Bruselas

Los líderes europeos todavía no se resignan a darlo todo por perdido en las negociaciones del brexit. Quieren creer que todavía es posible un acuerdo de divorcio, aunque apenas logran esconder su escepticismo. La consigna que han repetido la mayoría de los jefes de Estado y de Gobierno este miércoles en Bruselas es que todavía hay tiempo para alcanzar un pacto, no en este Consejo Europeo como estaba previsto, pero sí "en los próximos días y semanas".

Aún se puede encontrar una solución al espinoso problema de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, repiten sin estar realmente convencidos. Todos reconocen que la debilidad política en Londres de Theresa May dificulta que pueda cerrarse un compromiso a tiempo, o que cualquier pacto pueda ratificarse en el Parlamento británico. "May necesita más tiempo", explican fuentes de Moncloa.

Al final, la denominada cumbre de la "hora de la verdad" sobre el brexit no ha servido más que para constatar el bloqueo total. No ha habido ni nuevas concesiones de May, ni una hoja de ruta clara sobre cómo seguir las negociaciones. Los líderes europeos se han limitado a constatar que "no se han logrado progresos suficientes" y han encargado a su negociador, Michel Barnier, retomar el diálogo con Londres. De momento queda en suspenso la convocatoria de una cumbre extraordinaria en noviembre para cerrar el trato, han explicado fuentes diplomáticas. No hay trato que cerrar.

Eso sí, los jefes de Estado y de Gobierno se han esforzado por callar cualquier tipo de reproche a la primera ministra británica. Ni siquiera le han pedido expresamente soluciones "imaginativas", como sí hizo en los días previos el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Querían evitar a toda costa una imagen de "humillación" a May similar a la que vivió en la cumbre de Salzburgo a finales de septiembre, cuando los líderes europeos rechazaron su plan para el brexit y la dejaron a los pies de los caballos ante la opinión pública británica.

La primera ministra ha llegado a Bruselas vendiendo un mensaje de optimismo. Desde Salzburgo se han realizado "muy buenos avances en las negociaciones" y "se han resuelto muchos problemas". Aunque persiste el bloque sobre Irlanda del Norte, el acuerdo está al alcance de la mano. "Un acuerdo es factible y es el momento de hacer que suceda", ha dicho May. Pero no ha presentado ninguna nueva propuesta, ni calendario, ni peticiones concretas para sus socios europeos. 

Sin nuevas propuestas de May

Nadie ha dado réplica al alegato de May, que ha durado apenas 15 minutos. "En el contenido no había novedades, pero el lenguaje corporal era más positivo que en el pasado", ha resumido el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani. Tras su exposición, la primera ministra británica se ha marchado en un coche con lunas tintadas. El resto de líderes europeos han pasado a otra sala, en la que se les ha servido la cena, y allí han analizado con Barnier qué hacer.

El francés también pide seguir negociando con Londres hasta el último minuto posible. "El brexit debe ser ordenado para todo el mundo, incluyendo en la isla de Irlanda. Necesitamos tiempo, mucho más tiempo, así que continuaremos el trabajo en las próximas semanas con calma y paciencia", sostiene Barnier. 

Pero algunos líderes se han salido del argumentario y admiten que las conversaciones con Reino Unido han llegado a un callejón sin salida porque May no tiene ya margen de maniobra. Se enfrenta a una revuelta simultánea del partido unionista norirlandés DUP, que apuntala su Gobierno, y de la facción más eurófoba de los tories, que incluye a algunos de sus ministros que amagan con dimitir.

"Deseamos que la primera ministra May venga con un mandato fuerte, que hasta ahora no hemos visto en absoluto", se ha quejado la presidenta de Lituana, Dalia Grybauskaité. ¿Están preocupados por sus problemas domésticos? "Absolutamente, necesitamos entender lo que quiere realmente Reino Unido. Quedarse con un pie en el continente y con el otro en Reino Unido no es posible", ha resaltado.

"Theresa May tiene que decirnos qué puede ser aceptable teniendo en cuenta sus equilibrios políticos", coincide el presidente francés, Emmanuel Macron. "Tengo a la vez un mensaje de confianza y de urgencia. Confianza porque se han logrado progresos, se ve la voluntad colectiva de avanzar, pero todavía no hemos llegado y es ahora cuando hay que decidir", sostiene Macron. También el primer ministro belga, Charles Michel, pide "garantías" de que cualquier acuerdo pueda ser aceptado por el Parlamento británico.

¿Una prórroga de un año en la transición?

Durante su discurso ante el Consejo Europeo, May se ha mostrado dispuesta a considerar una prórroga de un año en el periodo de transición postbrexit, que duraría hasta 2021 en lugar de hasta 2020. Una idea que ha puesto sobre la mesa en las últimas semanas Barnier y cuyo objetivo sería comprar más tiempo para encontrar una solución para Irlanda del Norte. Pero el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ha dejado claro que, incluso si hay prórroga, el Acuerdo de Retirada deberá incluir un estatus especial para Belfast, que se activaría como último recurso para evitar una "frontera dura".

"Soy una persona muy optimista por naturaleza, pero no hoy. Debemos hacer lo máximo hasta el último día para tratar de lograr un acuerdo, pero los 27 debemos prepararnos también para el no acuerdo. Y creo que quizá será eso lo que ocurra", ha dicho el primer ministro de Eslovaquia, Peter Pellegrini. "Estamos en una situación de impás y existe un gran riesgo de que no haya acuerdo", sostiene el polaco Mateusz Morawiecki.

"Nos hubiera gustado que el Acuerdo de Retirada estuviera ya listo. En su lugar, tenemos el 90%. Pero abordaré los problemas con buena disposición y lo intentaré todo para lograr un acuerdo. Esa sería la mejor solución para las dos partes", ha dicho la canciller Angela Merkel.

¿Hasta cuando pueden Bruselas y Londres seguir negociando? Reino Unido saldrá de la UE el 29 de marzo de 2019, pero se necesitan al menos tres meses para que el Acuerdo  de Retirada sea ratificado, tanto en la Eurocámara como sobre todo en el Parlamento británico. Así que la fecha límite, según coinciden los diplomáticos, sería la cumbre del 13 y 14 de diciembre. Por si acaso, los jefes de Estado y de Gobierno han acordado acelerar los preparativos para paliar el impacto negativo en el continente de un brexit desordenado y caótico.