La ginecóloga Bettina Gaber no tiene miedo. En su página web puede leerse que, entre las especialidades médicas que ofrece en su clínica de Stieglitz, al sur de Berlín, figura el aborto. “También una interrupción del embarazo se encuentra entre los servicios de la doctora Gaber”, se lee en la página web de esta ginecóloga.

La doctora Gaber y su equipo saben muy bien que dar esa información puede ser un serio problema. Pero, en realidad, lo que Gaber y compañía están haciendo es solidarizarse con su compañera de profesión, la doctora Kristina Hänel, cuya clínica ginecológica está en Gießen (oeste alemán). Hänel lleva más de un año luchando en los tribunales contra la prohibición de hacer publicidad del aborto. Ésta figura como delito en el Código Penal alemán. 

Concretamente, es el artículo 219a el que está dedicado a la “publicidad para la interrupción del embarazo”. En él se lee: “Quien públicamente (…) anuncie, publicite o promueva sus servicios o los de una tercera parte para la interrupción del embarazo (…) será castigado con una pena de prisión de hasta dos años o con una multa”. Por eso Hänel fue condenada en noviembre de 2017 a pagar una sanción de 6.000 euros. En su web se informaba a las pacientes de que la interrupción voluntaria del embarazo estaba entre sus áreas de atención.

Kristina Hänel, icono actual del feminismo germano.

“En Europa, esta situación se da sólo en Alemania, no hay otro país en una situación así. En mi web no se ofrecía publicidad, sino información especializada, y esto es algo que la justicia ha reconocido en sus resoluciones, pero el articulo 219a, que es ya antiguo y que fue en su día instaurado por los nazis, está hecho de manera que, cuando un médico informa es publicidad y eso está prohibido”, dice a EL ESPAÑOL Hänel. 

Alude esta ginecóloga a los tiempos del auge de los nazis, concretamente en mayo de 1933, cuando se introdujo el articulo 219a en el Código Penal alemán. “Durante mucho tiempo, no pasó nada con ese artículo, pero ahora los antiabortistas están actuando contra los médicos, yo soy una entre centenares de denunciados”, abunda Hänel.

En el proceso judicial contra Hänel, que la enfrenta a la comunidad tradicionalista alemana, esta ginecóloga se ha convertido en un icono para el feminismo germano. De ahí los riesgos que corre ahora Gaber o la campaña de solidaridad que ha lanzado la periodista Kersten Artus. “El pasado otoño ya reunimos en poco tiempo la firma de 150.000 personas que apoyan a Hänel, así empezó el movimiento en favor de la eliminación del artículo 219a”, explica Artus a EL ESPAÑOL. “Puede que la doctora Hänel esté sola ante la Justicia, pero nosotras la acompañamos en este movimiento”, abunda. 

De un tiempo a esta parte se han hecho más visibles las manifestaciones de quienes se movilizan a favor de la eliminación del artículo 219a, una causa feminista que ha tenido en vilo a la política alemana. La gran coalición que forman la conservadora Unión Cristiano Demócrata (CDU) y el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) tienen aquí un tema espinoso en el que podría enredarse el Gobierno de la canciller Angela Merkel. 

Choque controlado

La nueva lideresa de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, y su homóloga socialdemópcrata, Andrea Nahles, han tenido que hacer malabarismos políticos y hacer que la cuestión de los abortos no haga explotar la gran coalición. En principio, CDU y SPD chocan en este tema, pero ambos partidos han firmado, de momento, un pacto de no agresión. Ambas partes han hecho la promesa de estudiar una eventual reforma de la problemática parte del Código Penal. 

La ministra de Justicia, la socialdemócrata Katarina Barley, ha manifestado que el diálogo con los conservadores “está orientado a encontrar soluciones”. Pero también en el SPD los hay que amenazan, llegado el momento, con votar sin seguir la línea oficial del partido en el Bundestag, un escenario que permite pensar en la eliminación del discutido artículo.

“En el SPD dicen por un lado que quieren eliminar el artículo 219a, pero ahora dicen también que quieren alcanzar un compromiso con la CDU. Lo que está haciendo el SPD es un desastre”, según Artus. Razones no le faltan a esta militante feminista para la decepción con los socialdemócratas, en vista de que, a diferencia el SPD, el partido progresista de moda en Alemania, Los Verdes, se muestra claramente a favor de la eliminación del artículo, al igual que la formación izquierdista de Die Linke. 

Hasta en los liberales del FDP, un partido del espectro conservador alemán, los hay que se muestran a favor de una reforma con la que sólo se castigue la “publicidad escandalosa y burda” del aborto. “La CDU y sus socios bávaros de la Unión Social Cristiana (CSU) gobiernan el país, y no son una minoría irrelevante. Entre sus responsables, muchos se oponen a la eliminación de ese artículo. El SPD, que también gobierna, se ha expresado a favor de la eliminación pero para mantenerse en el poder busca compromisos, algo que creemos que es horrible”, explica Artus.

Denuncian un Holocausto de bebés

“El aborto puede estar permitido en Alemania, pero hay una minoría que piensa de otra manera en los círculos católicos y protestantes, también ocurre en los círculos de ultraderecha y extremistas de derechas que quieren decidir sobre el cuerpo de las mujeres y no quieren que las mujeres sean informadas sobre el aborto”, abunda esta militante feminista. Su labor al servicio de la causa de Hänel la ha convertido en una cercana colaboradora de la ginecóloga. 

A ésta última la denunciaron dos conocidos militantes antiabortistas de inspiración religiosa. Uno de ellos es Klaus Günter Annen, responsable de la página web antiabortista babycaust.de. El nombre hace un paralelismo entre el Holocausto judío y los abortos. Para él, los ginecólogos que practican abortos son “especialistas de la muerte”. Que en Alemania se practiquen abortos él lo considera un “crimen democrático”. “Vivimos en una dictadura democrática. Quien se atreve a hacer públicos los crímenes democráticos se enfrenta a una lucha enorme contra las ‘fuerzas democráticas'”, se lee en dicha página. 

La doctora Hänel, pese a que ha perdido en dos ocasiones ante los tribunales, en primera y en segunda instancia, no da la batalla por perdida ante los antiabortistas. Tiene el proyecto de llevar el caso ante el Tribunal Constitucional de Karlsruhe. “Ese es mi objetivo. Tenía la esperanza de que, a través de la política, se cambiaría el artículo pero, por el momento, no es así. Y si no me acoge el Tribunal Constitucional, iré al Tribunal Europeo de Derechos Humanos”, dice Hänel desde su consulta. “Esta situación tiene que cambiar”, concluye.