierno de Maduro y le puede plantear esta disyuntiva: nosotros seguimos reconociendo al Gobierno de Maduro, pero el Gobierno de Maduro se compromete a convocar unas elecciones realmente justas y libres", apunta Núñez.