Bruselas

"No hay respuestas simples a cuestiones tan complejas como esta". Bruselas se lava las manos y evita tomar partido en la disputa que enfrenta a Italia y Malta por el desembarco de los 619 migrantes rescatados que se encuentran a bordo del barco Aquarius en el Mediterráneo. La Comisión Europea se ha limitado este lunes a pedir a ambos países que colaboren para encontrar una solución lo antes posible y respeten el "imperativo humanitario" de atender a las personas a bordo.

"Pedimos a todos los implicados que contribuyan a una solución rápida, de forma que las personas que están a bordo del Aquarius puedan ser desembarcadas con seguridad lo antes posible", ha dicho el portavoz del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas. "Para la Comisión hay ante todo un imperativo humanitario. Estamos hablando de personas, más de 600 personas, entre ellos menores no acompañados. La prioridad para las autoridades italianas y maltesas debe ser garantizar que estas personas reciban la atención que merecen" ha agregado.

También el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ha reclamado a Italia y Malta que se entiendan para poder desembarcar cuanto antes a los inmigrantes. "Hay cientos de personas que necesitan ayuda urgente, ralentizar la operación las pone en situación de riesgo", avisa la ONU en un comunicado.

Italia cierra los puertos

El conflicto se ha desencadenado por la decisión del nuevo ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, de impedir este fin de semana que el Aquarius -barco operado por SOS Mediterranee y Médicos sin Fronteras- desembarque en Italia a los inmigrantes rescatados frente a las costas de Libia. Salvini basó su campaña electoral al frente del partido ultra La Liga en la promesa de frenar la inmigración. "Salvar vidas en el mar es una obligación, pero transformar Italia en un enorme campo de refugiados no lo es", ha escrito este lunes en Facebook.

El Gobierno de Roma ha pedido a Malta que se haga cargo de los inmigrantes, pero el primer ministro maltés, Joseph Muscat, se niega alegando que no es responsabilidad suya. "Malta está en total conformidad con sus obligaciones internacionales y no aceptará el barco en sus puertos. Continuaremos, cuando sea posible, llevando a cabo evacuaciones de emergencia de carácter individual y humanitario", ha escrito en Twitter.

Bruselas se niega a aclarar cuál de los dos países tiene razón desde el punto de vista del derecho internacional y de la UE. "La Comisión no tiene ninguna competencia en la definición de la gestión de las zonas de salvamento y búsqueda en alta mar ni en la coordinación de las operaciones de salvamento. Sólo podemos actuar dentro de los límites de nuestro mandato y lo que podemos hacer y vamos a seguir haciendo es hacer valer todo nuestro peso diplomático para que la situación se resuelva cuanto antes", ha dicho la portavoz de Inmigración, Natasha Bertaud.

Según el derecho internacional y también la legislación europea, la decisión del puerto en el que un buque debe desembarcar a los migrantes rescatados es competencia del país que coordina la operación de salvamento, que en este caso es Italia. Sin embargo, la normativa no dice que sea este país el que tenga que quedarse con los migrantes, ha explicado la portavoz. Se limita a dar una serie de criterios para orientar la decisión: entre ellos, minimizar el tiempo a bordo o tener en cuenta las condiciones del mar o las necesidades médicas.

"Nosotros apoyamos tanto a Italia como a Malta. Pero la auténtica prioridad para nosotros hoy es que se dé asistencia a la gente que está a bordo de ese barco", ha concluido Bertaud.

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