Después de que en julio se votara en la Asamblea de la República Portuguesa un proyecto de Ley para su abolición- propuesta que fue tumbada-, los toros vuelven a desatar la polémica en el país vecino. Esta vez, por la inclusión de la tauromaquia en el conjunto de espectáculos culturales que se beneficiarán de la reducción del iva del 13% al 6%.

El tema estuvo en el centro de la polémica durante varias semanas. La ministra de Cultura, Graça Fonseca, fue el blanco preferido de los ataques de la oposición - el PSD y el CDS, partidos a la derecha- pero también de uno de los socios del Gobierno, el Partido Comunista. La primera propuesta del ministerio excluía a los toros de la reducción del IVA para los espectáculos culturales y Fonseca fue acusada de imponer una “dictadura” basada en sus gustos personales. En la Asamblea de la República, la ministra se defendió de forma tajante diciendo que “no es cuestión de gusto, es una cuestión de civilización” y desató la ira de las bancadas de derechas que entendieron que se les estaba tachando de incivilizados.

António Costa salió en defensa de su ministra pero decenas de municipios socialistas se rebelaron, exigiendo la rebaja del IVA, y el grupo socialista parlamentario ha propuesto una enmienda a los presupuestos que incluía la rebaja al 6% del iva de los espectáculos taurinos. La enmienda fue aprobada en la tarde del martes por parte de la bancada socialista, el PSD, el CDS y el PC.

En un momento en que en España, cada dos por tres, se levanta el debate sobre una posible prohibición de los toros, Portugal decide aplicarle una reducción del IVA, pese a que menos de 10% de los portugueses son aficionados a este tipo de espectáculo.

Según los datos de la Inspección General de Actividades Culturales, en los últimos siete años los toros han perdido casi la mitad de los espectadores en Portugal. Los más de 680.000 espectadores en 2010 se han reducido a 377.900 en 2017 y, de las más de 300 corridas de toros celebradas en 2010 se han pasado a 181 el año pasado.

Presupuestos aprobados este jueves

Otro de los grandes cambios de los presupuestos de Portugal para 2019, que se aprobarán oficialmente mañana jueves en la Asamblea de la República, se refiere a la tributación de las plusvalías por la venta de viviendas. La medida exonera del pago a los mayores de 65 años y penaliza a quienes rehabiliten su casa con ayudas públicas y la vendan antes de que transcurra una década.

Por el contrario, en la tramitación parlamentaria han quedado por el camino otras propuestas, como subir impuestos a las empresas más lucrativas (rechazado con el voto de socialistas y conservadores) o la rebaja impositiva para los combustibles (frenado por los marxistas del Bloco de Esquerda y comunistas).

Al margen de estos debates, los presupuestos para 2019 prometen un alivio de la carga de las familias portuguesas, reflejado en una reducción de la factura de la luz o con libros de texto gratuitos en toda la enseñanza obligatoria, hasta los 18 años.

También se actualizarán las pensiones, se reducirán los recortes aplicados a las prejubilaciones para los trabajadores de al menos 63 años y se disminuirá la carga fiscal a los empleados a través de un cambio en la cotización de sus horas extra.la medida