Hélène Pastor, la matriarca de la segunda familia más rica de Mónaco, fue asesinada por orden de su yerno, Wojciech Janowski, el antiguo cónsul polaco en Mónaco. Después de que negara su implicación durante años, Janowski ha admitido este martes su culpabilidad a través de su abogado. 

"Wojciech Janowski es culpable de haber ordenado el asesinato de Hélène Pastor. Estas palabras que ,esperaban de él, salen de mi boca", dijo Eric Dupond Moretti, famoso abogado penalista, ante la corte de Aix-en-Provence (sureste de Francia), donde se desarrolla el juicio desde mediados de septiembre.

Mientras el abogado reconocía su culpabilidad, Janowski rompía en llanto, sin nunca levantar la cabeza. "Esas palabras, él ha intentado decirlas, ha querido expresarse pero no se le ha creído, durante todo el proceso ha afrontado un menosprecio permanente, un desprecio de clase", ha seguido el letrado.

El que fue la pareja durante casi treinta años de la hija mayor de Pastor, Sylvia Ratkowski, siempre ha sido el principal sospechoso de la muerte a tiros de su suegra y del chófer de esta, Mohamed Darwich, cuando salían en coche de un hospital de Niza en mayo de 2014. Este martes, su abogado confirmada su implicación en el asesinato de Pastor pero insistía en que Janowski no había ordenado la muerte de su chófer. 

Hélène Pastor murió en 2014 a la salida de un hospital de Niza, donde visitaba a su hijo, Gildo Pallanca-Pastor, víctima de un grave accidente vascular cerebral. Un hombre armado con un fusil disparó e hirió gravemente a la millonaria, de 77 años, y a su chófer egipcio, de 54. Éste murió días después, y Pastor, cuya fortuna está valorada en 12.000 millones de euros, falleció unas semanas después.

En un primer, Janowski habría confesado el crimen, pero luego se retractó, aclarando que no había entendido la pregunta. La razón, según contó entonces y ratificó el abogado este martes, era proteger a su pareja que, según su versión, sufría maltrato psicológico por parte de Pastor. 

Las explicaciones no convencen a la acusación, que está convencida de que el móvil del crimen es financiero y que Janowsky quería adueñarse de parte de la herencia de  su pareja, por lo que pide la pena máxima: cadena perpetua con obligación de cumplir al menos 22 años.