Bruselas

A principios de junio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abandonó prematuramente la cumbre del G-7 en Canadá, vetó las conclusiones pactadas por los líderes de las principales potencias democráticas del mundo y tachó de "deshonesto y débil" al anfitrión, Justin Trudeau. Días más tarde, aseguraba en Singapur que era un "honor" reunirse por primera vez con el dictador norcoreano Kim Jong-Un. Los líderes europeos temen que esta semana se repita la misma historia. Que Trump dinamite primero la cumbre de la OTAN que se celebra este miércoles y jueves en Bruselas y después estreche relaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin, enemigo declarado de la Alianza, en la reunión que celebran en Helsinki el 16 de julio.

El desprecio del presidente norteamericano hacia la OTAN viene de lejos. Durante la campaña electoral la tachó de "obsoleta" y sugirió que EEUU retiraría su protección a los aliados que no gasten más en defensa. En la cumbre celebrada hace un año también en Bruselas -la primera a la que asistió- evitó comprometerse con la cláusula de defensa mutua sobre la que se funda la Alianza Atlántica. Y en los últimos días ha multiplicado las críticas. "Voy a decirle a la OTAN: tenéis que empezar a pagar vuestras facturas", anunció en un reciente mitin en Montana. Los europeos, se quejó, "nos matan en el comercio, nos matan con otras cosas y encima nos matan con la OTAN".

"Esta cumbre de Bruselas tiene todos los elementos para ser un éxito. Se han hecho muchas cosas y hay muchos resultados positivos. Pero todos esos logros que se van a sellar y anunciar durante la cumbre se ven eclipsados por la larga sombra de las exigencias del presidente norteamericano sobre el reparto de la carga", se lamenta un alto funcionario de la Alianza. "Es un debate empobrecedor, injusto, sectario y estéril, pero en eso estamos porque así se quiere plantear por parte de Washington", denuncia. 

Gasto en defensa (en % del PIB)

Toda la obsesión de Trump con la OTAN se concentra en una cifra: el 2%. Es el nivel de gasto militar en porcentaje del PIB que los 29 países aliados se han comprometido a alcanzar de aquí a 2024. Se trata de revertir los recortes en la inversión en defensa que se iniciaron tras el final de la Guerra Fría y se intensificaron durante la crisis financiera y volver a una senda ascendente para hacer frente a nuevas amenazas como la deriva autoritaria de Rusia, el terrorismo o los ciberataques

Ahora mismo sólo seis países cumplen el objetivo: Estados Unidos, Grecia, Estonia, Reino Unido, Rumanía y Polonia. A finales de año se sumarán Letonia y Lituania. Pero al ritmo actual, sólo 15 países de 29 llegarán al 2% a tiempo en 2024. Entre ellos no está Alemania (que se quedará en el 1,5%) ni tampoco España. Nuestro país es el tercero de la OTAN que menos gasta en defensa (apenas el 0,92% del PIB). La ex ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, se comprometió por carta a llegar al 1,53% (alrededor de 18.500 millones), pero no hay ningún plan nacional aprobado por el Parlamento que sustente esta cifra.

En las semanas previas a la cumbre de la OTAN, Trump ha enviado cartas amenazantes a todos los países incumplidores, entre ellas una dirigida al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las que les apremia a acelerar el aumento del gasto militar. "Es cada vez más difícil justificar ante los ciudadanos americanos por qué algunos países no comparten la carga de la seguridad colectiva de la OTAN mientras que los soldados norteamericanos continúan sacrificando sus vidas en el extranjero o vuelven a casa gravemente heridos", ha escrito el presidente de EEUU en su carta a la canciller Angela Merkel, una de las más duras.

Este lunes, Trump volvía a ventilar su frustración en un nuevo hilo en Twitter, en el que sostiene que EEUU asume el 90% de la factura de la OTAN, pese a que los europeos son los que más se benefician de este paraguas de protección. "EEUU gasta mucho más en la OTAN que cualquier otro país. Eso no es justo ni es aceptable", se queja. 

Primera cumbre de Sánchez

¿Qué pasará en la cumbre del miércoles y el jueves si el presidente de EEUU no recibe una promesa colectiva de acción inmediata? En el caso de España, Sánchez, que se estrena en una cumbre de la OTAN, ya avanzó en la reunión mantenida el 3 de julio en la Moncloa con el secretario general, Jens Stoltenberg, que descarta un aumento urgente del gasto militar. El Gobierno español sostiene que el esfuerzo en defensa no se puede medir exclusivamente en términos financieros, sin que hay que tener en cuenta otros parámetros en los que nuestro país sí obtiene buenos resultados.

Por ejemplo, España dedica el 19% del gasto en defensa a capacidades militares, en línea con el objetivo del 20% que marca la OTAN. Y consagra el 10% del presupuesto a misiones y operaciones en el extranjero. Una cifra que le sitúa en tercera posición dentro de la Alianza, sólo por detrás de Estados Unidos y Francia. Estos son los números que hará valer Sánchez durante la cumbre, aunque de momento no tiene programada ninguna reunión bilateral con Trump. El resto de líderes también tienen un margen de maniobra muy limitado por motivos presupuestarios, de opinión pública o ambos.

El resultado es que los líderes de la OTAN se preparan ya para una tormenta de ira de Trump en Bruselas. En el mejor de los escenarios, el presidente de Estados Unidos se limitaría a abroncar al resto de jefes de Estado y de Gobierno por incumplir los objetivos como ya hizo el año pasado. "Si la cosa fuera así, no sería muy grave. Agacharíamos la cabeza y beberíamos agua", ironizan las fuentes consultadas.

Pero la reacción del exmagnate inmobiliario podría ir mucho más allá. En Bruselas se teme que Trump se niegue a partir de ahora a realizar ejercicios militares con los países europeos que no cumplan con el 2%. O incluso que retire sus tropas de los países rezagados, en particular de Alemania, donde Estados Unidos tiene acantonados a 35.000 soldados. "Puede tomar decisiones muy perjudiciales para la Alianza", asegura el alto diplomático. 

Una disputa entre la OTAN y Trump podría ser el golpe definitivo para las relaciones transatlánticas. Bruselas y Washington acaban de entablar una guerra comercial por la decisión de EEUU de imponer aranceles al acero y al aluminio, que ahora amenaza con extender a los coches. El presidente estadounidense ha indignado además a los europeos por su retirada del pacto nuclear con Irán y del acuerdo de París para combatir el cambio climático. La UE debe prepararse "para el peor escenario" con Trump, sostiene el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

La UE y la OTAN, ¿rivales o complementarias?

Otro de los focos de conflicto en la cumbre de Bruselas tiene que ver con las relaciones entre la UE y la OTAN en materia militar. En los últimos meses, los 28 han acelerado la cooperación en defensa con iniciativas como la PESCO; la Iniciativa de Defensa que patrocina el presidente francés, Emmanuel Macron; o la creación de un nuevo fondo de 13.000 millones de euros para inversiones militares transfronterizas.

El activismo de la UE ha generado reticencias y desconfianza no sólo en Estados Unidos sino también en Canadá, que temen un debilitamiento de la OTAN o una "OTAN a dos velocidades". Los líderes europeos les dirán en Bruselas que su objetivo no es competir con la Alianza o sustituirla, sino complementarla. Eso sí, si los norteamericanos quieren acceder al mercado de defensa comunitario, deberán conceder un acceso equivalente a las empresas militares europeas en EEUU. Para reconducir estas disputas, la UE y la OTAN firman este martes un acuerdo renovado de colaboración.

En la cumbre de Bruselas, los jefes de Estado y de Gobierno tienen previsto además activar la estrategia 4/30 para 2020: la capacidad de desplegar 30 batallones, 30 escuadrones aéreos y 30 buques de guerra en 30 días para responder con rapidez a cualquier crisis. También crearán dos nuevos centros de mando en Ulm (Alemania) y Norfolk (EEUU). La OTAN acordará aumentar la financiación para su misión en Afganistán y lanzar una operación de entrenamiento en Irak. Finalmente, los aliados aprobarán iniciar las negociaciones para la entrada de Macedonia.